Las claves del calendario electoral que el chavismo hace sin la participación de la oposición

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La Asamblea Nacional, bajo el control del chavismo, ha comenzado a elaborar un calendario electoral para las próximas elecciones presidenciales de este año. Sin embargo, este proceso de consulta ha sido cuestionado por la oposición principal, que ha decidido no participar en estas reuniones.

El presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, encabezó el primer encuentro que tuvo lugar en la sede del Parlamento y que se llevará a cabo hasta el miércoles. El objetivo de estas reuniones es escuchar las ideas de representantes de diferentes sectores, como empresarios, trabajadores, líderes religiosos y otros movimientos, para las elecciones presidenciales, cuya fecha aún no está definida.

Rodríguez explicó que la meta es elaborar un documento esta misma semana para presentarlo al Consejo Nacional Electoral (CNE), el único organismo autorizado para convocar elecciones en el país. El objetivo es que el CNE fije lo antes posible la fecha de las elecciones presidenciales.

El presidente de la Asamblea Nacional destacó que asistieron 9 precandidatos presidenciales y representantes de 29 organizaciones políticas, algunas de las cuales han sido intervenidas judicialmente. Rodríguez calificó la reunión como «sumamente constructiva» y anunció la creación de una comisión de trabajo que se encargará de desarrollar tres puntos fundamentales en esta propuesta: principios constitucionales y políticos, garantías e igualdad de condiciones, y un calendario real que sea discutido, consensuado y firmado.

Se busca incluir la mayoría de garantías, como la observación electoral y criterios para la gestión de la publicidad y propaganda de los candidatos, así como el compromiso de reconocer los resultados. En cuanto a las misiones de observación electoral, como la de la Unión Europea, Rodríguez afirmó que ninguna instancia que no sea el CNE tendrá influencia en la definición de la fecha de las elecciones y que cualquier invitado internacional deberá adaptarse a lo establecido por el ente comicial.

Rodríguez señaló que el país invitará a aquellos que considere oportunos dentro de los plazos establecidos por el CNE. No hizo mención al acuerdo firmado entre el gobierno y la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), oposición, en el que se acordó la incorporación de la UE como observadores de las elecciones presidenciales.

El gobierno es consciente de que si las invitaciones a las misiones se envían tarde, estas no podrán organizar sus equipos para una implementación efectiva y, por lo tanto, no podrán asistir. Este hecho ya ocurrió en las elecciones legislativas de 2020.

Los partidos opositores Primero Venezuela (PV) y Acción Democrática (AD), que no forman parte de la PUD, propusieron celebrar las elecciones el 5 y el 28 de julio, respectivamente. Los precandidatos presidenciales Javier Bertucci y Antonio Ecarri solicitaron la presencia de observadores internacionales, incluida una misión de la UE, y un mecanismo para frenar cualquier ventaja injusta.

El Partido Socialista Unido (PSUV), en el gobierno, está a favor de celebrar las elecciones «lo antes posible», dentro de los plazos establecidos por el CNE, que en el pasado ha organizado elecciones presidenciales en menos de tres meses, aunque sin la presencia de observadores de la UE.

La PUD, que no participa en estas reuniones, cree que el gobierno pretende diseñar unas elecciones antidemocráticas a través de estas consultas, que según denuncian, buscan distorsionar lo acordado en las negociaciones políticas facilitadas por Noruega y respaldadas internacionalmente.

Ante la ausencia de la oposición, Rodríguez afirmó que los miembros de la principal coalición opositora están equivocados al no asistir y al criticar este mecanismo de consulta que busca escuchar a todos los que deseen participar.

La oposición ha denunciado la violación de los acuerdos por parte del gobierno, después de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ratificara que su candidata presidencial, María Corina Machado, no podrá competir en elecciones hasta 2036, a pesar de ser la favorita en la mayoría de las encuestas.