Pável Rondón: ELN busca tener control político en Colombia

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«Desde que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) surgió en 1964, su único objetivo ha sido tomar el control político de Colombia. Por eso acepta una negociación con el gobierno de Gustavo Petro y hablan de alcanzar acuerdos de paz». Así lo indicó Pável Rondón, politólogo y exembajador de Venezuela en Colombia.

Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA

Asegura que en los últimos 58 años, el Estado colombiano no ha podido acabar con esta guerrilla por las tácticas que ha empleado, como la movilidad nocturna que facilita su lucha armada. «Es difícil derrotarlos porque son pequeños grupos, acaban con una célula y aparecen más grupos», expresó. Y este grupo armado tampoco ha podido derrotar la institucionalidad colombiana, por eso toman el camino de los acuerdos como única vía para lograr el poder.

«El ELN tiene experiencia de negociación. Ha participado en cinco procesos de negociación con anterioridad. Yo estuve en las negociaciones de 2005 y allí determiné una característica del ELN que se convierte en una debilidad para los diálogos. Esta guerrilla no pide paz, lo que pide son soluciones. Yo recuerdo que estando como mediador una vez les dije que no podía estar pidiendo soluciones, que miraran el caso venezolano como un ejemplo. Hugo Chávez tenía seis años en el poder en ese momento y no había podido resolver los problemas de este país. El otro planteamiento del ELN fundamental es la participación de la sociedad. Ellos dicen que las negociaciones no pueden ser guerrilla y gobierno solamente, sino que tienen que incluir a la sociedad civil», explicó Rondón.

La motivación de negociar de este último grupo guerrillero colombiano también surge porque ahora ven en el poder a un presidente de izquierda que salió del Movimiento guerrillero 19 de Abril, que abandonó el conflicto armado en Colombia en 1990 luego de un amplio proceso de negociación, una constituyente y la redacción de la Constitución de esa nación.

«Ideológicamente, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el ELN son organizaciones de izquierda y por primera vez llega a Colombia un gobierno de izquierda. Esa identidad le puede permitir llegar a acuerdos porque siempre los ‘elenos’ (como se les llama), llegaban a la mesa de negociaciones y nunca concretaban nada, esperemos que ahora sí lo hagan por el bien de Colombia y Venezuela», expresó Walter Márquez, exdiputado de la Asamblea Nacional (AN).

Camino culebrero
Pero el camino para alcanzar esos acuerdos de paz puede ser largo, empinado y hostil. Algunos especialistas lo llegan a llamar «camino culebrero», en alusión a la cumbia colombiana de Pacho Galán y su orquesta. Sobre todo porque el ELN no llega a una negociación debilitado ni tampoco tiene ninguna presión para deponer las armas. Todo lo contrario, en la última década ha ocupado espacios del territorio venezolano y controla al menos seis estados fronterizos y el Arco Minero del Orinoco, lo que le ha facilitado su expansión.

«Venezuela es parte de esta negociación como mediadora porque tiene una profunda relación con la ampliación del ELN, eso le ha permitido a esta guerrilla oxigenarse y mantenerse vigente. Eso se traduce en que todos los años de beligerancia entre la institucionalidad colombiana y el ELN han hecho que ninguno gane la guerra. La ganancia del ELN en sus más recientes épocas ha sido que Venezuela sea su refugio», señaló Daniella Monroy, internacionalista colombiana con énfasis en seguridad, paz y democracia.

Esta guerrilla ha disminuido su lucha violenta en el vecino país, pero en Venezuela ahora maneja varios negocios ilícitos. «Por ejemplo, la guerrilla del ELN se nutre ahora del narcotráfico, cosa que en décadas anteriores había rechazado hacer», reseñó.

Según Pedro Pablo Alcántara, exdiputado de la AN, esta guerrilla en Venezuela controla territorios desde el Zulia hasta Delta Amacuro. «Son grupos irregulares que reclutan a jóvenes que tienen acceso a escuelas, que tiene hasta emisoras radiales que tienen control territorial, colocan alcabalas, cobran peajes, revisan papeles, están involucrados en la extracción de minerales», denunció.

Incluso manejan el contrabando de extracción y el tráfico de personas por las trochas o pasos ilegales de Táchira y Apure. Alcántara señala que esto lo han reseñado organizaciones de derechos humanos como FundaRedes, cuyo director, Javier Tarazona, tiene más de 500 días detenido por denunciar la presencia de esta guerrilla en Venezuela y su «complicidad» con el Estado venezolano. Además lo denunció Transparencia Internacional, Human Rights Watch (HRW), y el informe de la Misión Internacional de Determinación de los Hechos de la ONU, el 20 de septiembre.

«Hay tres mil individuos del ELN en Venezuela, de los cuales ya muchos de ellos son venezolanos», soltó a LA PRENSA Iván Simonovis, investigador criminal, expreso político, quien considera poco probable que esta mesa de negociación que se instaló en Venezuela el lunes 21 de noviembre, logre la verdadera paz en Colombia.

«El ELN ni siquiera se acogió al proceso de pacificación desarrollado por Juan Manuel Santos y las FARC en 2016. Este grupo guerrillero es el más temido en Colombia por sus características violentas», expresó.

Daniella Monroy considera que la gran promesa del presidente Gustavo Petro de lograr la «paz total» en Colombia, le puede tomar por lo menos los cuatro años de su gobierno. Sobre todo porque no solamente tiene el reto de convencer al ELN a deponer las armas, también debe desmovilizar al Clan del Golfo, una organización criminal que ya tiene una fuerte presencia en el vecino país.

Opacidad en agenda de diálogo
El 21 de noviembre, en el Hotel Humboldt de Caracas, se firmó un acuerdo con cinco puntos a tratar en la mesa de negociación entre el gobierno Colombiano y el ELN. Pero para Iván Simonovis, expreso político y exjefe de la extinta Policía Metropolitana de Caracas, el gobierno de Gustavo Petro todavía no ha informado cuál es la intención real de esos diálogos de paz, porque abiertamente no han hablado sobre que el ELN debe abandonar las armas.

«Veo con mucha opacidad el diálogo que se está planteando. ¿Qué es lo que específicamente se busca?, porque cuando tú vas a un proceso de negociación tú dices: queremos que depongan las armas, queremos que se entreguen. Por otro lado, ¿qué va a pasar con todos los delitos que este grupo guerrillero ha cometido por casi seis décadas?, que pasa por asesinatos, ataques terroristas, desapariciones, secuestro. ¿Ellos van a ser enjuiciados?, ¿van a ser judicializados? o van a quedar libres incorporándose a la sociedad así tengan toda una vida cometiendo delitos», cuestionó Simonovis.

Asimismo, criticó que el gobierno de Nicolás Maduro sea mediador de esta mesa de negociación, cuando está siendo investigado por crímenes de lesa humanidad cometidos por lo menos desde 2017 en Venezuela, investigación que desde finales de 2021 lleva adelante el fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan.

«Venezuela no es un país neutral»
En un comunicado difundido en sus redes sociales, la ONG de DD. HH. FundaRedes, denunció que Venezuela no es un país neutral para ser mediadora de este proceso de negociación entre el gobierno de Gustavo Petro y el ELN, porque el Estado ha actuado como «protector» de este grupo guerrillero en los últimos años.

«El Estado venezolano no está apto para asumir una posición de neutralidad y mediación entre el Estado colombiano y un grupo armado irregular como el ELN, pues este último goza de la venia de sus actuaciones por parte de Venezuela, y esta al asumir ser «Garante de Paz» desvirtúa la esencia de este rol dentro de procesos que buscan promover de forma institucional una solución a un conflicto histórico, bajo parámetros de verdad, reparación y garantías de no repetición», señala el comunicado.

Sostiene que el papel de Venezuela más que de mediador debe ser de país involucrado y afectado por la violencia que ha dejado a su paso el ELN y por el control territorial que mantiene.

«Tanto el territorio venezolano como su población se encuentran expuestos ante la presencia y desarrollo de actividades ilícitas del ELN en Venezuela», señala la ONG, cuyo director, Javier Tarazona, es preso político desde hace casi dos años por denunciar la presencia de esta guerrilla en el país.