¿OTRO ILUSO O ES LA REALIDAD? Se acabó la guaidonada

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Cuando se hacen análisis y prospectivas sobre política y economía, lo recomendable siempre es partir del escenario más conservador. Luego se toman en cuenta los eventos previstos y previsibles, así como sus posibles derivaciones. De esta manera, se pueden hacer ejercicios de planificación y prepararse para todos los escenarios posibles e identificar los más probables. Esto se aplica incluso en Venezuela, donde muchos tienen la costumbre de hacer pronósticos estrafalarios aprovechando lo complicado de la situación política.

Por: Ángel D. González/ Últimas Noticias

En este sentido, los cambios que deben esperarse para 2021 no consistirán en sucesos abruptos sino en acontecimientos a cuyo desarrollo hemos asistido desde hace rato. En concreto: lo único seguro para comenzar el año es que, por fin, el lamentable fenómeno político que podemos denominar “la guaidonada” tendrá su punto final.

Se cumplen dos años de una estrategia fracasada que el gobierno de Trump extendió artificialmente para no admitir esa derrota, del mismo modo que no acepta la derrota electoral en su propio país. Pero, precisamente, el cambio de gobierno en Estados Unidos previsto para el 20 de enero, junto a la instalación de una nueva Asamblea Nacional el día 5, sirve en bandeja de plata la oportunidad para que Washington deseche lo que de otra manera se convertirá en una molesta carga.

Volviendo a nuestro análisis prudente, lo anterior no significa que el gobierno de Biden vaya a cambiar radicalmente la política hacia Venezuela. Seguirán las sanciones, así como seguirá el gobierno de Nicolás Maduro en el poder. La realidad nacional continuará el curso que tiene actualmente: un país bloqueado y con una brutal crisis económica.

Sin embargo, dos elementos marcarán una nueva dinámica. Por un lado, la oposición está obligada a renovarse y a establecer una ruta diferente para ganar espacios políticos. Y por el otro, el gobierno tendrá el control pleno de la Asamblea Nacional, por lo que carece de excusas para no adelantar las reformas que el país necesita.

El fin de la guaidonada abre un espacio de posibilidad para encontrar una “solución política” a la crisis, que involucre un plan económico y una ruta electoral. Pero esto no depende solo de los venezolanos. La debacle opositora le devolvió al gobierno capacidad para negociar con los gringos. Ojalá sirva de algo.

@ÁngelDanielCCS