¡PRECIOS EXORBITANTES! Fospuca responde el porqué del actual sistema tarifario

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Durante las últimas semanas ha cobrado fuerza una discusión sobre el aumento de las tarifas de servicios públicos prestados a través de concesionarios privados.

Caraota Digital

El rezago de esos valores frente a la hiperinflación, en medio de controles prolongados por parte del Ejecutivo nacional, hizo que en los años anteriores los costos de los servicios a nivel de todo tipo de consumidor, fuesen prácticamente “nada”. Y así, en nada, también se convirtió la calidad de los servicios. La inviabilidad económica lo derrumbó todo.

La hiperinflación también hizo añicos los presupuestos del poder público en todos sus niveles. Al hablar de la recolección de desechos sólidos, basta recordar cómo hace unos años prácticamente todos los municipios del país se ahogaron en basura porque las empresas concesionarias, ni pudieron mantener al día sus equipos, ni las alcaldías pudieron honrar sus compromisos con estos actores privados.

Ahora mismo son muchos los municipios del país que siguen enfrentando esta problemática, mientras que en otros tantos se ha tenido que “aterrizar en la realidad” y decidir en la relación costo-beneficio, entre el colapso ambiental y el vivir en ambientes limpios e integralmente atendidos.

José Simón Elarba es el presidente de la empresa Fospuca, que presta servicio en varios municipios de Venezuela, algunos de ellos en la zona metropolitana (Baruta, Chacao y El Hatillo). Su firma ha sido particularmente citada como la muestra del salto entre las antiguas tarifas y lo que algunos voceros del sector comercial llaman “algo exorbitante”. El empresario ha decidido explicar públicamente, como representante principal de esta empresa, tanto su proyecto, como sus implicaciones económicas.

Ahora el servicio es integral
En primer término, Elarba llama la atención sobre la mención que se hace de Fospuca y su trabajo, que no es solamente de un camión que pasa por las calles recogiendo los pipotes y contenedores de basura, sino la empresa de servicio integral, encargada de la recolección de desechos sólidos residenciales, comerciales, de material patológico hospitalario; y también del baldeo de calles, barrido de aceras y vialidades, lavado de plazas de los municipios y poda de árboles.

Como nunca, dice, los vecinos de las municipalidades en las que Fospuca presta sus servicios, han tenido un ambiente integralmente mantenido, a favor del ornato, pero fundamentalmente a favor de la salud ciudadana. Todo se derivaría de una gerencia privada que asegura el mantenimiento y la constante renovación tecnológica de sus equipos, y sobre todo, contar con el mejor recurso humano al servicio del colectivo en estos menesteres.

Responde sobre las tarifas
El presidente de Fospuca cuenta que hace algún tiempo sucedían reajustes cada 90 días y estos se volvían sal y agua, atentando contra la posibilidad de cumplir con los servicios. Luego se adoptó un sistema de indexación anclada al valor que el Banco Central de Venezuela da al Petro, por lo que “en realidad la tarifa no ha aumentado en términos de divisa y de esa referencia de criptomoneda”.

“Claramente el cambio se registra en términos de bolívares, y el monto es superior”, explica, porque la moneda nacional ha seguido depreciándose. El ejecutivo principal de Fospuca deja claro que nadie está obligado a pagar en divisa extranjera, por lo que refuta algunas de los señalamientos públicos que se han hecho a su facturación.

“Cuando Fospuca participó en los concursos para el contrato de concesión, la esctructura era más onerosa. Por ejemplo en Chacao, la facturación mensual andaba en el orden de 1.4 millones de dólares. Hoy, aunque la facturación de la compañía no llega a los 800.000 dólares mensuales, al menos se cuenta con un ingreso estable, que nos ha permitido mantener también un servicio Premium a favor de todos los habitantes del municipio”.

La obligación de pagar el aseo para estar al día con la municipalidad
Elarba también ha explicado en diversos medios de comunicación, no solo la legalidad, sino también la pertinencia de la medida que obliga a los comerciantes a estar al día con el pago del aseo, para poder obtener solvencias de pagos de otros tributos en las municipalidades.

De hecho, es común escuchar a los alcaldes hablar del cómo a buena parte de los contribuyentes, residenciales y/o comerciales, se les hizo una tradición exigir el mantenimiento de la sanidad ambiental, la recolección de desechos y la limpieza de las calles, pero evitando pagar el aseo urbano, o en todo caso pagar prácticamente nada.

El presidente de Fospuca recuerda que ésta no es una empresa municipal, sino una concesionaria privada, que presta servicio a privados, y que lo hace bajo los esquemas aprobados y adoptados por las municipalidades. Algunas de ellas han optado por establecer tal orden de prelación, y es que ciertamente, uno de los principales objetivos, además de ser competencia exclusiva de los municipios, es el aseo urbano.

José Simón Elarba, se detiene a explicar lo que considera una de las políticas más importantes de su empresa, con la visión de ser “la que mejor garantice, no solo la calidad integral del servicio de aseo urbano, sino también la estabilidad y la seguridad de su trabajo: los recursos humanos”.

Detalla que los trabajadores de Fospuca que menos ganan, reciben un ingreso de 5.5 millones de bolívares mensuales y una bonificación mensual de 20 dólares, en un sistema sometido a permanente revisión.

“Y esto es muy importante para que en estos tiempos tan difíciles, haya quien decida ser un confiable trabajador del aseo urbano, con mejores ingresos y las mejores herramientas para prestar su servicio”.

De las dificultades expresadas por algunos comerciantes para cancelar su tarifa de aseo urbano, Elarba explica que Fospuca ha abierto una línea de atención directa, en la que estando de por medio la buena voluntad de parte y parte, se han diseñado planes especiales de pago, siempre en la idea de comprender las dificultades por las que atraviesa el país, y la necesidad de garantizar la calidad del servicio.