¡Que se entere el mundo! ¡Hasta en nuestras casas nos masacran en Venezuela! #SOSVENEZUELA

“La Guardia Nacional y los colectivos disparaban contra los edificios”, repetían una y otra vez vecinos de Bello Campo, Altamira, Horizonte y Santa Fe.
En casi una semana de protestas en Altamira y de represión cada noche, es primera vez que atentan contra los vecinos.
“Nunca había visto algo así, era una maldad distinta con la que atacaban”, señaló Eleazar. Otros vecinos de Bello Campo, que ayer caceroleaban en la calle, coincidieron con él. Algunos hasta se atrevían a decir que no se trataba de funcionarios nacionales sino cubanos.
“Esto parecía el Lejano Oeste”, dijo Linda Pérez, vecina de la misma urbanización.
A la azotea de un edificio de la zona llegaron tres bombas lacrimógenas y al estacionamiento de otro en Altamira entraron cuatro más.
“Yo apagué la luz y me encerré en mi cuarto con un pañito con vinagre”, contó la señora Ligia Sánchez.
Cerca de la torre Británica, Yadira Yanez y su hermana también tragaron humo en su apartamento. Ahora están evaluando si irse por unos días a casa de otra hermana, en el Club Hípico. “Al menos allá está más tranquilo. Lo que vivimos ayer fue horrible”.
Ayer todas las calles de Altamira permanecían con los rastros de las barricadas que armaron los manifestantes la noche anterior. Los carros aplastaban o esquivaban las filas de basura y el olor aún podía ser percibido por los transeúntes de la zona.
La periodista Mildred Manrique, denunció que mientras cubría la protesta fue maltratada por un efectivo de la Policía Nacional Bolivariana.
Relató que en Altamira Sur, bajando hacia la calle Luis Roche, habían más de 500 personas protestando. “La vía estaba minada de bombas lacrimógenas de todos colores”, dijo.
Precisó que, en medio de la protestas, la Guardia Nacional detonó un mortero para evitar que los manifestantes se desplazaran hacia la autopista Francisco Fajardo. En hecho ocurrió entre las 6:00 y 8:00 p.m.
*Refugiados*
Los estacionamientos y entradas de edificios se volvieron a convertir en refugios de los manifestantes que eran reprimidos por efectivos de la Guardia Nacional.
En residencias como el “For You” y el “Aldebarán” de Altamira, en la avenida San Juan Bosco, los habitantes abrieron sus puertas para que las personas se protegieran de los ataques. Simón Martínez, de 23 años, contó que permaneció resguardado por una media hora y luego volvió a la calle. Pero muchos otros esperaron que alguien los buscara y otros pocos prefirieron pasar la noche en los pasillos de edificios de desconocidos.
Fuente: El Universal
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