Las cajas de cartón pueden ser un medidor tan bueno como los demás para denotar el pulso de la economía. Con la habitual discusión en EEUU últimamente sobre si la economía caerá en la recesión (si no está ya en ella) o si conseguirá evitarlo con un ‘aterrizaje suave’ (inflación domeñada sin grave daño macro), otro indicador viene a arrojar algo de luz. Se trata del número de cajas de cartón demandadas.
Los números son claros. Los envíos de cajas de cartón ondulado, que son un buen barómetro de la demanda de bienes, se hundieron casi un 4% en 2022, al igual que la demanda de bienes. El cuarto trimestre fue, con mucho, el punto más bajo del año. Atrás quedaba el muy inusual aumento de alrededor del 6% en 2020-2021 impulsado por el gasto de estímulo gubernamental sin precedentes. Muchos en la industria de las cajas esperan que 2023 sea incluso peor que 2022.
Aunque en las recesiones suelen contraerse todos los sectores de la economía, actualmente la contracción solo es evidente en la industria manufacturera y el comercio, señaló en una nota el lunes el estratega jefe de inversiones globales de Charles Schwab, Jeffrey Kleintop. Para el analista, EEUU se encuentra en una «recesión de cajas de cartón» que podría provocar un debilitamiento del mercado laboral y una mayor presión sobre los beneficios de las empresas, si bien también puede significar que la economía experimente una fuerte caída de la inflación a finales de año. Según la Fibre Box Association, se trata de un indicador de recesión que no se ha tenido en cuenta y que ha precedido a anteriores recesiones de la economía estadounidense.
El billón de dólares de deuda que emitirá EEUU amenaza al mercado
Los inversores se preparan para una avalancha de más de un billón de dólares en emisiones de deuda por parte del Tesoro de EEUU después de la crisis por el techo de la misma que estuvo cerca de llevar al país al default. Esta ola de emisiones podría desencadenar un nuevo brote de volatilidad en los mercados financieros y volver a poner a prueba al sector bancario. JP Morgan ha estimado que Washington necesitará pedir prestado 1,1 billones en letras del Tesoro a corto plazo para fines de 2023, con 850.000 millones en emisión neta de letras durante los próximos cuatro meses.
Pocos esperan una gran agitación, pero muchos se preocupan por la posibilidad de problemas imprevistos en las tuberías financieras, donde se producen transacciones por valor de billones de dólares a diario, que podrían provocar temblores en los mercados. «Con la aprobación de la ley sobre el techo de la deuda, el Tesoro estadounidense se dispone a restablecer las arcas públicas con una fuerte emisión que provocará un descenso de la liquidez del sistema bancario estadounidense. Esta importante reducción de la liquidez pondrá a prueba el repunte de los mercados bursátiles en las próximas semanas, pero también aumentará la atención sobre cómo se las arreglarán los bancos para hacer frente a las próximas salidas de fondos a medida que el dinero comience a fluir desde los depósitos bancarios hacia la cuenta del Tesoro en la Reserva Federal. Hasta qué punto los fondos del mercado monetario participarán en la compra de T-bills será importante para los flujos de dinero en el sistema bancario», explican los analistas de SEB.
EEUU podría encontrarse pronto con una consecuencia inesperada de la extraña situación que vivió el país respecto al techo de deuda. Diversos expertos de Wall Street señalan que, para hacer frente a sus obligaciones tras meses sin poder emitir deuda, el Gobierno de los Estados Unidos desencadenará una avalancha de nuevas letras del Tesoro. Según JP Morgan, Washington necesitará 1,1 billones de dólares en bonos a corto plazo para finales de 2023 con una emisión de deuda de 850.000 millones en los próximos cuatro meses.
Este enorme movimiento está incrementando la preocupación de los mercados por que surjan problemas imprevistos que tensen al máximo las tuberías financieras del país en un momento en el que no gozan de su mejor estado de forma. La principal preocupación es que este movimiento reduzca la liquidez del sistema bancario del país. Según los analistas de SEB «esta fuerte emisión provocará un descenso de la liquidez del sistema bancario estadounidense».
A lo que se refieren los analistas es a la necesidad del organismo de colocar toda esa deuda en un lapso temporal breve, lo que inundará el mercado de nueva oferta, presionará los precios a la baja y las rentabilidades al alza. Con ello, esta alternativa a los depósitos gana todavía más atractivo y podría impulsar a los ahorradores a sacar dinero de sus cuentas para acudir a la financiación del país.
Esta importante reducción de la liquidez «pondrá a prueba el repunte de los mercados bursátiles en las próximas semanas, pero también aumentará la atención sobre cómo se las arreglarán los bancos para hacer frente a las próximas salidas de fondos a medida que el dinero comience a fluir desde los depósitos bancarios hacia la cuenta del Tesoro en la Reserva Federal». Desde Apollo Global Management también coinciden y explican que «Tenemos un déficit presupuestario significativo. Si también tenemos una avalancha de emisión de letras del Tesoro, es probable que tengamos turbulencias en el mercado del Tesoro en los próximos meses».
Otros analistas como los de Bank of America ya analizan el impacto que puede tener esto en la economía. Según su último informe, se espera que una ola de emisiones de esta dimensión tenga un impacto económico similar al que tendría un alza de 25 puntos en los tipos de interés por parte de la Reserva Federal.
Esta impacto llegaría en un momento especialmente sensible para las entidades del país. Estas empresas se encuentran en un momento en el que necesitan una fuerte liquidez para reforzar su balance tras los recientes problemas de diferentes bancos regionales que se han saldado con la quiebra de tres, Silicon Valley Bank, Signature Bank y First Republic, al no tener efectivo suficiente para asumir la retirada de depósitos.
«El sistema bancario tiene liquidez suficiente para asumir el golpe de esta enorme emisión de deuda»
Si los ahorradores vuelven a considerar otras opciones a los depósitos y encuentran incentivos para sacar parte de sus fondos, la presión podría volver a llamar a la puerta de la banca, especialmente de las entidades más pequeñas, cuya financiación se ha complicado tras las turbulencias bancarias.
Sin embargo, no todos los analistas comparten esta tesis. Desde Natixis creen que estas dudas están siendo algo exageradas. En declaraciones a Reuters, la empresa matizó que «los fondos que están en el mercado monetario tienen suficiente liquidez para absorber de forma correcta la enorme emisión de deuda que viene por parte de Estados Unidos».El final del techo de deuda
Estas turbulencias son el escenario positivo logrado tras la crisis del techo de la deuda en Estados Unidos. Se trata de la cantidad máxima de crédito que el Congreso de los Estados Unidos permite al Gobierno tomar prestado. Con la Cámara Baja controlada por los republicanos y con el límite superado, el país inició una carrera contrarreloj para evitar un impago técnico.
Finalmente, tras meses de dudas y con sus CDS disparados, la mayor economía del mundo logró evitar el escenario del default con un acuerdo bipartidista el pasado 28 de mayo. Según la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, el impago se habría producido en el mes de junio, por lo que el entendimiento se produjo al límite de que sucediera el peor de los escenarios. Gracias a este pacto, ya ratificado por ambas cámaras, Estados Unidos puede emitir de nuevo deuda. Sin embargo, tras meses sin hacerlo, ahora se encuentra en la necesidad de recuperar el tiempo perdido, con una gran emisión, cuyas consecuencias pueden afectar a toda la economía y los mercados de Estados Unidos.