Hugo Chávez, un charlatán con ínfulas mesiánicas, condenó a conferry y a toda Venezuela a naufragar en un mar de corrupción, destrucción y miseria

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Conferry fue la naviera más importante de América Latina. Mantenía comunicado al estado Nueva Esparta con tierra firme, pero tras su expropiación en 2011 la empresa se hundió en el mar rojo de la corrupción.

Corresponsalía La Patilla

El panorama de la Bahía de Pozuelos es demoledor: el cementerio de buques de pasajeros que alguna vez fueron símbolo de orgullo y modernidad, ahora son moles de metal consumidos por el salitre, hundidos en un mar de corrupción.

Conferry fue la naviera más sólida de Venezuela, movilizando en su mejor momento más de tres millones de pasajeros, 500 mil vehículos particulares y 100 mil camiones de mercancía e insumos anualmente, entre tierra firme y la isla de Margarita.

En el apogeo de su actividad marítima, llegó a tener nueve embarcaciones operativas, 14 salidas diarias desde los puertos en los que operaba. Esta frecuencia cayó a una salida de ida y una de vuelta, con dos o máximo tres viajes a la semana, tras su expropiación.

“La flamante flota se convirtió en depósito de chatarras“, denunció Carlos Andrés Michelangeli, diputado Asamblea Nacional, quien aseguró que la industria del turismo puede ser una de las soluciones a la crisis económica venezolana.

Inicio de la destrucción

La oscura verdad de Conferry: condenada por Chávez y hundida en un mar de corrupción
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El 26 de septiembre de 2011, a través de un contacto telefónico con el sistema de medios públicos, el presidente Hugo Chávez hizo el anuncio que condenó el destino de Conferry: “¡Ya basta!, eso es un desastre, vamos a nacionalizar eso, vamos a poner operativos todos esos buques, la seguridad de nuestro pueblo, de nuestra gente que viaja para Margarita, el turismo es muy importante”.

La medida se llevó a cabo en medio de una crisis operativa a la que fue sometida la empresa, pues el control cambiario que se aplicó en el país, permitía acceso discrecional a divisas a algunas empresas (relacionadas con el chavismo) y a otras no (de capital privado).

“Fue una asfixia financiera, no se permitía el acceso a repuestos, insumos y otros necesarios que eran importados y no había dólares para Conferry“, aseguró un extrabajador de la empresa, lo cual originó fallas, retrasos, accidentes, que llevaron a la expropiación.

Empresa expropiada, empresa quebrada

La oscura verdad de Conferry: condenada por Chávez y hundida en un mar de corrupción

Los barcos empezaron a funcionar los primeros meses, el problema parecía arreglado. La “Nueva Conferry” cruzaba el mar venezolano a toda máquina, el sueño rojo parecía tener éxito.

“Todo fue un espejismo, se chulearon lo que había, los barcos iban y venían full, algo se dañaba y no se reparaba, porque venían barcos nuevos“, dijo una extrabajadora que se identificó como María Pinto.

Los barcos debían ser llevados a Puerto Cabello o Curazao a recibir mantenimiento profundo, cada 30 meses, para funcionar en óptimas condiciones, pero este mantenimiento nunca se hizo.

Las bombas de achique, usadas para mantener los barcos a flote, empezaron a fallar, no había mantenimiento ni repuestos para repararlas, el destino de los barcos era inminente: sucumbir al fondo del mar.

Se detuvo el Concepción Mariño, luego dejó de navegar el Cacique Isabel, el Rosa Eugenia y el María Rosario corrieron el mismo destino: grandes estructuras hundidas o a medio flotar, producto de la corrupción y el desconocimiento del negocio.

En la actualidad, la empresa Conferry posee un solo buque que ha reducido al mínimo su actividad: realiza 3 viajes a la semana hacia Margarita, saliendo de Guanta. El Virgen del Valle es el recuerdo de una historia poderosa y prospera, que se niega a hundirse en el fondo de un mar de corrupción y fracaso de las políticas socialistas.