El lanzamiento del misil balístico hipersónico por parte de Rusia contra territorio ucraniano ha inquietado a Kyiv, cuyas autoridades han solicitado reunirse con la OTAN el próximo martes en Bruselas para discutir el asunto, según informaron fuentes diplomáticas a La Vanguardia. El encuentro contará con la participación de los embajadores pertinentes.
Por La Vanguardia
Rusia lazó ayer contra la ciudad de Dnipró un nuevo misil balístico llamado Oréshnik (Avellano), diseñado para transportar una ojiva nuclear. Se trata de uno de los últimos ejemplos del armamento hipersónico de nueva generación desarrollado por la industria militar rusa. Ni las autoridades ni la prensa habían informado nunca antes sobre la existencia del Oréshnik, capaz de burlar cualquier escudo antimisiles occidental, según explicó ayer el presidente ruso, Vladímir Putin.
En su mensaje a la nación, Putin destacó que la velocidad que alcanza el nuevo misil es de “Mach 10” o “2,5-3 kilómetros por segundo”, lo que le convierte en indetectable para las defensas antiaéreas enemigas. El Oréshnik forma parte de los sistemas de armamento “sin parangón en el mundo” presentados en sociedad por Putin en en el 2018, en lo que muchos llamaron la nueva Guerra de las Galaxias entre Rusia y la OTAN.
El misil, de alcance medio, podría teóricamente golpear objetivos situados a incluso miles de kilómetros de distancia con un margen de error de apenas unas pocas decenas de metros.
El despliegue de este tipo de armas “no cambiará el curso del conflicto ni la determinación de los aliados de la OTAN de apoyar a Ucrania”, afirmó el jueves por la tarde en un comunicado la portavoz de la OTAN, Farah Dakhlallah. “Rusia lanzó un misil balístico experimental de medio alcance contra Ucrania. Este es otro ejemplo de los ataques de Rusia contra ciudades ucranianas. Rusia busca aterrorizar a la población civil en Ucrania e intimidar a quienes la apoyan”, explicó.
Este disparo sin precedentes se produjo tras dos ataques llevados a cabo en los últimos días por Ucrania en territorio ruso utilizando misiles ATACMS estadounidenses y Storm Shadow británicos, armas con un alcance de aproximadamente 300 km.
El presidente estadounidense, Joe Biden, que se había negado durante mucho tiempo a hacerlo, autorizó el domingo estos ataques en territorio ruso con armas estadounidenses, a pesar de las advertencias de Rusia, que había esgrimido la amenaza nuclear.
Putin también auguró en su discurso que el conflicto en Ucrania tenía ahora todos los ingredientes de una guerra “mundial” y advirtió que no descartaba golpear a los países occidentales. “Nos consideramos en nuestro derecho a utilizar nuestras armas contra las instalaciones militares de países que autorizan el uso de sus armas contra nuestras instalaciones”, añadió.