La primaria presidencial de la oposición en Venezuela ha enfrentado numerosos desafíos y aún hay muchas incertidumbres sin resolver. A medida que nos acercamos al lunes 23 de octubre, se presentan nuevos escenarios para las elecciones presidenciales de 2024.
A solo un día de que se celebre la primaria presidencial autogestionada de la oposición venezolana, persisten varios desafíos a los que se enfrenta. Uno de los mayores retos es la fragmentación interna de la oposición. Aunque se han dispuesto más de 3,000 centros de votación en lugares públicos, estacionamientos e incluso en casas de familia, aún no está claro si las presiones gubernamentales denunciadas por la oposición afectarán el funcionamiento de estos centros el domingo.
Las encuestas muestran que la líder opositora María Corina Machado tiene una amplia ventaja sobre los demás candidatos y se perfila como la ganadora virtual del proceso. Sin embargo, su inhabilitación para ejercer cargos públicos sigue siendo un obstáculo para formalizar su inscripción como candidata presidencial ante el Consejo Nacional Electoral (CNE). Uno de los rectores del CNE ya ha declarado que no permitirá la participación de candidatos inhabilitados.
En una entrevista reciente, Machado mencionó que se necesita un liderazgo unificador y legitimado, así como un país organizado y movilizado que cuente con el apoyo de diversos actores políticos, económicos, financieros e internacionales. Según ella, la presión sobre el régimen será tan grande que se verán obligados a aceptar los términos de una negociación seria que garantice una transición hacia la democracia a través de elecciones competitivas.
Aunque la Comisión Nacional de Primaria permitió que los candidatos inhabilitados se inscribieran para participar en el proceso, surgen preguntas sobre cuál sería la estrategia a seguir si uno de estos candidatos resulta ganador. Henrique Capriles, otro líder opositor, decidió retirarse de la contienda debido a su propia inhabilitación, la cual considera «inconstitucional» pero impuesta por un gobierno no democrático.
El secretario ejecutivo de la Plataforma Unitaria Democrática de la oposición, Omar Barboza, ha destacado que las inhabilitaciones son medidas arbitrarias y ha asegurado que buscarán soluciones políticas si un candidato inhabilitado resulta ganador en la primaria y se le impide formalizar su inscripción.
Recientemente, el gobierno de Maduro y la Plataforma Unitaria de la oposición firmaron dos acuerdos parciales en Barbados, uno de ellos relacionado con garantías electorales. Poco después, el gobierno de Estados Unidos anunció la flexibilización temporal de algunas sanciones en la industria petrolera, pero advirtió que estas medidas serían revertidas si no se evidencian avances concretos hacia el levantamiento de las inhabilitaciones y la liberación de los presos políticos antes de finales de noviembre.
La Comisión Nacional de Primaria decidió llevar a cabo la elección de manera autogestionada después de no obtener respuesta favorable del CNE y de la renuncia sorpresiva de los rectores del organismo. A pesar de los desafíos y obstáculos logísticos, la CNdP decidió seguir adelante con la primaria, especialmente después de que se reanudaran las negociaciones entre el gobierno y la oposición.
En medio de este complejo panorama político, Venezuela también enfrenta una crisis generalizada, con una inflación anual del 396% según el Observatorio Venezolano de Finanzas, bajos salarios, fallas en los servicios públicos y un aumento de la represión contra la disidencia. Según una encuesta reciente de Delphos, el 84.6% de la población encuestada considera necesario un cambio de gobierno.
La primaria presidencial de la oposición en Venezuela está llena de desafíos e incertidumbres que aún no se han resuelto. A pesar de esto, los ciudadanos esperan que este proceso ayude a consolidar un liderazgo legítimo y a definir al candidato que se enfrentará al actual presidente en las elecciones de 2024.