La noche del domingo 15 de noviembre el propio Nicolás Maduro afirmó que su gabinete llegó a un acuerdo con las autoridades rusas para la adquisición de 10 millones de sus vacunas «Sputnik V», que ellos aseguraron sirve para combatir la covid-19.
Aunque este tratamiento no goza de respaldo internacional, ni ha superado todas las fases de prueba, el régimen de Venezuela llegó a este acuerdo, luego de que la vicepresidenta Delcy Rodríguez realizara una gira por ese país.
«Hemos garantizado más de 10 millones de vacunas para el primer trimestre del próximo año, aspiramos, que entre enero, febrero, marzo, abril o mayo por lo menos 10 millones de vacunas, y también Venezuela va a fabricar la vacuna rusa en los laboratorios venezolanos», dijo Maduro durante un acto en Caracas.
Incluso, fue el mismo Nicolás Maduro quien anunció públicamente que este viaje a Rusia tenía como objetivo principal «lograr los acuerdos para la vacuna».
«Vamos a garantizar la producción de la vacuna y el suministro seguro a partir de enero», dijo la vicepresidenta Delcy Rodríguez, quien también estaba en este acto.
El régimen ha confirmado desde marzo, cuando la pandemia llegó al país, 96.933 contagios y 848 muertes. Cifras que han sido cuestionadas por la oposición y organizaciones no gubernamentales al considerar que existe un elevado subregistro.
A inicios de octubre, el país recibió un cargamento de la vacuna rusa Sputnik V a fin de participar en la fase de ensayos clínicos, en los que participan unos 2.000 voluntarios. Rusia se convirtió en agosto en el primer país en registrar una vacuna contra la covid-19, que bautizó Sputnik V en honor al primer satélite lanzado al espacio, en 1957.
Sin embargo, el anuncio fue recibido con escepticismo en la comunidad internacional. La misma no ha sido verificada ni certificada por la Organización Mundial de la Salud.