Un reciente anuncio realizado el viernes ha sacudido a los mercados globales: un impuesto del 50% sobre las importaciones de acero por parte de la administración de Donald Trump ha encendido alarmas sobre posibles aumentos de precios en numerosos bienes de consumo.
Por Infobae
Tal como publicó la agencia AP, se teme que artículos que van desde automóviles hasta productos enlatados vean un incremento significativo en sus costos debido a la omnipresencia del acero en su producción y embalaje. Frente a esta situación, la Unión Europea (UE) se está preparando para implementar “contramedidas” en respuesta a estos aranceles sorpresivos y para abordar la arremetida arancelaria del gobierno estadounidense.
De acuerdo con lo relatado, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente estadounidense Donald Trump, han acordado recientemente intensificar las negociaciones comerciales. Sin embargo, el portavoz de la Comisión, Olof Gill, advirtió que en caso de que estas conversaciones no logren un resultado equilibrado, la Unión Europea está lista para imponer sus propias contramedidas. Esto incluiría la aplicación automática de una lista ampliada de tarifas el 14 de julio, día en que culmina un período de gracia de 90 días previamente fijado para facilitar las negociaciones.
“En caso de que nuestras negociaciones no conduzcan a un resultado equilibrado, la UE está preparada para imponer contramedidas, incluso en respuesta a este último aumento arancelario”, dijo Gill.
El anuncio de Trump ha complicado las negociaciones comerciales en curso entre Bruselas y Washington. En un esfuerzo por evitar el alto arancel sobre sus productos, la UE ha discutido diversas concesiones potenciales, que incluyen aumentar la compra de gas natural licuado y artículos de defensa estadounidenses, y una posible reducción de tarifas sobre importaciones de automóviles. Sin embargo, la UE no cedería a eliminar el impuesto al valor agregado ni abriría su mercado a la carne estadounidense.
La propuesta de “cero por cero” de la UE, que sugiere la eliminación mutua de aranceles sobre bienes industriales, incluyendo automóviles, no ha sido bien recibida por Trump. No obstante, los funcionarios europeos insisten en que esta oferta sigue disponible.
¿Podrá Trump arreglar la deuda estadounidense?
A pesar de las promesas hechas por el presidente Donald Trump de reducir el déficit fiscal, los resultados hasta ahora han sido inciertos.
Según el Comité para un Presupuesto Financiero Responsable, la combinación de recortes de impuestos y aumentos en el gasto, como los aprobados recientemente por la Cámara de Representantes, podrían sumar alrededor de 5,1 billones de dólares a la deuda nacional en una década, siempre que estas medidas sigan vigentes.
Este escenario plantea preocupaciones significativas sobre las finanzas del gobierno, a la vez que intenta llevar a cabo su ambiciosa agenda económica.
De acuerdo con la cobertura de Bloomberg, el presidente Trump enfrenta la tarea de convencer no solo a los senadores de su propio partido, sino también a los inversores globales, al electorado y figuras influyentes como Elon Musk. La empresa no es fácil, pues los mercados financieros han reaccionado con escepticismo a las políticas fiscales de la administración actual.
Se observa una percepción generalizada de que Trump podría no ser capaz de cumplir con la promesa de controlar el déficit. Esto se debe, en parte, a los déficits que han caracterizado a los presupuestos federales en los últimos años, alimentados por la bajada de impuestos y un gasto público considerable.
El análisis publicado por la agencia de noticias detalla que estos movimientos fiscales elevarían el endeudamiento al nivel más alto visto desde la Segunda Guerra Mundial, lo que plantea preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda a largo plazo. La presión sobre el gobierno es significativa, ya que el incremento de la deuda podría tener implicaciones serias para la economía del país, afectando la capacidad del gobierno para responder a futuras crisis económicas o nuevas prioridades de gasto.
A pesar de estos desafíos, representantes de la administración han argumentado que los recortes fiscales estimularán el aumento en el crecimiento económico. Según defensores, esta expansión podría generar ingresos adicionales para el estado, mitigando así parte del impacto negativo en la deuda nacional. Sin embargo, expertos citados por Bloomberg destacan que cualquier mejora económica deberá superar considerablemente las actuales expectativas para impactar de forma efectiva en el equilibrio fiscal.