El pontífice habló sobre la situación en al isla, donde miles de personas salieron a las calles a protestar contra el régimen castrista, y pidió “diálogo y la solidaridad”
El papa Francisco expresó hoy su preocupación por los “momentos difíciles” que vive Cuba a causa de las protestas e instó al “diálogo y la solidaridad” en ese país, tras rezar el Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico.
“Estoy cerca del querido pueblo cubano en estos momentos difíciles, en particular a las familias, que mayormente sufren. Rezo al Señor para que ayude a construir en paz diálogo y solidaridad una sociedad cada vez más justa y fraterna”, dijo el pontífice.
Francisco, que salió el pasado miércoles del hospital tras pasar ingresado diez días por una operación de colon, se refirió así brevemente a las protestas multitudinarias que se han producido en Cuba por la situación económica y por la pandemia, entre otras causas.
La referencia a Cuba fue recibida por aplausos por los fieles y peregrinos que escuchaban sus palabras desde la plaza de San Pedro, algunos con banderas cubanas.
El papa invitó a los cubanos a encomendarse a la patrona de la isla, Nuestra Señora de la Caridad del Cobre. “Ella les acompañará en este camino”, prometió.
Cuba vivió el domingo pasado la protesta antigubernamental más grande desde el llamado “maleconazo”, cuando en agosto de 1994, en pleno “periodo especial”, cientos de personas salieron a las calles de La Habana y no se retiraron hasta que llegó el entonces líder Fidel Castro.
Las protestas actuales, reprimidas por el Gobierno, se produjeron en medio de una grave crisis económica y sanitaria, con la pandemia fuera de control y una fuerte escasez de alimentos, medicinas y otros productos básicos, además de largos cortes de electricidad.
Las manifestaciones se saldaron con numerosas detenciones, que podrían ser centenares según los cálculos de activistas y organizaciones de derechos humanos, pues no hay cifras oficiales sobre los arrestados.
Las detenciones se produjeron por fuerzas de la dictadura, en su mayoría agentes de civil, que comenzaron sus redadas luego de que el dictador Miguel Díaz Canel llamara a los “revolucionarios comunistas” a salir a combatir a los que protestaban, en un acto de desesperación que lo puso en el foco mundial.
Las primeras manifestaciones se produjeron en San Antonio de los Baños y el resto de los cubanos se enteró por transmisiones en vivo que los mismos manifestantes publicaron en sus redes sociales.
Al grito de “¡abajo la dictadura!”, “libertad” y “patria y vida”, vino el efecto dominó: luego se encendió Palma Soriano y a medida que pasaban las horas estalló La Habana. Una columna inimaginable de cubanos llegó al Malecón hasta que fue brutalmente reprimida.
Francisco, el primer papa latinoamericano de la historia, visitó Cuba en 2015, etapa de un viaje que le llevó también a Estados Unidos, y entonces se reunió con Fidel Castro en su domicilio de La Habana, meses antes de que muriera en 2016.
El papa sigue la situación en Cuba y así lo demostró mediando discretamente en el histórico acercamiento entre la isla y Estados Unidos en 2014, algo que agradecieron los dirigentes de entonces, tanto Raúl Castro como el presidente estadounidense Barack Obama.
Este último, de hecho, confesó la implicación “personal” del papa Francisco en el proceso de negociaciones entre su país y Cuba para iniciar una normalización de las relaciones diplomáticas bilaterales.