Un grupo de al menos 320 migrantes, en su mayoría provenientes de Venezuela, fueron trasladados desde Tegucigalpa, la capital de Honduras, hacia la frontera con Guatemala, con el objetivo de continuar su ruta hacia Estados Unidos. El traslado de estos migrantes, entre los cuales se encontraban numerosos niños, fue llevado a cabo por la Policía Nacional en siete autobuses. Se espera que lleguen a la frontera de Agua Caliente, en el departamento de Ocotepeque, durante las primeras horas del sábado.
Estos migrantes llevaban varios días viviendo en condiciones de hacinamiento en las estaciones del sistema de transporte público Trans 450 de Tegucigalpa, el cual nunca llegó a funcionar. Estas estaciones carecen de electricidad y agua. A pesar de que estos 320 migrantes fueron llevados a la frontera con Guatemala, al menos cuatro de las estaciones del Trans 450 que ocupaban se convirtieron en refugio para nuevos migrantes que llegaron a Tegucigalpa el sábado.
Entre los migrantes se encontraba Andreína Martínez, una venezolana que llevaba 42 días viviendo en una de las estaciones. Martínez abandonó su país debido a la crisis económica y ha vivido fuera de Venezuela durante nueve años, cuatro en Colombia y cinco en Perú. Durante su estadía en Venezuela, trabajaba en un lavadero y solo ganaba siete dólares a la semana, lo cual apenas alcanzaba para comer un día. Su sueño también es llegar a Estados Unidos. Aunque toda su familia se encuentra en Venezuela, una de sus hermanas también comenzó la travesía desde Medellín y no la esperará en Honduras.
El flujo de migrantes venezolanos que pasan por Honduras ha aumentado en 2023, según fuentes oficiales. Entre enero y los primeros diez días de noviembre, al menos 462,014 migrantes, incluyendo venezolanos, colombianos, ecuatorianos, haitianos, africanos y asiáticos, han cruzado por el territorio hondureño, según el Comisionado Nacional para los Derechos Humanos en Honduras (Conadeh). El objetivo final de estos migrantes es llegar a Estados Unidos.