El presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, aseguró este lunes que actualmente, existe un porcentaje mayor al 55% de la población que usa divisas en las transacciones, y que se espera que el número aumente a 70% este mismo año.
Jesús Herrera./ ND
«Se utilizan hoy divisas en un porcentaje superior al 55% de las transacciones (aumenta contra el número de personas con acceso pues los grandes consumidores compran en divisas) y se espera que ese número supere el 70% este año», señaló León en una publicación en Instagram.
Indicó que al menos el 38% de la población tiene o recibe divisas de manera directa de sus fuentes generadoras, que, por lo general, se vinculan a las remesas, repatriaciones de ahorros, compensaciones salariales, exportaciones legales y las ilegales, que, dice, son el «contrabando, minería, narcotráfico (este último difícil de proyectar)».
«La penetración (del dólar) es más elevada aún en la economía privada que en la pública, donde todavía se realizan grandes transacciones en bolívares y petros», aclara León.
Señala que la masificación del uso de divisas en Venezuela «es un fenómeno imparable y difícil de revertir, sin que se produzcan cambios dramáticos en el modelo político y económico del país y se recupere la confianza en las autoridades monetarias».
Esto porque el bolívar perdió «casi todas sus funciones básicas», las cuales enumeró: «1) Intercambio: la gente no lo quiere, ni lo consigue fácilmente, 2) reserva de valor: ahorrar en Bs es una torpeza, pues pierde su capacidad de compra rápidamente y 3) mecanismo de cuenta: no es posible entender el valor de las cosas, ni registrar la evolución de los negocios en esa moneda».
Esto, señala, «obliga a la población a buscar alternativas como divisas y oro, mientras que el gobierno trata de sustituir el bolívar por petros, con la dificultad que representa la falta de confianza en su capacidad para garantizar el valor de esa moneda».
«Pero el efecto cascada, producido por los pagos de servicios y bienes en moneda extranjera por parte de los receptores o tenedores primarios a personas que no tienen acceso directo, eleva el número de la población con tenencia de divisas a cifras cercanas a la mitad de la población y en pleno crecimiento», advierte.
No divide a la población
Luis Vicente León también enfatizó que el tener o no divisas, no divide a la población entre ricos o pobres, porque eso depende de la cantidad de recursos que tenga cada persona «y las diferencias son monumentales, aclarando que incluso una parte de la población más pobre suele ya tener algo de divisas en efectivo para facilitar sus transacciones».
«Pero tener o no divisas sí define la independencia o no al control social por subsidios», señaló.