Yusbey Medina contesta el teléfono desde la morgue de San Cristóbal, en Táchira, Venezuela. Dice que lleva horas esperando a un patólogo forense para que le hagan la autopsia a su prima Michelle, de cinco años. La niña murió en la madrugada del miércoles, a pocos metros del Puente Unión, que une a Boca de Grita, del lado venezolano, con Puerto Santander, en Colombia. Es jueves a mediodía y su familia todavía no ha podido sacar su cuerpo para llevarla a La Fría, donde vivía en un rancho con sus papás y sus dos hermanos, ambos más pequeños que ella. Están a dos horas de distancia y el cielo amenaza con lluvia. “Todos estos días ha sido así, ayer en la madrugada caía un aguacero”, dice Yusbey.
Por: El País
Michelle murió en el puente metida en una carretilla de madera, en las que transportan comida, cubierta con una sábana y unos plásticos con los que su mamá la protegía de la lluvia luego de que las bajaran de la ambulancia y desconectaran a la niña de un tanque de oxígeno porque no podía ?dijeron unos militares? pasar así a territorio colombiano. “La frontera está abierta, pero ¿para qué o para quién?”, cuestiona la prima, que dice que hasta ahora ninguna autoridad les ha buscado. “Nadie. Ni de Venezuela, ni del lado colombiano nos ha contactado”.
La noticia de la muerte de Michelle apenas fue registrada por unos cuantos medios locales, entre ellos, La Opinión de Cúcuta, que logró confirmar con su corresponsal en el Táchira que la historia y las fotos que circulaban en redes con la imagen de una mamá frente a su hija muerta correspondían a algo que había ocurrido en el puente. “Según el relato de varios testigos, los funcionarios militares no permitieron el paso de la ambulancia proveniente de La Fría”, documentó el diario.
Yusbey cuenta que Michelle tenía problemas de corazón y sufría de asma. No era la primera vez que cruzaban la frontera para llevarla al médico en Colombia, pero sí era la primera vez que lo hacían por una urgencia. Michelle se había empezado a sentir mal hace ocho días.”Desde el martes de la semana pasada sentía malestar, le costaba caminar, casi no podía respirar”, dice su prima.
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