Se reaviva la preocupación en Venezuela tras las declaraciones del vicecanciller de Rusia, Sergei Ryabkov, quien asomó la posibilidad de enviar activos militares a Cuba y Venezuela si aumentan las tensiones con Estados Unidos por la presencia de tropas rusas en Ucrania.
Por Carolina Alcalde / vozdeamerica.com
Desde hace varios años, la oposición, académicos y diversas organizaciones, especialmente aquellas dedicadas a temas de seguridad y derechos humanos, han cuestionado la alianza geopolítica entre Caracas y Moscú.
Rocío San Miguel, presidente de Control Ciudadano para la Seguridad, la Defensa y la Fuerza Armada Nacional, considera “lamentables” las declaraciones de Ryabkov y afirma que el funcionario “desconoce” las prohibiciones constitucionales que impiden establecer bases militares extranjeras en territorio venezolano.
Sostiene que utilizar a Venezuela y Cuba como “herramientas de amenaza geopolítica” reedita una “postura imperial” históricamente condenada por Latinoamérica y espera que la declaración solo se trate de “una política de micrófonos como estrategia entre Washington y Moscú para dividir sus diferencias”.
“Puede implicar cualquier cosa para Venezuela, desde tropas rusas hasta la presencia de mercenarios. En Venezuela no queremos el experimento que está realizando Rusia en África, dando carta blanca a agentes independientes de política exterior como el grupo Warner, una compañía privada militar rusa”, dijo al ser consultada por VOA.
Consultado sobre el mismo aspecto, Andrei Serbin, analista internacional y director de CRIES, explica que, ante la ausencia de detalles, aún es “difícil” determinarlo, pero recuerda que ya hay presencia militar rusa en el país, mucha orientada al soporte técnico de equipamiento militar adquirido por el Gobierno durante el chavismo.
“También hay presencia en la parte de capacitación, en forma de unidades de fuerzas especiales como de contratistas militares de capacitación tanto a la Fuerza Armada como a elementos de la Policía Nacional. Cómo podría ser esa presencia a futuro, capaz implica el despliegue de unidades militares convencionales rusas en territorio venezolano, ahí habría que ver qué características tienen esas unidades”, manifiesta.
A corto o mediano plazo, Serbin ve “improbable” en Venezuela o en cualquier otra parte del mundo una confrontación directa entre fuerzas rusas y norteamericanas, pero estima que pudiera verse “al estilo de la Guerra Fría, el uso de terceros para canalizar la conflictividad”.
Respecto al margen de maniobra de Estados Unidos, evalúa que es definido por lo que “esté dispuesto a hacer en la región”.
“Es probable que ante un aumento de la presencia militar rusa en Venezuela y en Cuba, Estados Unidos empiece a reconsiderar su estrategia para la región y que esa estrategia pueda incluir un mayor despliegue o mayor énfasis sobre capacidades defensivas en América Latina, en especial con sus aliados más cercanos”, opina.
Serbin agrega que un despliegue militar significaría para Rusia una “ficha a favor” en el escenario de una mesa de negociación respecto a la situación en Ucrania.
A juicio del profesor de derecho constitucional, Oscar Arnal, vuelven los “vientos” de la Guerra Fría y la situación implicaría una “violación de la soberanía nacional” y un “terrible” precedente.
Juan Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por decenas de países calificó como un “exabrupto” vincular a un tercer país en un conflicto militar que no tiene que ver con la región y dijo esperar que “la dictadura deje el cinismo y rechace este tipo de declaraciones injerencistas que buscan un conflicto de marca mundial”.
Junto a una imagen en la que se le ve estrechando la mano de su homologo ruso, Serguei Shoigu, el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López se pronunció en Twitter.
“No asombra ver a la vocería de la antipatria hablar de soberanía nacional después de rogar intervención militar y sanciones contra Venezuela, cuando Rusia asoma la posibilidad de profundizar las relaciones de cooperación militar de nuestras naciones, las cuales ya existen”, escribió Padrino López.