- A propósito del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se conmemora cada 25 de noviembre desde 1981, es importante recordar la necesidad de protección a las mujeres embarazadas y cómo son vulnerados sus DDHH debido a la Emergencia Humanitaria Compleja
- “La política general de los centros es atender partos solamente en etapa expulsiva, y por esta razón, se han documentado casos donde deben parir fuera de las instalaciones de los hospitales”, señala el informe “Salud en Emergencia: El caso de Venezuela”, publicado por Acción Solidaria
Andrea González / RunRunes
@Andrea_GP21
El pasado mes de octubre, se difundió en redes sociales un video de una parturienta que dio a luz en medio de la carretera estatal del estado Yaracuy porque la ambulancia que debía trasladarla a un centro asistencial no tenía combustible. Esto evidencia una desmejora en la protección a mujeres embarazadas.
Las mujeres embarazadas en Venezuela enfrentan un sinfín de retos debido a la Emergencia Humanitaria Compleja, la cual ha derivado en el colapso del sistema de salud público y el escaso poder adquisitivo para acudir al sector privado.
El informe “Salud en Emergencia: El caso de Venezuela”, publicado en agosto de 2021 por la ONG Acción Solidaria, reveló que las mujeres embarazadas representan uno de los grupos cuyos derechos humanos son vulnerados en mayor medida en el país.
“Encontramos que existe un patrón generalizado, sistemático y grave de vulneración al derecho humano a la salud y las poblaciones más vulnerables son las mujeres embarazadas y los niños, niñas y adolescentes”, declaró Natasha Saturno, coordinadora del departamento de exigibilidad de DDHH de Acción Solidaria.
A propósito del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se conmemora cada 25 de noviembre desde 1981, es importante recordar la necesidad de protección a las mujeres embarazadas y cómo son vulnerados sus DDHH debido a la Emergencia Humanitaria Compleja.
Sin datos oficiales sobre mortalidad materna
En conversación con Runrun.es, Natasha Saturno, de Acción Solidaria, señaló que no hay datos oficiales sobre la mortalidad materna desde 2016, lo cual es uno de los grandes inconvenientes que tienen las ONG para acceder a la información.
“Sin embargo, cuando uno revisa los datos oficiales, ya se venía viendo un aumento de la tasa de mortalidad materna y, de acuerdo con organizaciones de la sociedad civil que han hecho algunas investigaciones y que han podido levantar algunos datos”, según señala, se evidencia esta tendencia del aumento de la mortalidad materna.
Saturno destacó un informe publicado en mayo de 2021 por el Laboratorio de Desarrollo Humano (Ladeshu), sobre la mortalidad materna en el estado Lara. Dicho informe reveló que en el año 2020, la entidad tuvo una razón de mortalidad materna superior a la del año 1957.
Ladeshu encontró un valor alcanzado de 121,3 muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos registrados, lo que sitúa a la entidad con una razón de mortalidad materna por encima de los países de América Latina, y permite concluir que la entidad ha retrocedido 63 años en la prevención de las muertes maternas.
De acuerdo con Natasha Saturno, varias de las causas de la mortalidad materna son “perfectamente prevenibles y evitables con un debido control del embarazo”, señalando la hipertensión arterial como una de las principales, así como la diabetes gestacional.
“Lamentablemente, podemos decir es que hay un aumento de la tasa de mortalidad materna y las causas son prevenibles y evitables, siempre que exista un control adecuado durante el embarazo, pero hasta el momento, el colapso generalizado del Sistema Sanitario Público evita que las mujeres accedan a estos servicios de salud reproductiva tan indispensable”, señaló Saturno.
Los retos
Ante el grave colapso del sistema sanitario público, Saturno señala que la alternativa de muchas mujeres es acceder al sistema de salud privado. “Un parto vaginal puede costar los 3,000 dólares en un país donde el salario mínimo si acaso alcanza los 3 dólares mensuales, esto sin contar las consultas médicas de control que rondan entre los 40, 50 o 60 dólares”, señaló.
Entonces, debido a los altos costos, muchas mujeres se tienen que quedar con lo que ofrece el sector público, donde hasta el 2019, según señaló Saturno, se estimaba una pérdida del 60% del personal de salud en general, “porque no solo son médicos, sino también bioanalistas, enfermeras, entre otros, y esto evita que puedan ir a sus consultas con regularidad”, añadió.
A todo esto también se le suma la falta de campañas de información y prevención, donde se les explique a las mujeres embarazadas por qué es tan importante asistir a las consultas de control donde se les puede determinar algunas enfermedades que pueden desarrollar durante el embarazo, como la hipertensión arterial o una diabetes gestacional que deben ser atendidas y, si son atendidas a tiempo, pues son fácilmente tratables. O, incluso, “aquellas que pueden tener sífilis pero ya en una etapa donde no es sintomática, y se la puedan detectar a tiempo para que no sea una sífilis congénita; también el mismo caso del VIH”.
En el caso de que sí accedan a los controles, entonces viene el otro reto. Los reactivos para hacerse los exámenes necesarios. “Lamentablemente, en los hospitales públicos no hay reactivos para hacer exámenes”, dijo Saturno.
“Les toca entonces hacérselos en centros privados y viene el mismo problema en términos de asequibilidad y eso limita más que puedan hacerle una evaluación diagnóstica a la mujer en ese proceso”, sumó.
Dar a luz en la peor condición
Saturno aseguró que durante los controles se pueden identificar que el bebé venga en una posición que no es la idónea para un parto vaginal y se debe programar una cesárea. “Muchas veces pasa que las mujeres llegan al hospital prácticamente a dar a luz y, en la mayoría de los hospitales, están atendiendo únicamente partos en periodo expulsivo, es decir, cuando ya han hecho la dilatación prácticamente de los 10 centímetros”, alertó.
Lo anterior está señalado en informe de Acción Solidaria, donde se encontró que, debido a la falta de personal médico, las mujeres embarazadas deben esperar horas para ser atendidas en sus partos.
“La política general de los centros es atender partos solamente en etapa expulsiva, y por esta razón, se han documentado casos donde deben parir fuera de las instalaciones de los hospitales”, señala el informe.
Mediante las redes sociales se han visto múltiples casos de mujeres que han tenido que dar a luz en las salas de espera por no ser atendidas a tiempo, esto debido al colapso del sistema de salud pública, a lo que se le suman otros problemas como la escasez de combustible y la falta de transporte.
En agosto del 2020, el exdiputado Américo denunció que las madres venezolanas dan a luz en las calles de Bolívar. Asimismo, denunció que la llamada «revolución» lo único que ha hecho es atrasar a la nación.
También, ese mismo mes, el periodista Lenín Danieri señaló que la mujer parió una niña a pocos metros del comando de la Guardia Nacional (GN) de Nueva Lucha, en Zulia.
A propósito del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra le Mujer, la Federación Latinoamericana de Sociedades de Obstetricia y Ginecología (Flasog) y la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Venezuela (SOGV) a través del Comité de Derechos Sexuales y Reproductivos, emitieron un comunicado donde manifiestan que “se une, promueve y fortalece los acuerdos internacionales, la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas y la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”.
“Siendo nuestro objetivo velar por el derecho humano fundamental de las mujeres a vivir una vida libre de violencia y al ser una agrupación médica de especialistas en Obstetricia y Ginecología nos comprometemos a trabajar a favor de que se proteja en todos los países la vida digna, el bienestar físico, mental y social y el respeto a la autonomía de la mujer en todas las etapas de su vida”, señala el texto.
Comunicado de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Obstetricia y Ginecología (Flasog) by Andrea González Parra on Scribd
Costearse todos los insumos
Saturno señala que cuando se logra preparar una cesárea, la mujer y su familia tienen que buscar todos los insumos. Desde inyectadoras, gasas y guantes. “Absolutamente todo para entonces llevarlo al hospital y que le puedan realizar el procedimiento”, dijo.
Después de esto viene el reto de la lactancia materna. A juicio de Saturno, lo más recomendable para la madre es dar lactancia materna a su hijo, pero eso tiene una metodología y no hay suficiente información al respecto. “Recurren a otras formas para alimentar a sus hijos que no son las más seguras”, advirtió.
“Los recién nacidos fácilmente pueden sufrir diarreas y estas pasan cuando se les dan comidas mezcladas con agua que no es completamente potable y, lamentablemente, esa es una de las causas más frecuentes de fallecimientos en recién nacidos”, apuntó.
También se refirió a casos de mujeres con VIH, que son propensas a transmitir el virus de forma vertical a sus hijos mediante la lactancia materna y deben recurrir a las fórmulas. “Un pote que puede durar una semana puede costar 10 dólares”, dijo.
“Estas mujeres se encuentran bastante limitadas y no hay otras opciones como bancos de leche, que sí lo vemos en otros países de la región”, lamentó.
Estereotipos de género y violencia
A todos los retos y dificultades que tienen las mujeres embarazadas en Venezuela, se le suman los roles y estereotipos de género. Sobre esto, Natasha Saturno señala que el rol de cuidado y crianza de los niños recae la gran mayoría de las veces sobre la mujer.
“Tienen poco o limitado apoyo de sus parejas y esto hace que muchas veces tengan que renunciar a sus trabajos, eso hace que tengan menos ingresos económicos para poder alimentarlos”, señaló.
También, advirtió que muchas mujeres están sometidas a situaciones de violencia intrafamiliar y que, incluso, muchos embarazos son producto de la violencia basada en género o por la supervivencia por sexo.
“Muchas mujeres en Venezuela están teniendo que vender sus cuerpos para poder alimentarse o alimentar a sus otros hijos. La mujer se vende por comida, trata de alimentar a sus propios hijos y, en ese proceso, queda embarazada. Eso nos lleva al problema de leyes como la de la prohibición de la interrupción voluntaria del embarazo”, comentó.
Por otra parte, señaló que la prohibición de la interrupción voluntaria del embarazo genera más pobreza, más abortos inseguros y eso aumenta la mortalidad materna. “Lo que se ha visto en otros países donde está legalizado no es que aumenten las tasas de aborto, sino que son abortos en condiciones seguras y disminuyen los fallecimientos de las mujeres embarazadas”, añadió.
Cómo ayudarlas
Natasha Saturno señaló que hay muchas organizaciones de la sociedad civil que trabajan temas de salud y han dedicado esfuerzos importantes a este tema. Consideró que se puede ayudar de muchas formas, como involucrarse con estas organizaciones que trabajan temas de salud sexual y reproductiva, y que tienen iniciativas y programas humanitarios para atenderlas.
“Aunque puede ser un poco complicado, el enlace más importante es a través de estas organizaciones. Por ejemplo, desde Acción Solidaria trabajamos una alianza que se llama Con Ellas con organizaciones como Cepaz, Uniandes, Funcamama, Prepara Familia y Unión Afirmativa que tienen programas humanitarios dedicados a las mujeres”, señaló.
A juicio de Saturno, hay que entender que el trabajo de la sociedad civil es limitado y nunca hay que quitarle la responsabilidad al Estado venezolano.
“Nunca hay que quitársele la responsabilidad al Estado venezolano, que es quien tiene la obligación en materia de DDHH de velar y atender por la salud de todos los venezolanos, pero especialmente de las mujeres por el proceso tan particular y especial que se vive durante esa etapa”, finalizó.