José Daniel Ferrer, tras la salida de Raúl Castro: “No hay intención de reformas profundas en Cuba”

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El líder opositor cubano y defensor de los derechos humanos se refirió a las cada vez más comunes protestas populares, la marcha de la pandemia y la supuesta vacuna cubana contra el COVID-19
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Por Laureano Pérez Izquierdo / Infobae

José Daniel Ferrer camina mientras habla. Su verborragia es continua y optimista como sus ideas. Se lo nota entusiasmado pese a vivir bajo constante acoso y vigilancia en prisión domiciliaria. Su familia, que no fue condenada, también padece los estertores represivos dirigidos al máximo referente de la oposición en Cuba.

Infobae se comunicó con el máximo referente de la Unión Patriótica de Cuba (UnPaCu) -el hombre que pasó casi nueve años en prisión, seis de ellos en celda de aislamiento y torturado decenas de veces- para hablar sobre la partida de Raúl Castro (89 años) de la dirección del Partido Comunista, la sucesión y los posibles cambios que podrían aproximarse y sobre la misteriosa marcha de la pandemia de COVID-19 en la isla.

– Raúl Castro se fue de la cúpula del Partido. Pareciera ser un hecho histórico después de tantos años en lo máximo del poder. Pero, ¿qué significa en verdad para Cuba esto en términos prácticos? ¿Qué Cuba dejaron los Castro en 62 años de poder?

– Sin dudas Raúl Castro sale de la dirección del Partido Comunista, el partido único, por una cuestión de avanzada edad y deterioro de su salud. Todos sabemos que la salud de Castro no es la mejor. Es algo muy común en estos regímenes: unos mueren en el poder aunque ya no dirigen. De hecho, muchos en Cuba creemos que muchas de las decisiones ya no las tomaba Raúl Castro. Para muchos, sus hijos Alejandro Castro Espín y su hija Mariela Castro Espín, vienen tomando decisiones por su padre. El hecho de que ya no esté, sin dudas pone fin a lo que fue el reinado de la familia Castro con apellidos, porque fue medio siglo con Fidel y una década con Raúl. Y quien asuma el comando del Partido Comunista no llevará el apellido Castro. Todos esperan que sea Miguel Díaz-Canel. Pero tanto Alejandro como Mariela y algunos Castros por la parte de Fidel van a seguir teniendo un peso fundamental en la toma de decisiones en nuestro país. Y ello junto a los generales más fieles a la familia Castro que seguirán llevando de manera arbitraria, dictatorial, las riendas de la nación. Es lo que estamos viendo y va a confirmarse en los días del Octavo Congreso del Partido Comunista.

– Hace una semana se vivieron momentos de tensión en La Habana cuando en el barrio San Isidro se impidió la detención de manifestantes y artistas. ¿Cómo califica ese hecho inusual?

– Se vieron momentos de tensión en La Habana, el Movimiento San Isidro, el barrio, muchos vecinos impidieron la detención. Y eso fue positivo. Eso viene demostrando cada vez de manera más clara y más precisa que la población va perdiendo el miedo a la represión del régimen y que cada vez se muestran más descontentos con las políticas del régimen y sus injusticias. Y más solidarios con las víctimas del régimen y con quienes luchan con los derechos y las libertades de nuestro pueblo. Hemos visto situaciones como esas en muchos lugares. No siempre son filmadas. No siempre se recuerdan de igual manera. Pero hemos visto muchos hechos donde la población interviene a favor de las Damas de Blanco, de los defensores de derechos humanos de los artistas independientes o de cualquier ciudadano víctima de una detención arbitraria. Eso seguirá incrementándose porque es consecuencia lógica de lo que pasa en nuestra nación: cada vez más hambre, más miseria, más represión… cada vez más explotación al pueblo trabajador mientras la cúpula en el poder, los generales, los ministros, los altos mandos, los dirigentes del Partido Comunista se dan la buena vida y no carecen de nada, disfrutan de todo privilegio. Y eso indigna a un número creciente de cubanos y eso hace que se vayan identificando cada vez más con los disidentes y opositores. Es un proceso que va en movimiento y que se consolida hasta que se convierta en un estallido social.

– Los que levantan la voz en Cuba por estos tiempos son “hijos de la Revolución”, es decir, nacieron y se criaron sólo con mensajes de esa Revolución. Sin embargo, parecería ser que en ellos también emerge la libertad como una necesidad ineludible.

– Las mayores protestas vienen de la nueva generación. Personas que nacimos luego de que triunfase Fidel Castro y estableciera un sistema totalitario comunista. En los últimos tiempos internet ha hecho que muchos jóvenes cubanos comprendan, vean y sepan cómo funciona en verdad el mundo y que no es cómo la propaganda castro-comunista nos hizo creer durante muchos años. Muchos años de control absoluto de la información que entraba a Cuba y eso le dio una amplia ventaja al régimen a la hora de controlar a la población. Te adoctrinan desde que comienzas en la escuela primaria, en el nivel medio, en las universidades, en el barrio… pero todo eso se ha ido erosionando. Hay un número de personas deseosas de conocer. Eso hizo que el régimen haya tomado medidas y se habla de una nueva ley para controlar internet y regular lo máximo posible el flujo de información. Pero por mucho que traten a estas alturas de evitar que la juventud inquieta busque información, se informe, difunda, se exprese, no lo van a lograr, no lo van a conseguir. Cuando se abre una brecha así, es difícil cerrarla por completo y volver al punto anterior cuando el control era casi absoluto. Es un proceso imparable para el régimen.

– ¿Qué cree que pasará con el nuevo gobierno de Joe Biden respecto a su relación con Cuba?

– El gobierno de Biden, antes de que resultase electo, había dicho que intentaría un proceso de negociaciones con el régimen cubano, de deshielo, una continuidad de la política de Barack Obama. Aunque últimamente hemos escuchado que no sería tan así si el gobierno cubano no da ciertos pasos o mejora su comportamiento en derechos humanos. Estamos completamente seguros en que el régimen cubano está trabajando en convencer a la administración estadounidense y esperan que Josep Borrell, de la Unión Europea, los ayude como mediador, como antes lo hizo el Papa Francisco. Quieren convencer a la administración de Estados Unidos diciendo que se están dando ciertos pasos y para ello van a presentar que ya no hay ningún Castro en la alta dirección del país, que Raúl Castro ya no está siquiera en las sombras mandando, que hay gente joven. Esa es la intención de los Castro viejos, de los Castro jóvenes. Ese es el plan. Convencer a la Casa Blanca de que a partir del próximo Congreso vienen con sangre joven y que vale la pena dialogar con ellos. Nosotros alertamos que deben tener cuidado Estados Unidos y la Unión Europea y los países de nuestro hemisferio porque en realidad no hay intención de realizar reformas profundas que garanticen derechos fundamentales para los cubanos. Ellos sólo se moverán en la dirección en que las presiones del pueblo y de actores internacionales le obliguen a moverse. Sólo ambicionan mantener el control sobre la sociedad y el sistema unipartidista. Los más jóvenes son menos cerrados que esta generación que desaparece por una cuestión biológica. Pero mientras estén los viejos, los jóvenes mantendrán la línea que tracen los viejos desde sus lechos de muerte.

– Las protestas, entre las que se enumeran desde la luz de alarma, las huelgas de hambre y las manifestaciones públicas populares, son cada vez mayores. ¿A qué lo atribuye? ¿La gente se está animando?

– Sí, cómo no. Las protestas, organizadas unas, espontáneas otras… acciones como la de ayer, la luz de alarma contra el Congreso, las huelgas de hambre contra las injusticias… manifestaciones públicas como las del Barrio de San Isidro, son cada vez mayores y van a seguir creciendo. Van a resurgir con más fuerza. En la medida en que continúe la represión, la falta de derechos, de libertad, en la medida que siga creciendo el desabastecimiento, el hambre por todo Cuba van a ser cada día más los cubanos descontentos y van a ser más y más las protestas. Y en la medida que las fuerzas represivas actúen contra quienes se manifiesten y se quejen, pues van a ver más reacciones como las que recientemente tuvieron que enfrentar como la huelga de hambre que realizamos en contra del cerco policial en frente a la sede de la UnPaCu aquí en Santiago. Es un proceso incontenible. Lo pueden controlar por momentos pero después resurgen.

– ¿Cree que Miguel Díaz-Canel podría ser el Mijail Gorbachov de Cuba?

– Díaz-Canel no creemos que sea el Gorbachov de Cuba. Vamos a los años finales de la Unión Soviética. Recordemos que a la muerte de Leonid Breznev le sucede Konstantín Chernenko, otro anciano del Politburó, y luego a su muerte bastante rápida vino (Yuri) Andrópov, otro anciano de la vieja guardia y este también duró poco. ¿Y entonces qué viene? Sangre joven: Mijail Gorbachov. Díaz-Canel viene a ser un Chernenko con sangre joven pero con mentalidad tan vieja y retrógrada y gris como la de vieja guardia del Partido Comunista. No esperamos que sea el Gorbachov de Cuba. Viene a ser el instrumento adecuado en manos de la familia Castro. Hará la voluntad de los Castro y los viejos generales que aún se mantengan en el poder. Quizás haya algún Gorbachov latente en las filas de las nuevas generaciones del Partido Comunista. Pero no será Díaz-Canel. Díaz-Canel es un Chernenko, un Andrópov con sangre joven pero no reformista.

– ¿Cómo está en verdad la situación del COVID-19 en Cuba? El régimen dice que hasta tiene vacunas para el resto del mundo…

– Tenemos suficientes elementos e información para asegurar que el régimen, como siempre hace, ha estado manipulando estadísticas y ocultando las verdaderas cifras de contagios y muertes. Pero por mucho que el régimen enfatice con las medidas coercitivas con la supuesta intención de evitar el incremento de los casos de contagio de coronavirus, la realidad es que el hambre, la miseria y el desabastecimiento, la crisis del sistema de salud pública de Cuba, la escasez de productos para la higiene, las colas, las filas, el hacinamiento, todas esas cuestiones atentan contra la salud del pueblo y hacen que la pandemia aumente en toda la isla. Esa es una verdad que el régimen no puede ocultar por mucho que se esfuerce en ello. El régimen cubano no ha sido capaz de comprarle vacuna a su socio ruso. No han sido capaces de comprar la Sputnik V. No han sido capaces de adquirirla. Alardean con sus cuatro candidatos… Han dado mucha propaganda a la Soberana. Esto ha creado mucha desconfianza e incertidumbre. Muchos cubanos no confían en la efectividad de esa vacuna. Hay muchas luces de alarma porque se dice que muchas personas que fueron vacunadas con algunas de las candidatas han sufrido reacciones secundarias bastante fuertes y preocupantes. El régimen no ha querido gastar un centavo comprando vacunas y ha creado falsas esperanzas diciendo que tenía vacunas y que todos serían vacunados. Pero la población ve que no controlan nada y que no mejora la situación de los contagiados y no ven que haya una vacuna. Esta vacuna que el régimen ha estado promocionando y que no cuenta con el aval de ningún laboratorio de prestigio y no tiene aval internacional es más propaganda que verdadera solución para el pueblo cubano.