María Corina Machado, la candidata de la principal coalición de oposición en Venezuela para las elecciones presidenciales de 2024, ha afirmado en una entrevista con EFE que su aspiración representa un desafío al sistema y al chavismo, que ha estado en el poder desde 1999. Machado responsabiliza al chavismo de la inhabilitación que le impide ocupar cargos públicos hasta 2030, aunque considera esta sanción como «inexistente».
Después de ganar las primarias con el 92,35% de los votos, Machado ha estado en contacto con varias cancillerías y gobiernos de todo el mundo, especialmente con la Administración estadounidense. Según afirma, ha acordado con el gobierno de Nicolás Maduro el levantamiento de las inhabilitaciones antes de diciembre, como resultado de una negociación directa entre Washington y Caracas. Sin embargo, el gobierno venezolano insiste en que esto no ocurrirá.
Machado considera que para el 30 de noviembre debe estar establecido el mecanismo para la habilitación de cualquier candidato a la Presidencia y la fecha para llevarlo a cabo, como parte del acuerdo entre Estados Unidos y Venezuela. Según ella, este desbloqueo debe ocurrir en dos pasos. Sin embargo, el gobierno venezolano niega que esto vaya a suceder.
La ex diputada afirma que la sanción en su contra es inexistente porque nunca ha sido notificada. Además, destaca la participación de casi 2,5 millones de ciudadanos en las primarias como un punto de quiebre en la historia política de Venezuela. Aunque evita responder directamente si está segura de poder inscribirse en 2024 para las elecciones presidenciales, Machado señala que su habilitación tuvo lugar el 22 de octubre, cuando recibió más de dos millones de apoyos. Para ella, esto demuestra que el antichavismo debe confiar en los venezolanos.
La victoria de Machado ha generado un movimiento de fuerzas en el país, incluso dentro del oficialismo. Según ella, hay sectores dentro del chavismo que reconocen que el país quiere un cambio político y están reconsiderando su posición. Aunque reconoce diferencias éticas con algunos representantes del Gobierno, Machado está abierta a cualquier tipo de contacto orientado a una transición ordenada que traiga justicia a Venezuela.
Como candidata presidencial, Machado considera fundamental su relación con Estados Unidos, especialmente por su rol en el acuerdo de Barbados, que establece garantías electorales para 2024. Según ella, es necesario trabajar con gobiernos que, aunque ideológicamente cercanos a Maduro, reconocen las violaciones de derechos humanos y están directamente afectados por la migración venezolana.
En cuanto al levantamiento de sanciones por parte de Estados Unidos, Machado advierte que la plata que se le dé a Maduro sin condiciones será invertida en represión. En cambio, considera necesario que Venezuela se alinee con acreedores y empresas energéticas para convertirse en el centro energético de las Américas. Para lograr esto, Machado propone la creación de una agencia nacional de energía que maneje de manera transparente los procesos de licitaciones y privatizaciones, maximizando el bienestar y el interés de la nación.