Pensar en las elecciones del 21 de noviembre despierta las más diversas emociones, todas de alta intensidad. Si pasamos revista a las redes sociales y medios de comunicación es posible detectar a primera vista la clara polarización entre quienes han decidido asistir a las elecciones y dar otra oportunidad a la democracia y los que no lo harán, por no prestarse a legitimar al régimen madurista.
Mireya Rodríguez – Efecto Cocuyo
Sin embargo, como la realidad no es blanco o negro y como el futuro se construye, les propongo tomar un respiro y ampliar la mirada para analizar otras opciones, llamadas escenarios, las cuales podrían abrir el abanico frente al dilema de votar o no votar.
La diversidad de escenarios a utilizar va a depender de la cantidad y calidad de información disponible, así como de audacia para ir más allá de esa información y atreverse a plantear posibilidades, con distintos grados de probabilidad.
A continuación, les propongo visitar los siguientes escenarios, los cuales serán descritos de manera breve y concisa, utilizando la herramienta llamada “cono de futuros”. Veamos:
Escenario 1: Ya ganaron ellos
Es aquel escenario que se asume como el más probable que ocurra, basado en las tendencias conocidas. Este escenario otorga el triunfo al régimen y consolida su entramado geopolítico. Se construye a partir del comportamiento pasado, caracterizado por el control de las instituciones, el dominio militar, la amenaza de los colectivos, la estrategia del fraude sistemático, la dispersión de las llamadas fuerzas opositoras y la cooptación de los llamados “alacranes”. Ello dará como ganadoras a las candidaturas oficialistas, con algunas pocas islas no oficialistas –la mayor parte de la MUD- que les permitiría mostrarse como un régimen democrático. Sabiéndose mayoría, no reanudan las negociaciones en México y no se descartan nuevas persecuciones a opositores. Más de lo mismo.
La idea de que éste sería el escenario predominante desanima e inmoviliza a la población no chavista-madurista, quien verá como infructuoso su esfuerzo por materializar una opinión contraria al régimen. A ello habría que sumar la campaña de aquellos que abiertamente fomentan la abstención, muy activa en las redes sociales.
Escenario 2: Hablan las entrañas
Este escenario se construye sobre lo que «podría» suceder en función de la comprensión de cómo funcionan los procesos sociales, más allá de las tendencias actuales. En esta opción, podemos decir que la población -harta de tanta indignidad- percibe una serie de oportunidades, diferentes de eventos electorales anteriores, que podrían abrir una posibilidad a un cambio. La presencia de observadores internacionales, la liberación de presos políticos, la apertura de la fase de investigación de la CPI, algunas candidaturas unitarias así como el miedo a seguir empeorando sus condiciones de sobrevivencia, hace que la población decida votar de manera aluvional en contra del régimen. Este comportamiento incluye una parte de la votación de la base chavista-cansada de pasar trabajo y hambre. Esta posibilidad se alimenta de la información que dan algunas encuestas, que muestran que la mayoría de la población desea un cambio y que tiene una mayor disposición a votar que la militancia oficialista. Acá el actor determinante sería la población misma, que podría dar un veredicto imposible de manipular por el régimen y superaría en madurez a quienes dicen ser sus líderes. Hablarían las entrañas y la dignidad del pueblo venezolano, cansado de tanta humillación. Este resultado consolidaría algunos liderazgos de oposición y daría espacios a nuevas figuras emergentes de la sociedad civil. Por su contundencia, podría dar paso a un periodo de transición, donde no se descartan convulsiones para hacer valer este nuevo escenario.
Escenario 3: Cohabitación y legitimidad
A diferencia del anterior, este escenario se construye sobre información que podría existir pero que aún no conocemos. Sólo podemos inferir o incluir juicios de valor. En este contexto, podría generarse otro escenario donde el régimen lleve a cabo negociaciones secretas -no como las de México–tanto con algunos sectores de la oposición como con el gobierno de USA, para reducir el impacto de la extradición de Alex Saab, Carvajal y otros, reconociendo a cambio un número significativo de gobernaciones y alcaldías. Así, ganaría la legitimidad internacional que necesita para reducir las sanciones y tener acceso a activos congelados o en manos del llamado interinato. Es decir, la agenda de entendimiento de México, pero sin Mesa de negociación.
Sin embargo, estas negociaciones –para ser sostenibles- deberán contar también con la anuencia de otros actores claves del eje geopolítico que sustentan al régimen, léase Cuba, Rusia, Irán, los colectivos, la guerrilla, el narcotráfico y las Fuerzas Armadas, entre otros.
Escenario 4: Color de hormiga
Este escenario se construye con todo lo que está más allá del momento presente, es más un futuro potencial. Se sustenta en la proyección del primer escenario (“ya ganaron ellos”), con lo cual el régimen consolida el dominio actual con la construcción de las ciudades comunales, sumado al desmembramiento del territorio y la pérdida real y simbólica de la moneda nacional. Será un hecho la dolarización explicita de los precios, la flexibilización de medidas comerciales para fomentar zonas de prosperidad y la amplificación del uso de peso colombiano. Este último factor se vería ampliado en caso de que Petro gane las elecciones en Colombia, lo cual vendría a fortalecer el proyecto chavista-madurista y su constelación de grupos irregulares, para-militares y del narcotráfico, con la complacencia de las FFAA venezolanas. La identidad venezolana se desdibuja de manera acelerada a nivel nacional y se consolida a nivel internacional, con una diáspora valiosa y conquistando espacios de superación.
Escenario 5: Vacío de poder
Este tipo de escenario suele ser considerado como absurdo o improbable, incluso ridículo. En particular, este surge como una posibilidad derivada de la captura de Nicolás Maduro y personajes de su entorno, cuyas cabezas tienen precio fijado por la DEA. Ello colocaría en papel protagónico a Jorge Rodríguez como presidente de la Asamblea Nacional, mientras se organizan nuevas elecciones presidenciales. También podría ocurrir con más probabilidad en caso de darse el escenario 2 llamado “hablan las entrañas” o del escenario 3 “cohabitación”. En ambos, habría el espacio político que podría conllevar a la organización de un referéndum revocatorio. Esta opción implicaría renovar el tablero geopolítico actual y dar inicio a la reinstitucionalización del Estado en Venezuela, con el alto potencial de conflicto por la calidad de los actores involucrados. Escenario no apto para ingenuos o líderes sin experiencia.
A este conjunto de escenarios, -que pueden combinarse- también se pueden agregar algunos comodines, que son aquellos eventos de baja probabilidad pero que- de ocurrir- tendrían un impacto muy grande y que generarían nuevos escenarios. Por su naturaleza, son imposibles de prever, solo nos demanda a estar abiertos a que algo -siempre- puede ocurrir que no hayamos previsto y que podría cambiar completamente el tablero actual.
El futuro es un espacio para construir el bienestar y debemos estar habilitados para ello. Mucho depende de cada uno de los venezolanos. Por eso te pregunto ¿cuál de estos escenarios ves como el de mayor probabilidad?, ¿en cuál estas dispuesto a trabajar para que ocurra?