José Guerra llama a oposición y a oficialismo a pactar acuerdo para importar diésel

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La escasez de diésel, generada tanto por la destrucción de la industria petrolera venezolana como por las sanciones de Estados Unidos, pone en jaque a diversos sectores que podrían comprometer la ya mermada producción venezolana.

El Impulso

Ante esta crítica situación, el diputado a la Asamblea Nacional electa en 2015, José Guerra, considera que la medida más “responsable” para la dirección política del país es pactar un acuerdo que comprometa tanto al chavismo como a la oposición a facilitar la importación de diésel.

El economista argumenta que la medida sancionatoria aplicada por Estados Unidos para restringir las importaciones de diésel del gobierno de Nicolás Maduro -bajo el argumento de que parte de ese combustible se dirigía a Cuba-, lejos de afectar al gobierno chavista, lo ha beneficiado, debido a que ya no hay intercambios de petróleo por gasoil, sino ventas directas por las que el oficialismo recibe dólares.

“Al no poderse realizar el intercambio de crudos por diésel, ello ha significado que PDVSA (Petróleos de Venezuela) haya ganado saldos de barriles que puede exportar y obtener caja en dólares. Es decir, que la sanción lejos de perjudicar a Maduro, lo ha beneficiado a costa del sufrimiento de los venezolanos”, resalta Guerra en un artículo publicado en Finanzas Digital.

En este contexto, insiste en que un acuerdo político similar al que alcanzaron el Ejecutivo controlado por Maduro y la Asamblea Nacional electa en 2015 para importar vacunas contra la covid-19 con la intermediación de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), podría significar una solución temporal al problema.

“Lo procedente es hacer algo similar a los que se acaba de ejecutar con el acuerdo para financiar la adquisición de vacunas contra la Covid19. Eso es lo responsable. En lo inmediato, lo aconsejable es permitir el intercambio de crudo por diésel en mejores condiciones para Venezuela, que sea un organismo internacional con credibilidad quien supervise la distribución del producto para evitar desvíos y el mercado negro”, propuso.

Campo sin diésel: al borde del colapso
Voces en el sector agrícola han denunciado desde hace meses la gravedad de la situación. Sin embargo, han logrado resistir los embates de una distribución de diésel a niveles mínimos para operar durante los últimos seis meses.

Pese a los esfuerzos por mantener productivas las cosechas y rebaños, además de seguir distribuyendo productos en el país, el colapso es inminente.

“La situación es realmente crítica, al punto que los gremios del transporte han realizado protestas exigiendo diésel para poder trabajar y los productores agrícolas y pecuarios han alertado acerca de la pérdida de las cosechas y los rebaños”, recuerda Guerra.

El parlamentario explica que las necesidades del sector, que ya opera a niveles bajos debido a la contracción productiva que ha sufrido el país con la crisis económica en la última década, se encuentran por el orden de los 50.000 barriles diarios de diésel.

La industria petrolera tiene apenas capacidad para producir, por sus propios medios, unos 70.000 barriles diarios para el procesamiento de productos derivados, de los cuales solo 35.000 asignan al diésel, en contraste con los 50.000 que exige el sector productivo. Esto deja un margen de 15.000 barriles que deben ser importados y actualmente no están llegando al país debido a las sanciones.

“Esas importaciones se estuvieron haciendo mediante un intercambio leonino para los intereses de Venezuela con Repsol, ENI y Reliance a razón de un barril de diésel por tres barriles de petróleo crudo. A partir de noviembre ese intercambio fue suspendido debido a que la Administración de Donald Trump”, explicó Guerra.

Cabe destacar, que lejos de los 70.000 barriles diarios de que produce Pdvsa en 2021 para refinar, la industria tenía capacidad para procesar aproximadamente 1.300.000 barriles diarios para generar gasolina, diésel, grasas, lubricantes y otros productos en sus cuatro refinerías principales.

Es decir, si bien es cierto que las sanciones han afectado a un sector productivo que ya atravesaba una situación de emergencia, las razones de fondo para esta crisis yacen en la destrucción de la industria petrolera durante la gestión chavista, que contrajo sus capacidades a niveles mínimos en décadas y se ve incapaz de seguirle el ritmo a la demanda y el consumo interno del país.