El presidente ruso, Vladimir Putin, ha declarado su objetivo de «neutralizar y desarmar a Ucrania», pero las fuerzas ucranianas siguen oponiendo una resistencia sorprendentemente exitosa a la invasión. Este viernes (04.03.2022), en una llamada telefónica de una hora, el canciller alemán Olaf Scholz instó a Vladimir Putin a detener la acción militar y empezar a negociar. Esto tuvo lugar después de iniciativas similares del presidente francés Emmanuel Macron y otros líderes occidentales.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, se mostró dispuesto a mantener conversaciones directas con Vladimir Putin. Pero este escenario parece poco probable. En los últimos días, Putin respondió con violencia a las autoridades ucranianas y solo ha indicado su interés por negociar directamente con el presidente estadounidense Joe Biden.
«Estoy profundamente convencido de que tarde o temprano se llegará a un acuerdo entre Ucrania y Rusia, y probablemente también entre Rusia y Occidente», declaró a DW Marcel Röthig, director de la oficina de la fundación alemana Friedrich Ebert en Kiev. «Toda guerra llega a su fin, y normalmente llega a su fin con un acuerdo tras las negociaciones», dice desde Alemania.
¿Quién podría llevar a Putin a la mesa de negociaciones? Röthig indica que esas conversaciones podrían ser mediadas por actores muy distintos, desde Israel, Turquía o Finlandia hasta las Naciones Unidas o un asesor especial de la UE. En su opinión, China podría aparecer como mediadora, ya que Pekín podría ejercer cierta influencia sobre Putin. «A China no le interesa una Europa y unos mercados desestabilizados. Y son el último gran socio económico que le queda a Rusia, así que Putin necesita desesperadamente el apoyo chino», asegura Röthig.
Pero hasta ahora, Putin no parece estar interesado en absoluto en las conversaciones de alto nivel. «Me temo que todavía no ha visto suficientes bajas como para que sus objetivos bélicos cambien», sostiene Gustav Gressel, investigador principal de política en la oficina de Berlín del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR).
¿Podría ser derrotado el Ejército ruso?
Pero si las tropas rusas siguen teniendo dificultades para imponerse, explica Gressel a DW, la presión sobre Putin puede aumentar. Si las tropas ucranianas consiguen aguantar «una semana más o menos, veremos si Putin acepta alguna de las muchas ideas que hay», opina.
Pero, ¿es completamente impensable que los rusos lleguen a retirarse? «Nunca hay que subestimar a los ucranianos. Han aprendido mucho desde 2014. Es un ejército probado en combate y están muy decididos a luchar por la supervivencia de su país», recuerda Gressel.
Si las fuerzas ucranianas siguen provocando grandes pérdidas a los invasores, Putin podría verse obligado a retirarse. «Debemos recordar a Stalin», dice Gressel. «No era alguien que tuviera mucha consideración por las vidas humanas, y se rindió en Finlandia después de 40 días. Se consideró que era demasiado daño para la Unión Soviética como gran potencia avergonzada el hecho de no poder conquistar Finlandia rápidamente», agrega.
Las sanciones y un posible colapso económico de Rusia podrían convertirse en otro factor que obligue a Putin a reconsiderar sus objetivos. Si perdiera el apoyo de una parte de la élite del país o si un movimiento contra la guerra cobrara fuerza, a pesar de las medidas represivas, también podría inclinarse a retirar sus tropas.
Conmoción por ataque a planta nuclear
Las noticias del ataque ruso al reactor nuclear de Zaporiyia este viernes conmocionaron a toda Europa. El líder de la oposición alemana, Friedrich Merz, de los democristianos de centro-derecha (CDU/CSU), declaró a la revista Der Spiegel que un ataque ruso selectivo contra las centrales nucleares pondría en peligro a toda Europa y podría constituir una razón para que la OTAN se involucre como cuestión de autodefensa. Pero el canciller Olaf Scholz descartó cualquier participación, diciendo que estaba «completamente claro que la OTAN y sus estados miembros no participarán en la guerra».
El presidente ucraniano Zelenski volvió a apelar a Occidente para que imponga una zona de exclusión aérea sobre su país. Sin embargo, los miembros de la OTAN lo han descartado en repetidas ocasiones, diciendo que la alianza solo se involucraría si Rusia atacara a uno de sus miembros.
Fichas de negociación territorial
Entonces, si Rusia tiene problemas para controlar toda Ucrania y las fuerzas ucranianas tampoco pueden expulsar a los rusos, ¿cuál podría ser la salida?
Una podría ser un acuerdo para crear una Ucrania federal, con un estatus especial para las regiones de Donetsk y Lugansk que han estado parcialmente bajo el control de los separatistas respaldados por Rusia desde 2014.
«También puede ser que Ucrania esté dispuesta a ceder parte de su territorio, como las regiones de Donetsk y Lugansk o Crimea», dice Röthig, de la fundación Friedrich Ebert. Pero esto comprometería la integridad territorial de Ucrania y sería difícil de aceptar para Kiev.
La neutralidad de Ucrania podría ser otra opción a poner sobre la mesa. Pero, de nuevo, Ucrania tendría que ceder en principios básicos. «Yo supondría que Ucrania tendría que retirar sus ambiciones en la OTAN, eliminar su objetivo de entrar en la OTAN en el futuro», afirma Röthig.
Y si Ucrania hiciera concesiones lo suficientemente amplias como para que Putin las aceptara, ¿las aceptaría también el pueblo ucraniano? «Lo bueno es que el presidente ucraniano Zelenski tiene una especie de aureola en este momento, tiene un índice de apoyo público muy alto. Por eso es capaz de convencer al pueblo ucraniano», explica Röthig.
Sin embargo, Röthig recuerda la historia europea y pide cautela. Si los dirigentes ucranianos cedieran demasiado, según él, los combatientes ucranianos podrían sentirse apuñalados por la espalda y negarse a adherirse al resultado de cualquier acuerdo. «Los ucranianos en este momento tienen la sensación de que podrían ganar esta guerra, lo cual es una sensación falsa porque, a la larga, no ganarán esta guerra. Los combatientes patriotas podrían argumentar que Zelenski vendió el país y que cedió ante los rusos, que de otro modo, habrían sido derrotados», dice Röthig. Cualquier paz que se considere dictada por Rusia podría dar lugar a continuos levantamientos y guerrillas.
El canciller alemán, por ejemplo, ha calificado la invasión de Ucrania como «la guerra de Putin». Pero, ¿qué pasaría si Putin fuera derrocado? Sergey Medvedev, de la ONG berlinesa «Dekabristen», que apoya iniciativas populares en los antiguos países soviéticos, no descarta este escenario: «A medida que empiecen a llegar los primeros muertos a Rusia, incluso los seguidores de Putin pueden empezar a pensar: ¿realmente necesitamos esta guerra? ¿Y realmente necesitamos este régimen?» Sin embargo, se muestra cauteloso ante la idea de un cambio de régimen, porque no se sabe a dónde podría conducir. «No deberíamos ni pensar en eso», afirma.