El indicador llevaba varios meses contenido, pero en abril el alza de los precios fue de un 80% y las perspectivas económicas se prevén más catastróficas para el país petrolero
FLORANTONIA SINGER / El Pais
La cuarentena ha avivado la hiperinflación en Venezuela. Los datos del alza de precios en abril indican un aumento de un 80%, de acuerdo con las mediciones que realiza la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, lo que supone un elevado salto desde el 21,2% registrado en marzo y más aún luego que el indicador dejara los tres dígitos hace 14 meses y sostuviera una desaceleración más o menos sostenida en los últimos meses. Los números también tienen una expresión en las protestas por altos precios de los alimentos -cuya distribución se ha visto afectada además por la falta de combustible- y que llevaron al Gobierno a retomar la política del control de precios para 27 artículos esenciales, que habían flexibilizado el último año y medio.
“El Gobierno de Maduro tenía la inflación contenida con alfileres, y con la covid-19 se les ha caído la casa, lo que supone más inestabilidad para la economía nacional y más hambre, que en Venezuela está estrechamente ligada a la hiperinflación”, señala el diputado Ángel Alvarado, encargado de las mediciones de precios. “Ha caído la demanda mundial del crudo, cayó el precio y la producción, el Gobierno se queda sin divisas y vuelve a recurrir a dinero inorgánico que hace que la moneda pierda valor”, agrega.
El dato de la Asamblea Nacional, el único oficial que se tiene porque el Banco Central no publica indicadores regularmente, señala que hay una inflación interanual que alcanza el 4.210% y la que se ha acumulado en cuatro meses de 2020 es de 341% y revela que el país todavía está lejos de salir de la hiperinflación en la que entró oficialmente en noviembre de 2017, hace 29 meses.
El alza en el precio de los alimentos entre marzo y abril fue del 53%, el de vivienda 112%, salud 162% y transporte 108%. Esto hace que la canasta de gastos mensuales de una familia venezolana sea de 208 dólares, según los datos de la Asamblea, 52 veces el salario mínimo integral (que incluye un bono alimentario) incrementado este mes a 800.000 bolívares, que equivalen a 4 dólares mensuales.
En su último reporte, la Red Global Contra las Crisis Alimentarias señaló que 9,3 millones de venezolanos, el 32% de la población, necesitan asistencia alimentaria y 2,3 millones están en inseguridad alimentaria severa. También recogió el dato de la Unicef de 2019 según el cual 6,3% de los menores de cinco años presenta desnutrición aguda. Según el estudio presentado en abril, la de Venezuela ha sido la cuarta peor crisis alimentaria del mundo, después de las de Yemen, República Democrática del Congo y Afganistán, territorios en conflicto armado.
Alvarado señala que la próxima semana planean introducir para su discusión un plan de transferencias directas para todos los venezolanos, por el orden de los 100 dólares. La propuesta, similar a la que ofreció Juan Guaidó para el sector salud y que todavía no se concreta, buscaría aliviar a algunas familias durante la cuarentena que ha paralizado el país totalmente, entre ellas las que sean afectadas por la reducción global de las remesas debido a la crisis mundial que el Banco Mundial estima en un 25%. Más de 5 millones de venezolanos están fuera del país y algunos cálculos de economistas señalaban para 2019 que los envíos alcanzaron los 3.000 millones de dólares. “En 58 países están aplicando transferencias directas, nosotros estamos tocando la puerta de organismos multilaterales porque esto hay que financiarlo de manera genuina no como hace el gobierno de Maduro con los bonos”, agrega el diputado.
Esta semana Venezuela entró en el tercer mes de estado de alarma y confinamiento del que solo están exentos los trabajadores esenciales, con apenas 440 casos confirmados y 10 fallecidos. Nicolás Maduro ha criticado duramente la apertura que se está dando en países de Europa y en Estados Unidos cuando comienzan a superar sus picos de contagios. “Quieren abrir la economía y lo que abren son los bares, las discotecas y las librerías. ¿Es esencial un bar? ¿Es esencial una librería? Eso aquí en Venezuela no pasará”, dijo en televisión esta semana.
La paralización total de una economía reducida a un tercio luego de seis años en recesión conlleva otros problemas, apunta el analista Henkel García de la firma Econométrica. “La paralización de la economía te lleva a no generar ingresos, por lo que habrá una serie de pagos que dejarán de hacerse, cuando ya no puedan hacerse con la desacumulación de ahorros que algunas empresas puedan tener. Una escalada de impagos en toda la cadena productiva terminará en un empobrecimiento tremendo”.
Esta semana el director para el hemisferio occidental del Fondo Monetario Internacional, Alejandro Werner, declaró en medios que la última década para Venezuela ha sido de un retroceso gigantesco, que empeorará con la pandemia. “Lo que ha ocurrido en Venezuela es un desastre macroeconómico y social que nunca se había visto en la región”. Maduro se vio obligado en enero a pedir fondos al FMI, que el organismo negó por no tener condiciones institucionales en Venezuela para hacerlo.