La Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos y Afines (Sviaa) ha presentado una propuesta para iniciar un plan de siembra para el ciclo 2024. Además, sugieren reducir el encaje bancario y revisar el Convenio número 28 firmado entre Colombia y Venezuela con el objetivo de frenar el contrabando. En una rueda de prensa, el secretario general nacional, Carlos Indriago, y el presidente de la sociedad, Saúl Elías López, presentaron un estudio agronómico sobre la producción alimentaria en el país en el que se consultaron a 30 empresas del sector agroindustrial y de la industria alimentaria.
El presidente de Sviaa propuso la necesidad de establecer un precio que satisfaga la demanda de las cosechas, siguiendo el exitoso modelo implementado en Colombia. Asimismo, piden revisar el convenio número 28 firmado por ambos países en 2011 para corregir las asimetrías y distorsiones que se presentan en las negociaciones comerciales. Según López, las condiciones de Venezuela han cambiado considerablemente desde que era un país proveedor de petróleo, hierro y acero, por lo que es necesario actualizar el convenio.
La Sviaa también hace hincapié en la importancia de evaluar el convenio número 28 para priorizar los productos nacionales. Según Indriago, si se satura el mercado venezolano con importaciones, los productores nacionales se verán afectados. Además, sugiere reducir el valor del encaje legal del 73% a un rango entre el 15% y el 20% para facilitar el acceso al crédito de los sectores primarios y transformadores, agroindustria y alimentario.
Los directivos de la Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos y Afines también alertan sobre el impacto negativo del contrabando en la producción nacional, tanto agrícola como agroindustrial y comercial. Destacan que los productos importados a través del contrabando no cumplen con las normativas sanitarias, nutricionales ni de calidad, lo que afecta la calidad del producto venezolano.
El estudio agronómico presentado por Indriago muestra un crecimiento del 23% en la producción y ventas de rubros de consumo masivo como arroz, pasta alimenticia, harina de maíz precocida, azúcar refinada, sal refinada y bebidas gaseosas. Sin embargo, algunos productos como lácteos, cárnicos, jugos y néctares pasteurizados, grasas y aceites, snacks, salsas y vegetales enlatados presentan un crecimiento menor. Además, el estudio revela que la capacidad operativa de las empresas evaluadas oscila entre el 27% y el 68%, con un promedio del 47,5%.
El estudio también destaca las dificultades que enfrentan las empresas venezolanas para adquirir materiales de empaque, envases, aditivos, conservantes y saborizantes, así como para mantener y reparar maquinarias y equipos debido a su alto costo y la falta de repuestos originales y servicio técnico especializado en el país. También se menciona la importancia de actualizar los procedimientos y normas de calidad para obtener certificaciones que den valor agregado a los productos venezolanos.
En cuanto a los salarios, en el sector público los ingenieros agrónomos reciben entre 80 y 200 dólares mensuales, mientras que en el sector privado los montos varían entre 80 y 1.200 dólares mensuales, dependiendo del cargo. Además, se otorgan beneficios contractuales y un pago adicional por Cesta Ticket.
En resumen, la propuesta de la Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos y Afines busca iniciar un plan de siembra para el ciclo 2024, reducir el encaje bancario y revisar el convenio entre Colombia y Venezuela para frenar el contrabando. Se destaca la importancia de priorizar los productos nacionales, actualizar los procedimientos y normas de calidad, y mejorar las condiciones laborales de los ingenieros agrónomos.