El escrutinio del organismo electoral de Perú muestra una ventaja de 0,7% de los votos para el izquierdista Pedro Castillo, mientras la derechista Keiko Fujimori, quien acusa sobre un supuesto fraude, ha impugnado votos y es objeto de una solicitud de detención por parte de un fiscal. El Congreso está atomizado y la hostilidad entre uno y otro bando genera temor porque se desate la violencia
Las elecciones generales del pasado 11 de abril en Perú constituían una oportunidad para que el pueblo peruano decidiera el rumbo definitivo del país, que atravesaba por una fuerte inestabilidad política, que le llevó a tener hasta cuatro presidentes en igual número de años, todos con procesos judiciales abiertos e investigados por presunta corrupción.
Sin embargo, en esa primera vuelta, nada se aclaró, ninguno de los aspirantes logró el 20% de los sufragios emitidos, la conformación del nuevo Congreso se mostró atomizada entre las diversas fuerzas políticas y los dos aspirantes que pasaron a la segunda vuelta presidencial gozaban de un fuerte rechazo en la población.
La segunda vuelta, efectuada el pasado 6 de junio, mostró uno de los resultados más reñidos en la historia democrática peruana. Pedro Castillo, candidato del izquierdista Perú Libre, ha obtenido -hasta ahora- un 0,7% más de votos que su contrincante, la derechista Keiko Fujimori, quien ha impugnado un número de votos y acusado sobre un supuesto fraude, mientras Castillo asegura que le quieren arrebatar el triunfo y pide a sus partidarios estar alerta.
Incertidumbre y hostilidad
Al momento de realizar el presente trabajo no se ha proclamado un ganador, con lo que la incertidumbre y la hostilidad de uno y otro bando hacia su respectivo contrincante hacen considerar a analistas consultados por TalCual, sobre la posibilidad de que en el Perú se produzcan un escenario de violencia.
“Ojalá me equivoque, pero la tendencia que tiene Perú en los últimos dos años es de una gran agresividad en las protestas y se suma una población descontenta que históricamente no votaba en el sur del Perú, la serranía, la zona pobre, y que ahora sí votó, así cualquier alteración del resultado de Castillo lo van a tomar como fraude”, expresó Félix Arellano, internacionalista y profesor de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
En ese sentido, advirtió que es importante la labor que puedan desempeñar y asumir las iglesias, los empresarios, gremios, cámaras, intelectuales, universitarios y la sociedad civil en general, junto con las instituciones democráticas del Perú, para lograr el entendimiento y que el país pueda continuar su andadura en paz.
Sin conciliación
Para Juan Francisco Contreras Arrieche, internacionalista y presidente del Colegio de Internacionalistas de Venezuela, el margen tan estrecho entre los votos de uno y otro candidato es lo que complica el panorama para Perú.
“La votación refleja que Perú está dividido en dos mitades prácticamente iguales que tienen visiones distintas de país, representadas por Keiko Fujimori y Pedro Castillo. La situación es bastante delicada en materia política y de visión de país, por lo que cualquiera de los dos que finalmente sea proclamado presidente va a tener al frente una situación sumamente complicada y se vislumbra que la crisis política no se va a solucionar con este proceso electoral”, aseguró el experto.
Agrega que la situación de crisis en Perú se va a profundizar de ratificarse el triunfo de Pedro Castillo, de quien resaltó, es una persona limitada y con poco conocimiento de la realidad peruana.
“Lamentablemente, Castillo no tiene mayor idea de muchas cosas importantes en Perú, como el tema del turismo, que no maneja y eso quedó en evidencia cuando dijo en una entrevista que en su gobierno va a haber un turismo que no produzca rentabilidad, cuando el Perú es uno de los destinos turísticos más solicitados en el extranjero. También señaló que iba a restringir la inversión extranjera, cuando la relativa prosperidad del país se ha producido precisamente por la inversión que ha llegado de diferentes partes del mundo”, añadió Contreras Arrieche.
Con la gran cantidad de fuerzas representadas en el Congreso, todas con muy poco peso, el soporte político para el nuevo gobierno también luce débil e igualmente genera temor en los analistas consultados sobre el desenlace de la nueva administración en Perú.
“El Parlamento está muy fragmentado, el número mayor de escaños lo tiene Perú Libre, pero para nada le daría mayoría a Pedro Castillo, entonces debe haber una tendencia a negociar. Fuerza Popular es más débil aún. Además, las dos propuestas son un tanto agresivas porque hay que tener en cuenta que en el Congreso el apellido Fujimori no es bien visto. Por eso (el expresidente Martín) Vizcarra fue un factor que sumó a Castillo, por el rechazo a Keiko, y el clima de violencia que pudiera presentarse va a exigir que estas fuerzas vivas, entre ellas Vizcarra, así como líderes del resto de los partidos actúen para evitar que suba a mayores”, advirtió Félix Arellano.
Por ello, el analista cree que es posible que, de consumarse la victoria de Pedro Castillo, la primera jugada política que éste intente hacer puede ser disolver el Congreso, con el objetivo de que se vaya a una nueva elección de diputados y lograr uno más favorable aprovechando el “clima del ganador” que supondrá el que se reconozca su victoria.
Arellano explicó que es muy posible que Castillo opte por esta vía en lugar de la convocatoria a una asamblea constituyente, que llevaría mayor tiempo.
Los problemas no son constitucionales
Contreras Arriechi coincide con Arellano en señalar la posibilidad de la convocatoria a una asamblea constituyente. “Recordemos el caso de Chávez en Venezuela, se montó y, aprovechando la ola que tuvo, reformó la Constitución, así que Pedro Castillo puede aprovechar esa ola”.
En su opinión, es lamentable que Perú haya tenido que escoger entre dos candidatos que, ninguno de los dos, representa más de un 20% del electorado, por lo que el ganador, efectivamente, tiene muy poca legitimidad.
“Un país que ha tenido estadistas como Pérez de Cuéllar ha tenido que escoger entre esas dos figuras, ambas vinculadas a temas de lo peor que haya podido pensarse. Parece que la votación está dirigida a castigar a la clase política peruana, pero creo que eso se va a revertir y los castigados van ser los propios peruanos”, expresó Contreras Arriechi.
Acotó que los problemas de América Latina no son constitucionales o legales, por lo que los cambios en el marco jurídico al final no resuelven los serios problemas de orden económico que existen.
Félix Arellano descarta que, sea cual sea el desenlace de la elección presidencial del Perú, esto repercuta en los procesos del resto de los países de la región, en especial los que tienen procesos políticos o electorales en marcha, como el caso de Chile con su asamblea constituyente o Colombia con su crisis.
“El sur de Perú, que mayormente votó por Castillo, es de una gran pobreza, no debe tener teléfonos inteligentes ni mayor acceso a la tecnología; es un voto de rechazo histórico, de la exclusión, y no tiene que ver con los alrededores, es un voto castigo duro, de años de exclusión y marginalidad, el problema es que las soluciones que plantea Perú Libre no resuelven nada”, opinó Arellano.
“En el caso específico de Perú, la votación refleja más un intento de castigar a la clase política peruana, sometida al tema de la corrupción. Los últimos presidentes prácticamente todos han estado vinculados con casos de corrupción, especialmente con el de la empresa brasileña Odebrecht, promocionada por (el expresidente de Brasil) “Lula” Da Silva. Las consecuencias de esos hechos de corrupción tienen como resultado procesos de votación que no van a castigar a los corruptos, sino que se ven reflejados en el retroceso de los países”, advirtió Contreras Arriechi.
Migración venezolana
El tema Venezuela, como en eventos electorales de otros países, también estuvo presente en la campaña electoral de Perú, y una declaración del candidato Pedro Castillo causó revuelo porque aseguró que, en su gobierno, daría 72 horas a los venezolanos para abandonar ese país.
Sin embargo, los analistas consultados por TalCual ven poco probable que una medida de esa magnitud pueda concretarse aun si da paso a un gobierno del propio Castillo.
“Creo que era parte de la campaña, un discurso mediático para atraer votos. Me dio la impresión que el candidato comenzó a bajar el tono y el candidato finalmente indicó que se estaba refiriendo a los venezolanos que violan la ley, a los que cometen delitos. Sin embargo, exacerbó la xenofobia, y la situación de los venezolanos en Perú se ha hecho cada vez más sensible porque el rechazo hacia los venezolanos está en la población humilde, y también en el partido que está adelante en las elecciones”, expresó Félix Arellano.
Recordó el analista que, dentro de la normativa del Estatuto de Roma, que da origen a la Corte Penal Internacional (CPI) el maltrato al extranjero, la expulsión agresiva, autoritaria puede calificar como delito de lesa humanidad. Creo que la sociedad civil peruana debe alertar sobre el peligro de alentar esa conducta xenofóbica que puede agravar la situación de los venezolanos.
Logísticamente difícil
Juan Francisco Contreras Arrieche expresó que, en un primer momento no parece viable logísticamente un plan para repatriar a los venezolanos, algo que requeriría un plan de logística importante. “Lo que podría hacer el señor Castillo es hacer un censo para tener claro el número de venezolanos, la mayoría de los cuales está incorporado a la sociedad peruana”.
A su juicio, la declaración fue una estrategia más dentro de la campaña para tratar de captar votos. Añadió que, en todo caso, habrá que esperar cuál es la situación y ver cómo actúa Pedro Castillo. “En este tipo de candidatos populistas es frecuente que se utilice ese tipo de temas para la campaña, tratar de culpabilizar a terceros sobre los problemas que se tienen”.