¡OM! El eterno retorno a la estupidez, por Gustavo Tovar-Arroyo

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El eterno retorno a la estupidez
Escribir en el demencial disparate que ha devenido Venezuela es un ejercicio místico, se requiere de una paciencia infinita y de un compromiso muy agotador con la coherencia. No es fácil, nada fácil, sobre todo para los que estamos conscientes del disparate y que lo hemos advertido desde sus inicios. Escribir en estas condiciones, a su modo, también es demencial porque uno razona y vuelve a razonar sobre los mismos temas y de tanto repetir pareciera que el demente es uno.
El eterno retorno de la estupidez, la epidemia de ceguera y el imbatible cinismo en el que vivimos agota, hay que respirar hondo, muy hondo para resistirlo.
¡Om!

Lo que estamos sufriendo
La paciencia no es sólo de quien escribe, también es tuya que lees y que, como yo, estás consciente del disparate que estamos viviendo. No sé si practiques meditación, ores o ejercites cualquier método de contemplación energética o mística para resistir –como venezolano– lo que estamos sufriendo, pero sea lo que sea que haces por favor escríbeme y compártelo conmigo, recuerda, ambos somos místicos de nuestro desmadre histórico.
Un método de sanación que practico, por ejemplo, cada vez que Capriles ofrece una solución política a nuestro apocalipsis es correr como Forrest Gump durante horas. Lo recomiendo.
¡Om!

Consejo Nacional de Embaucadores (CNE)
Resulta que el antiquísimo régimen chavista, reconocido mundialmente como criminal de lesa humanidad, es decir, de la calaña de Hitler, Stalin o Mao, usurpa el poder, persigue, encarcela, tortura, lanza de décimos pisos a opositores, aplasta a diputados democráticamente electos, los tortura, golpea y encarcela, escoge un “nuevo” Consejo Nacional de Embaucadores (CNE) y hay quienes celebran semejante circo como un “avance democrático”.
What? ¿En serio? ¿Avance? ¿Qué me perdí –nos perdimos– en estos últimos años que haya avanzado? ¿El hambre? ¿La enfermedad? ¿El caos? ¿La ruina?
¡Om!

El “nuevo” CNE es tan viejo como la tiranía que lo constituyó y que busca ser legitimada para alcanzar más créditos, recursos y reconocimiento y así seguir haciendo lo único que ha hecho desde que llegó al poder: exterminar a Venezuela y a los venezolanos. Pero ahí está Capriles, Stalin y algunos otros irreductibles disparates políticos diciendo que ahora sí los tiranos se portarán bien, que cómo no hay otra solución política, debemos “hacer algo”, así sea legitimar y lavarle el rostro al régimen más dañino y criminal de la historia de Las Américas.
Sospechas, dudas, intrigas saltan a la vista después de la irregular conducta de algunos turbios representantes de la suicida oposición venezolana. Se acabaron las ingenuidades.
¡Om!

¿Libre o chantajeado?
Aunque Roberto Picón es un hombre decente y en un país con instituciones democráticas sería un ecuánime y digno representante del ente electoral, incluso pese a su estrecha vinculación con Capriles, pero en la actualidad es un ex preso político y según entiendo está en régimen de libertad condicional. Pregunto: ¿Será que Picón legitimará a quienes lo encarcelaron? ¿Había entonces justa causa para su arbitraria prisión? ¿Es realmente libre o está chantajeado? ¿No ha pasado nada?
Las cárceles venezolanas son inhumanas, no hay ser que quiera volver a ellas. ¿Arriesgará Picón volver a caer preso con una decisión antagónica a la tiranía? ¿Nos creen tan pendejos?
¡Om!

Los perritos que mueven la colita
La decisión de legitimar a la tiranía formando parte de un viciado e írrito CNE no es política, es ética: ¿contribuyo con mis actos a que la tiranía se legitime, refresque y consolide? ¿Ha servido de algo participar en elecciones en Venezuela? ¿Han mejorado las condiciones de vida de los venezolanos? Lamentablemente los dos miembros opositores del tiránico CNE, en su condición de secuestrados o chantajeados, pasaran a la historia como los perritos del circo macabro chavista, deberán mover la colita cuando el verdugo lo imponga. Penoso y distópico, como el chavismo.
El disparate es tal que ni se percatan de la vergüenza que causan. El fracaso electoral será, otra vez, monumental. Y los perritos del CNE moverán la colita según se los imponga la canalla chavista. Pregunto: ¿tú también serás un perrito amaestrado que moverá la colita votando?
¡Om!