Pesadilla Gustavo, por Tovar-Arroyo

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El calendario de un Dios macabro
Es 4 de febrero de 1992. No, no lo es. Es abril de 2002, no, tampoco. ¿Estamos en el año 2017? Centenares de niños han sido asesinados con disparos en el corazón y en la cabeza. ¿Es 2020? ¿Cinco millones de venezolanos huyen del país? No, no puede ser, no es real. ¡Imposible! ¿2021? Hambre, enfermedad, naufragios, injusticia, caos. Fechas que se sobreponen unas otras, los mismos gritos, la misma desesperación.
¿Será sólo un terrible sueño? ¿Estaremos en la mente maestra de un Dios macabro? Estoy consciente, estoy escribiendo, ¿y tú?, ¿me estás leyendo?, ¿estás consciente?
Pesadilla.

Herida de muerte la bandera
Escucho los gritos agónicos de los baleados, disparos en la cabeza, disparos en el corazón, más gritos, madres que lamentan a sus niños héroes caídos mientras cantan el himno, niños héroes, niños mártires, madres que lloran, más gritos, se escuchan los disparos, las bombas, zumban las balas, venezolanos –niños– caen en el pavimento, “¡lo mataron, lo mataron!”, hay sangre en el pavimento, la bandera está ensangrentada, mucha sangre. Sangre.
Debemos estar soñando, no puede ser tanta crueldad, son niños. ¡No los maten! ¡Son niños! ¡Niños! ¡Carajo! ¡No disparen! No…
Pesadilla.

Los rumbos tristes de Etiopía
Las madres dan a luz en las calles, no hay hospitales, los niños nacen y son colocados en cajas de cartón, ¿cajas de cartón?, “qué triste suena la lluvia en las casas de cartón”, no puede ser, no puedo creerlo, bebés famélicos, raquíticos como en Etiopía, pero nosotros somos un país rico, el más rico de América Latina, mientras los bebés fallecen hambrientos, un mastodonte baila, sonríe, es un mastodonte dictador, es el heredero de otro monstruo dictador, dicen que fueron amantes.
Si no es un horripilante sueño qué es, sí, qué es, nada de esto puede estar ocurriendo. ¿Por qué? ¿Qué hicimos? ¡No nieguen comida a los bebés venezolanos, por favor! ¡No!
Pesadilla.

Las moscas gigantes del tiempo que se derrite
Le llaman comunismo, pero no es la Unión Soviética ni China. ¿La Venezuela de Bolívar comunista? ¡Absurdo! Veo ruinas, el país más rico de Las Américas fue arrasada por la peste chavista, sí, hacia dónde mires encontrarás reliquias, despojos, basureros donde gigantes moscas humanas comen restos y desperdicios, el tiempo se derrite, las horas no son consistentes con tanta desgracia, millones de limosneros tienden la mano suplicando migajas de libertad.
¿Soñamos despiertos? Si esto es lo que llaman “realidad” se comprende mejor los manicomios, ¿será Venezuela un gigantesco loquero?
Pesadilla.

La transparencia de una lagrima asesinada
Pero la sangre, los gritos, las agonías, las torturas, los disparos y los asesinatos son incuestionables, están ahí, su bandera es el derramamiento de sangre, que salpica, que mancha, que nunca se lava en el manto blanco de nuestro espíritu, que se perenniza en lágrimas, en suplicios, en lamentaciones de madres, de padres, de niños, de jóvenes, de abuelos, de venezolanos, de Venezuela.
Sangre, gritos, agonías, torturas, disparos, asesinatos y muerte que no son ensueños, que son realidades que circulan la oscura realidad de nuestro tiempo.
Pesadilla.

Postdata del despertar
No corregiré ni una línea, no revisaré ni editaré una palabra, ¿existe alguien capaz de corregir, revisar o editar pesadillas? Ni siquiera leeré lo que he escrito, las pesadillas no se repasan. Algún día recordaré este relato, ese día habremos despertado y sabré, como lo sé hoy, que veré el sol radiar en Caracas, que me tomaré un café en la Flor de Altamira y caminaré por el cortafuego de Maripérez junto a mis hijos y nietos.
Será el despertar de los despertares…