Las grandes organizaciones criminales se han fortalecido y la dolarización ha incidido en la “modificación” de los delitos, llevando a las organizaciones criminales a concentrarse en actividades como extorsión y tráfico de drogas
El empobrecimiento, la emigración masiva, la crisis general y la dolarización de facto constituyen algunos de los factores que han modificado las formas de criminalidad en Venezuela, el país con la mayor tasa de homicidios de América Latina, según cifras del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) que, en 2020, registró 11 mil 891 muertes violentas, lo que se traduce en una tasa de 45,6 homicidios por cada 100 mil habitantes.
Las grandes organizaciones criminales se han fortalecido y la dolarización ha incidido en la “modificación” de los delitos, llevando a las organizaciones criminales a concentrarse en actividades como extorsión y tráfico de drogas, según afirma Roberto Briceño-León, sociólogo, investigador y director del OVV a la Voz de América (VOA).
“El proceso de dolarización llevó a que los delincuentes se enfocaran en comercios con recursos en moneda extranjera, eso les permitió junto con algunas alianzas, con la crisis de los policías, adquirir armas, municiones que les vendían los propios funcionarios”, explica.
Extorsión, delito en aumento
Por su parte, el abogado penalista y profesor de criminología de la Universidad Central de Venezuela (UCV) Luis Izquiel coincide en que la extorsión ha tenido un gran crecimiento en los últimos dos años. “Extorsionan a comerciantes, industriales y en los estados llaneros a los productores agropecuarios”, comentó.
En muchos casos, las amenazas las concretan miembros de organizaciones criminales en libertad, pero las llamadas de extorsión surgen desde cárceles venezolanas, situación que, según Izquiel, impulsa la “impunidad”. “No se hacen las investigaciones ni se concretan los procedimientos judiciales contra esos delincuentes que lanzan granadas contra propiedades, o pasan disparando con fusiles frente a las viviendas de las víctimas”. Ello suele ocurrir en el estado Zulia, pero también se observa en otros puntos del país.
Mutación del crimen
La devaluación del bolívar dejó atrás los robos y atracos que comúnmente se registraban en autobuses de pasajeros. Las historias eran frecuentes y prácticamente nadie estaba a salvo, habían desaparecido porque la gente no llevaba efectivo en el bolsillo, señala Briceño-León
Los secuestros exprés que años atrás tuvieron una gran incidencia, también han disminuido. Izquiel lo atribuye a la crisis económica, pues “no toda víctima capturada al azar tiene capacidad de pago”.
“Eso impulsó que las megabandas pasaran a los secuestros largos, donde la capacidad económica y los movimientos de la víctima están previamente estudiados. Prefieren este tipo de secuestros donde, si logran concretar la aprehensión y el desarrollo del delito, pueden obtener un importante ingreso”, explicó.
Y a pesar de que las nuevas modalidades de delitos son constantemente expuestas en redes sociales, no deja de asombrar cómo muchos se convierten en víctimas.
“Los criminales publican avisos de vehículos a bajo precio en zonas aledañas a Caracas, tratando de atraer víctimas que van con el dinero en efectivo o que se presentan sin el dinero, pero con intención de comprar el supuesto vehículo. Regularmente, si tiene el dinero, lo que hacen es robarla o la secuestran y piden a sus familiares el monto por el cual la persona iba a comprar el vehículo”, detalla el criminólogo.
Poderosas redes delictivas
Destaca el surgimiento de organizaciones criminales como “El Tren de Aragua” o “El Tren del Llano”, presentes en todo el país, pero “con formas distintas” y con unas 400 y 500 personas alistadas, un pie de fuerza importante. No son pandillas “en el sentido tradicional” de pequeños grupos con extensión local, sino grandes organizaciones criminales, con una faceta empresarial y otra militar que, además, tienen conexiones internacionales.
Hacia las fronteras también actúan el ELN, las Fuerzas Bolivarianas de Liberación, las disidencias de las FARC o los llamados sindicatos mineros en Guayana.
Repliegue estatal
Para el director del OVV, la “no actuación” del Estado contra las organizaciones criminales es un “rasgo distintivo” que ha llevado al crimen a pasar a la ofensiva porque “decidió que podía copar” más territorios y empezó a “retar” en áreas muy distintas, luego que, en 2013, cn la creación de las “zonas de paz”, el chavismo sacara a los cuerpos de seguridad de algunos puntos álgidos.
“Hay una combinación muy extraña donde no solamente existe un repliegue del Estado y una entrega de territorios a los grupos criminales, sino que, en algunos casos, presume uno, hay una función política”, apunta y agrega que “el gobierno se ha tenido que replegar, los cuerpos policiales no tienen armamentos, no hay vigilancia, ha existido un repliegue general del Estado en cuanto a seguridad”.
Así, los venezolanos han perdido calidad de vida, “las personas se encierran en sus casas para no ser víctimas. Ves una sociedad que ha cambiado sus modos de relación social, las fiestas se hacen a mediodía, mucha gente prefiere no asistir a reuniones sociales en las noches”.
Ello también se refleja en la migración. Si bien en los últimos años la situación económica ha llevado a miles de venezolanos a salir del país, durante los primeros 10 o 15 años del chavismo, estima el abogado, la motivación era principalmente la inseguridad ciudadana.