Maduro se apropia del Parlamento de Venezuela

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La baja participación en las parlamentarias de hoy, entre 15% y 27%, según varios sondeos, ha impulsado al régimen de Nicolás Maduro a reforzar el chantaje electoral con bonos y comida para obligar a los electores acudir a las urnas, pese a que los resultadosno van a ser reconocidos por la oposición ni la comunidad internacional.

Por Ludmila Vinogradoff / abc.es

Las empresas encuestadoras Datánalisis, Consultores 21 y Delphos coinciden en advertir sobre la reducida participación que tendrán las legislativas sobre un padrón electoral de casi 21 millones de electores. Maduro probará cuán exitoso es su «bozal de arepa» y si podrá superar el mínimo de 2 millones de votantes.

Luis Vicente León de Datanállisis afirmó que las legislativas no producirán ningún cambio ni mejora en el estatus quo, sino empeoramiento y agravamiento de la crisis compleja.

El objetivo principal de la convocatoria es liquidar a la Asamblea Nacional que dirige el presidente interino Juan Guaidó, según las amenazas que ha lanzado Maduro y sus futuros diputados. El gubernamental Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) se daría por satisfecho si alcanza alguna cifra honrosa. Para Félix Seijas de Delphos: «el PSUV tiene la elección en el bolsillo. El reto es llevar a sus 5 millones de electores a los centros. En eso trabaja. La frase “si pierdo la elección me voy” es fácil decirla hoy. Maduro busca movilizar a los suyos. Hace 6 meses jamás lo habría dicho», dijo en Twitter.

El exministro de Comuncación, Jorge Rodríguez, jefe del comando de campaña del PSUV y el Polo Patriótico, prometió que en los comicios habrá «sorpresas» refiriéndose a las cifras que «no serían tan bajas» como pronostican las encuestadoras. Pero los colegios electorales prometen lucir solitarios pese al despliegue del Plan República bajo el control del Ejército y más de 250.000 agentes de seguridad para resguardar el orden y la tranquilidad en más de 10.000 centros con el decreto de ley seca.

«No voy a perder mi tiempo»

Maduro decidió reabrir las fronteras provisionalmente, dejando este diciembre libre de cuarentena y confinamiento como si el coronavirus estuviera de vacaciones y regresara para atacar de nuevo en enero. Hay solo 103.000 casos contagiados y casi 1.000 fallecidos en todo el año. También ordenó abrir vuelos solo a 4 países: Republica Dominicana, Panamá, Rusia, Irán.

Julio Crespo, un fontanero de 56 años, que vive en el bastión chavista de Catia, aseguró a ABC que no va a votar el domingo. «Es inútil ir esa elección porque no sabemos a quién vamos a elegir. Solo unos 30 candidatos de la supuesta oposición, todos desconocidos y vendidos van a ser diputados, de los 277 mayoritariamente chavistas, no merece la pena perder el tiempo», dijo de manera tajante.

El perfil de los candidatos postulados por Maduro deja mucho que desear a los votantes. Se han inscrito unos 14.000 candidatos pero los principales son 16 militares (generales y coroneles) sancionados por ser torturadores, represores y corruptos, exministros, la esposa Cilia Flores y su hijo Nicolasito.

Maduro ha desplegado los UBCH (Unidades Bolivarianas Chavistas) que controlan la lista de los portadores del carnet de la patria y los buscan en sus viviendas para que vayan a votar. «Daré premios a los que consigan más votos», dijo. Los UBCH aplican el chantaje de no dar bolsa de alimentos «CLAP» al que no vota, como amenazó Diosdado Cabello, sancionado por Estados Unidos. Maduro también prometió perniles a los que vayan a votar. Desde hace dos navidades los electores siguen esperando que les entreguen su pieza de jamón.

Julio Crespo dijo a ABC que hoy permanecerá en casa con su familia, aunque lo vayan a buscar «los rojos UBCH», pero saldrá a manifestar su voluntad el 12 de diciembre para la consulta popular, «sabemos que no sacaremos a Maduro al día siguiente pero la consulta es una forma de protestar y dar nuestra opinión».