El economista Luis Vicente León dibujó un panorama negro para la economía venezolana a raíz del aislamiento preventivo producto de la pandemia y su impacto en la ya deteriorada economía nacional.
Jesús Herrera. / ND
“En un mes de aislamiento preventivo quien no se ha quedado quieto en casa es el dólar, cuyo precio en bolívares se duplicó en cuarentena. ¿Por qué se dispara el dólar? Porque lo raro (hasta milagroso) sería que estando el bolívar sobrevaluado, la economía desequilibrada, las reservas en el piso, la producción caída, la confianza pulverizada y el gobierno en necesidad de gastar sin respaldo, se pudiera mantener estable”, explicó León en Twitter.
Dijo que los ingresos petroleros están por el piso y que la crisis por la pandemia “ha contraído los ingresos no petroleros de manera abismal (remesas, repatriación, oro, contrabando, exportaciones, narco)”. Asegura que cada bolívar adicional que el gobierno gasta para atender crisis, “es explosivo en inflación y devaluación”.
En ese sentido, el también presidente de Datanálisis sostiene que mantener el tipo de cambio estable en medio de la actual crisis, sin recursos ni financiamiento externo y mucho menos cambios políticos para rescatar la confianza en los inversores, tiene una probabilidad “nula”.
“La inflación crece más rápido que la pandemia, moviendo hacia arriba tipo de cambio de equilibrio. Esto tiene triple impacto negativo: 1) pérdida de poder adquisitivo por pulverización de ingresos, 2) tendencia devaluacionista, 3) sobrevaluación desestimulante de producción local”, señaló el presidente de Datanálisis.
Asimismo, apuntó que el gobierno socialista “tiene poco margen de maniobra para amainar el impacto demoledor de la crisis sobre la población más necesitada” y que, contrario a lo estimado, el incremento en el gasto social, sin tener ingresos externos, “pasa vía satélite a la inflación y devaluación”, lo que como consecuencia genera que la ayuda que intenta otorgar sea pulverizada.
No obstante, aclaró: “Algunos miran la profundidad de la crisis como una oportunidad para provocar un cambio de gobierno. La gente común lo que ve es el deterioro de vida, riesgo de contaminación sin atención, falta de gasolina y necesidad de trabajar para vivir, con empresas cerrando y aislamiento preventivo”.