Redacción | LA PRENSA DE LARA.- El dólar paralelo sigue escalando peldaños, para este miércoles 11 de noviembre en horas de la tarde la divisa se cotizó en Bs. 610 mil, mientras que la tasa oficial no se queda muy atrás, pues según el portal web del Banco Central de Venezuela (BCV), ya se ubica en Bs. 548 mil 442, es decir solo los separa una diferencia de 61.558.
Esta cifra devalúa aun más el salario un trabajador público que apenas devenga Bs. 400 mil (oficial), sin embargo algunos sectores han denunciado un «aumento inconsulto» a Bs. 2.400.000 (sueldo integral no oficial), lo que equivale a 4 dólares mensuales.
Gremios de salud y educación, han denunciando que este nuevo monto que podría ser un nuevo salario sigue siendo insuficiente pues en los anaqueles un arroz no baja de Bs. 400 mil, una pasta cerca de los Bs. 500 mil, y ni hablar del costo de la carne y el pollo que ya supera por mucho el millón 500 mil bolívares.
En un estudio realizado por LA PRENSA, con los Bs. dos millones 400 mil, apenas se logran adquirir tres productos de la canasta básica.
Y es que el bolívar en Venezuela es un paciente agónico que todos los días pierde valor frente al dólar que gana terreno en las transacciones comerciales en plena pandemia, aunque el gobierno se niegue a oficializar su uso.
Tan débil está la moneda nacional, que si se compara con el billete que en agosto de 2018 cuando se decretó la reconversión monetaria era el de más alta denominación (el de 500 bolívares), se necesitarían 449 billetes para comprar un dólar, cuyo precio en el mercado paralelo cerró el viernes en 224.664 bolívares.
«Ya nadie quiere recibir bolívares porque no valen nada, se diluyen en las manos», soltó Abigaíl Mendoza, un buhonero del mercado El Manteco en Barquisimeto que vende detergentes. En su puesto exhibe un cartel promocionando cuatro litros de jabón líquido por un dólar. «el único efectivo que recibo son los verdes, de resto transferencias o pago móvil», acotó el comerciante.
«El venezolano, desde noviembre de 2017 cuando el país entró en hiperinflación, comenzó a despreciar al bolívar. Al cierre del año pasado la moneda local se había devaluado 90 %, eso hace que las personas no quieran tener dinero en efectivo», explicó el economista Gerardo Álvarez, incluso sostiene que los ciudadanos están adquiriendo una falsa creencia de que las cosas cuestan más baratas si sus precios están reflejados en dólares que en bolívares.