Infobae consultó a expertos para conocer el fenómeno por el cual el coronavirus impacta y afecta a una franja etaria cada vez menor
Por Francisco Reyes / Infobae
Desde su irrupción en el escenario global, el virus SARS-CoV-2 causó la muerte de más de 3.7 millones de personas en el mundo. Desde un primer momento se sabía que era más letal entre los adultos mayores, en donde concentra el mayor número de decesos.
Sin embargo, en los últimos meses, se comenzó a observar que en algunos países de la región como Brasil, México, Colombia y ahora en la Argentina, cada vez más jóvenes mueren a causa de la enfermedad por COVID-19. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) incluso lo advierte en un documento: “en los países en desarrollo los grupos de edad más jóvenes representan una proporción significativamente mayor de las muertes por COVID-19 en relación con los países de altos ingresos. En América Latina, los adultos jóvenes y de mediana edad representan una mayor proporción de las muertes de cada país que las cohortes respectivas de los cinco países de ingresos altos con mayor número de muertes”.
De acuerdo a lo informado por un informe especial del Ministerio de Salud argentino sobre niñez, adolescencia y COVID-19, los casos de menores de 20 años notificados hasta el 1 de junio de este año con coronavirus en la Argentina correspondían a 375.293 niños y adolescentes (9,9% del total de contagiados), de los cuales 341.364 se recuperaron y 220 fallecieron. A su vez, en el monitor de datos de la cartera sanitaria se desprende el dato que 90 hombres y 30 personas sin determinar su género de entre 20 a 39 años murieron por coronavirus; 1.216 hombres, 840 mujeres y 33 personas no categorizadas por sexo de entre 40 a 59 años perdieron su vida por el COVID; 8.981 hombres y 4.723 mujeres de entre 60 y 69 años y 37.650 hombres y 28.965 mujeres mayores de 70 años, de entre 84.628 víctimas fatales del virus SARS-CoV-2 en el país, en el medio de una lenta campaña de vacunación.
Lo cierto es que en esta segunda ola, que golpea fuerte, con récords de contagios y decesos que semana tras semana se superan, cada vez se conocen más casos de jóvenes sin enfermedades preexistentes conocidas que murieron por coronavirus, de 20, 30, 40 años. En este contexto, Infobae consultó a diferentes profesionales de la salud que se enfrentan al virus todos los días y son expertos en enfermedades infectocontagiosas, para conocer los detalles y las claves de este fenómeno que preocupa y ocupa a todos los que luchan de manera desigual contra la enfermedad.
Lilián Testón (MN 87307), médica especialista en enfermedades infecciosas, infectóloga pediatra y coordinadora de Epidemiología de la Fundación de Centros Estudios Infectologicos Dr. Daniel Stamboulian (FUNCEI), explicó a este medio: “Se observa un aumento en el número de casos en la población de 30 a 59 años con riesgo de padecer una enfermedad severa con su consecuente hospitalizacion”.
“Esto se debe principalmente a un aumento global en el número de casos, una población de adultos mayores que se encuentra parcial o totalmente inmunizada y permanece desde el comienzo de la pandemia con mayores medidas restrictivas y a su mayor exposición al virus principalmente por su circulación secundaria a actividades laborales y la presencia de la variante ‘Gamma’ o Manaos, cuya característica principal es su alta transmisibilidad”, precisó.
Consultada por Infobae, la doctora en virología Laura Palermo, profesora argentina que vive y enseña en la Facultad del programa de Biología Humana en la Universidad Hunter y en la Universidad de la Ciudad de Nueva York, apreció: “el fenómeno de las muertes cada vez más frecuentes por COVID-19 en jóvenes es llamativo, ya que al inicio de la pandemia el nuevo coronavirus afectaba menos frecuentemente a los niños y causaba una enfermedad más leve en ellos. Un ejemplo de un aumento vertiginoso de los fallecimientos en los más jóvenes se observa en Brasil, en donde el número de niños que murieron de coronavirus es particularmente alto si se compara con los números que se observan en los Estados Unidos”.
“En EEUU si bien fallecieron aproximadamente unas 600 mil personas, solamente 113 corresponden a niños menores de 5 años. En Brasil, sin embargo, con 480 mil muertos, más de 900 son chicos de esta franja etaria. ¿Los posibles motivos? Uno de ellos es la falta de diagnóstico temprano, que hace que se retrase la intervención médica. Habría que pensar por qué no es accesible y una posible razón es la falta de recursos y el asumir que los niños no presentan una enfermedad por COVID severa”, añadió Palermo.
Las nuevas variantes también juegan un papel primario en este nuevo condimento que hace que la pandemia sea aún más temerosa. “La circulación de nuevas cepas virales es un factor importante, que ha cambiado el panorama, ya que se transmiten más eficientemente y escapan parcialmente a la protección que confieren los anticuerpos, generados por una infección previa o por la vacunación”, precisó la viróloga, desde Nueva York.
“Tal vez, algunas de las nuevas mutaciones que tienen estas nuevas variantes contribuyen a que el virus se transmita más fácilmente en niños o en jóvenes, genere más hospitalizaciones y por consiguiente aumente la mortalidad. Es posible que este fenómeno no solamente se de entre los más jóvenes sino que suceda en todos los grupos etarios”, agregó.
Laura Palermo advirtió: “Asimismo, se observa en la flamante evidencia científica que hay un grupo de riesgo en particular que es más vulnerable, las mujeres embarazadas, las cuales presentan una enfermedad severa, tienen riesgo de un parto prematuro y también pueden contagiar al recién nacido”.
Ante la pregunta de Infobae de por qué nos encontramos con más muertes jóvenes por COVID-19, la médica infectóloga Isabel Cassetti, directora de Helios Salud (MN 55583), explicó: “En esta segunda ola observamos un aumento de los casos de COVID-19 en población más joven, entre los 20 y 40 años, comparando con el año 2020. Más adolescentes y adultos jóvenes han adquirido COVID y con formas más complicadas, pero sin aumento de la mortalidad”.
“En el mundo, se ha demostrado que las muertes asociadas a la población adulta joven estuvo vinculada a la presencia de obesidad, diabetes e hipertensión arterial. Sin la presencia de estas comorbilidades no podemos afirmar que la mortalidad en este grupo etario sea mayor. La edad es un factor de riesgo independiente asociada a la mortalidad. Sigue siendo más elevada en los mayores de 50 años y aumenta en cada década de la vida”, precisó Cassetti.
¿Porqué los jóvenes ahora están más afectados? Las razones según la directora de Helios Salud pueden ser multifactoriales:
- -Baja percepción de riesgo de contraer la enfermedad y de tener complicaciones
- -Más circulación de los jóvenes
- -Mayor probabilidad de realizar reuniones cerradas y más numerosas
- -Muchos realizan actividades esenciales
- -No están vacunados
- -Baja adherencia a las medidas de restricción
De acuerdo a la infectóloga, “La presencia de cepas más transmisibles, impacta a todas las edades, también a los jóvenes. Será necesario seguir estudiando el comportamiento de la pandemia en nuestro país en los distintos grupos de edad, con y sin comorbilidades, pero sin duda cuando la vacunación alcance a los jóvenes tendremos un mejor escenario. En el mientras tanto es muy importante que los jóvenes se cuiden y cuiden a los adultos de mayor edad aunque éstos estén vacunados”, recomendó.
Por su parte, Tomás Orduna, médico infectólogo (M.N. 61.528), jefe del servicio de Medicina Tropical y Medicina del Viajero en el Hospital de Infecciosas Francisco Javier Muñiz de la Ciudad de Buenos Aires que integra el consejo de asesores del presidente Alberto Fernández alertó a este medio: “Las muertes de jóvenes se van dando en función de la cantidad de casos. Al día de hoy, los menores de 60 años representan 1 de cada 3 fallecidos, todavía 65% de los casos totales corresponden a personas mayores de 60 años”.
“Lo que sí está claro es que las curvas de cantidad de fallecidos por arriba y por debajo de 60 años han cambiado, ya que mientras ha descendido de manera muy importante la curva de mayores de 60 producto de la vacunación que prácticamente supera al 87% del total en esta franja etaria, la gran circulación es a expensas de los menores de sesenta años, y cuando hay una gran circulación, que de hecho esta segunda ola tiene más del doble de casos que la primera, eso lleva a que mucha más gente joven ahora está expuesta y siempre va a haber más cuadros graves, críticos que requieran terapia intensiva y fallecimiento, y habida cuenta que trágicamente 2 de cada 3 personas con coronavirus que ingresan a UTI con respirador fallecen”, analizó Orduna.
En esta línea coincidió Gabriela Piovano, médica infectóloga del Hospital Muñiz (MN 85.555) quien consultada por Infobae respondió al interrogante de las muertes por COVID-19 en jóvenes: “Desgraciadamente la muerte de cada vez más gente en grupos etarios más chicos tiene que ver con varios factores. En primer lugar, al principio de la pandemia los lugares que más infecciones acumularon fueron los geriátricos, es decir los adultos mayores, fenómeno que se vio en todo el mundo. El virus surgió de China y se propagó en un circuito de personas que por lo general no eran jóvenes, en turistas y personas que viajaban por negocios”.
“La mayoría de las personas tiene una respuesta ante el primer contacto con el coronavirus que vimos que el 80% tiene o un cuadro directamente asintomático o con características de una gripe y queda restringido a síntomas como fiebre, dolores musculares, decaimiento, etc. Ahora bien, un 20% no tiene una respuesta efectiva, no logran reconocer el ingreso del virus, ni identificarlo o elaborar una respuesta para eliminarlo. Entonces, pacientes con trastornos inmunológicos como los de la diabetes o la obesidad, los adultos mayores, son condiciones que hacían que el organismo no tenga de entrada una respuesta adecuada y permitía que el SARS-CoV-2 avance más y la respuesta sea más profunda, lo que cause que se inflamen los vasos, se producen embolias, micro infartos y la enfermedad respiratoria, renal, neurológica, etc.”, explicó.
Según Piovano, “se trata de una desrregulación inmunológica que no es la más frecuente pero al estar presente hacía evolucionar desfavorablemente a la enfermedad, en personas diabéticas, obesas, con problemas de presión arterial, vasculares o de avanzada edad. Cuando en la Argentina bajamos las cifras, al cuarentenarnos en julio del año pasado y gracias a la sectorización de la circulación, los números de contagios fueron bajando, hasta noviembre y diciembre, en donde se abrió todo, volvió la nocturnidad, la apertura de gimnasios, los viajes de egresados, y empezamos a permitir que los adolescentes y jóvenes que circulaban para ir a trabajar nada más, se empiecen a entremezclar y a infectar de forma alarmante”.
“Estos fenómenos se dieron en una fracción muy baja de adolescentes, niños y jóvenes, ya que inclusive muchos de los que habían evolucionado mal tenían alguna comorbilidad. Cuando se amplió la población infectada, se empezó a ver la muerte en este sector. Y pasaron dos cosas: se incrementaron los trastornos inmunológicos que no tenga que ver con la diabetes u obesidad presente en jóvenes, fuertes procesos inflamatorios, respuestas inflamatorias que causan más daño en esta franja etaria, ya que tiene menor capacidad de adaptarse o no tener tanto daño por esa situación”, añadió la infectóloga.
Por otro lado, según Piovano, la reinfección puede ser más severa. “Muchos jóvenes ya se infectaron el año pasado, y ahora se están volviendo a infectar pero con una variante por ejemplo local, inmunológicamente distinta”. Esto, de acuerdo a la experta, hace que en algunos casos, la segunda infección sea de peor evolución, porque el sistema inmunológico reacciona con una respuesta exagerada, con mayor ímpetu, y aparece la neumonía, con un desenlace fatal en ciertos fenómenos”.
En definitiva, los especialistas coinciden en que diversas variables entran en juego para que el SARS-CoV-2 encuentre la forma de seguir afectando a un grupo cada vez más importante de personas y que hacen falta más investigaciones para conocer a más a fondo la forma en que la enfermedad por COVID-19 genera complicaciones en jóvenes hasta, lamentablemente, generar que pierdan la vida.