Tal parece que el ministro de Petróleo chavista quiso adelantar el Día de los Inocentes a todos los venezolanos y salió el sábado con el cuento de que la producción de crudo de Pdvsa superó el millón y cierra este año en franca recuperación.
Todo el mundo sabe que esto es una mentira tan grande como Miraflores y que la intención del ministro es hacer caer a los venezolanos por inocentes. Sobre todo porque la Organización de Países Exportadores de Petróleo, de la cual Venezuela es miembro, aseguró el 13 de diciembre que la producción del país en noviembre fue de 625.000 barriles, bien lejos del millón de El Aissami. Sí, se cuentan 15.000 más que en octubre, pero no es ni la sombra de lo que producía Pdvsa antes de que llegara el chavismo.
No hay que olvidar que cuando Hugo Chávez asumió el poder la empresa petrolera del Estado producía más de 3 millones de barriles diarios y su prestigio trascendía fronteras, tanto en tecnología como en manejo gerencial. La destrucción de la industria es uno de los “logros” que dejará el chavismo para la historia, pues desde 2002 se ha desmontado poco a poco desde instalaciones hasta el personal capacitado. De una Pdvsa que se regía orgullosamente por el mérito que alcanzara cada trabajador se pasó a una de improvisaciones y corrupción.
Los chavistas lograron lo que nadie se había imaginado: destruir las instalaciones, acabar con los taladros, recortar la inversión en expansión y mantenimiento. Por eso, cuando el ministro chavista anuncia orgullosamente el millón de barriles, todo el mundo sabe que es una mentira. Sobre todo porque se vive a diario en las colas para abastecer gasolina o la casi inexistencia del gasoil en las ciudades del interior del país.
Con el manejo que hicieron de la industria petrolera les salió definitivamente el tiro por la culata, acabaron con la gallina de los huevos de oro y se quedaron sin suficientes divisas para llevar la gran vida a la que se acostumbraron rapidito.
El ministro chavista les da las gracias a los trabajadores de la empresa que siguen en sus puestos de trabajo a pesar de estar subpagados y no tener las mejores condiciones laborales. No menciona a los que en días pasados llegaron hasta la sede de Pdvsa en Caracas para protestar porque no les habían cancelado lo que les adeudan. Sin duda alguna que los que siguen trabajando para este gobierno maula también están haciendo un sacrificio inmenso.
De todas maneras, y diga lo que diga el ministro, está comprobado que lo que pasa con la estatal petrolera nada tiene que ver con las sanciones de los países que apoyan la lucha por la democracia en Venezuela. Esta destrucción tiene un sello rojo que dice “Hecho en socialismo”.