Hugo “El Pollo” Carvajal, el hombre que guarda los secretos más importantes del régimen chavista

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Alrededor del Mayor General retirado del Ejército, Hugo Armando Carvajal Barrios, recién detenido en Madrid, se tejen infinidad de especulaciones, algunas más adornadas que otras, unas aseguran que no le causa preocupación a Maduro, otras son teorías conspirativas sobre cárteles de la droga e incluso que estaría infiltrado en el gobierno interino de Juan Guaidó. El Pollo, como lo llaman, es depositario de los secretos más importantes de la estructura de poder de la revolución bolivariana.

Sebastiana Barráez // INFOBAE

Aunque el alto oficial pone a temblar a funcionarios civiles y militares, el verdadero interés en él es que conoce el origen y el destino de recursos, económicos y humanos, usados por Hugo Chávez para construir la estructura geopolítica que le fue exitosa en sus años en la presidencia y el papel del entonces canciller Nicolás Maduro en ella, que no ha logrado aniquilar el poderoso imperio norteamericano.

Es cierto que la DEA ha demostrado interés en el exjefe de Inteligencia Militar, desde hace años, por la relación con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), organización que Estados Unidos catalogó de narcoterrorista, pero para EEUU ese interés no ha sido determinante en otros casos de militares venezolanos involucrados en el narcotráfico.

En octubre 2019 Carvajal reveló: “En el 2009 Hugo Chávez me ordenó comprobar una situación irregular en nuestra embajada en Damasco y parte del resultado de esa investigación instruyó pasársela al canciller, la repuesta de Maduro fue “si se meten con Venezuela incendiaremos a América”. Yo pensé, este está loco”.

Funcionarios policiales y de inteligencia estadounidenses hicieron varios intentos para tratar de llegar a un acuerdo con Carvajal. Hubo esfuerzos importantes para que el militar fuera a EEUU en calidad de testigo e imputado, pero él se negó. Algunos amigos del chavismo cercanos al General aseguran que se volvió inflexible en aceptar otra propuesta que no fuera inmunidad total a cambio de aportar la importante información a la que tuvo acceso durante su paso por el cargo de director de Inteligencia Militar.

Carvajal, a quienes militares y civiles siempre consideraron astuto, estableció una poderosa red de informantes. Chávez, quien desconfiaba de su entorno después de lo ocurrido durante el golpe del 11 de Abril 2002, le ordenó espiar a todo el entorno que lo rodeaba, principalmente a sus hombres armados más cercanos en la Casa Militar o Guardia de Honor Presidencial. Esa poderosa estructura de Inteligencia siempre contó con cuantiosos recursos económicos, a través de una abultada partida secreta que no estaba sujeta a las auditorías, ni siquiera al conocimiento, de la Contraloría ni de otro ente.

Ese nivel de vigilancia, en el caso de los militares, es más relevante de lo que muchos pueden recordar, porque Carvajal logró espiar durante más de una década a los integrantes de la Fuerza Armada.

Los ascensos

Desde que asumió la jefatura de la Dirección de Inteligencia Militar (DIM), el general Carvajal Barrios fue clave para decidir los ascensos en la institución castrense. Hay exfuncionarios militares y civiles viviendo fuera del país, incluso en los Estados Unidos, de quienes Carvajal tiene mucho qué contar y eso abarca las relaciones de esos militares con mafias del narcotráfico.

El Pollo Carvajal manejó y tuvo acceso a información privilegiada de la estructura que Hugo Chávez creó en el continente. Ese es un tema que involucra relaciones con la guerrilla colombiana, con grupos terroristas como Hezbollah y otras implicaciones con organizaciones en el continente. No es solo el tema económico, el del narcotráfico, sino el de las armas y el nivel de compromiso con determinadas personas y agrupaciones; y en esa lista de espiados está aquel Canciller Nicolás Maduro Moros.

Ya electo presidente de la República, después de la muerte de Chávez, Maduro nombra a Carvajal, en abril 2013, al frente de la Dirección de Inteligencia Militar, pero no para compartir el poder, sino para mantenerlo cerca. Nueves meses después el Mayor General sale del cargo, en medio de una tensa relación, además del problema que le creaba la abierta intromisión de los cubanos en los temas de inteligencia de Gobierno y especialmente de la Fuerza Armada.

Carvajal espió a los militares de la era Chávez como gran parte de los que después llegaron al Gobierno de Nicolás Maduro. Una de las estrategias más perversas, pero funcionales, de Chávez en el poder fue ir creando a cada funcionario su respectivo expediente; ese archivo guardaba fundamentalmente debilidades económicas, aunque no faltaban las familiares, incluso los deslices amorosos. No fue casual que se flexibilizaran las medidas contraloras y se presionara al funcionario, aunque algunos lo hacían voluntariamente y con una sonrisa, hasta que incurriera en acciones que ameritaran ser sujeto de sanciones contraloras y judiciales.

El hoy preso de la justicia española conoce los secretos militares más escabrosos de cada uno de los oficiales que crecieron con la revolución, así como las tareas que cada uno de ellos realizó de manera ilícita, los intríngulis de la relación con Cuba hasta el armamento que se le compró a Rusia.

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