Fernando Villavicencio Valencia, líder sindical, periodista y político ecuatoriano de 59 años, fue asesinado a tiros en la capital del país, Quito, el 9 de agosto. El crimen ocurrió tras su participación en un mitin político en el contexto de las elecciones que se llevarán a cabo el 20 de agosto. Villavicencio, originario de la parroquia del cantón de Alausí, había desempeñado un papel destacado en la lucha contra la corrupción y la defensa de los derechos de los trabajadores.
Con información de Infobae
Inició su trayectoria como líder sindical en Petroecuador, la Empresa Pública de Hidrocarburos del Estado, lo que lo condujo posteriormente a involucrarse en el periodismo. Durante su carrera, trabajó con medios reconocidos como el diario El Universo y la revista Vanguardia. Su incursión en la política lo llevó a convertirse en dirigente de la Coordinadora de Movimientos Sociales, afiliada al Movimiento Pachakutik, una organización indigenista de izquierda.
Villavicencio adquirió notoriedad al asesorar al asambleísta Klever Jiménez en 2011, cuando ambos denunciaron un supuesto auto secuestro tramado por el ex presidente Rafael Correa. Estas acusaciones los llevaron a buscar refugio en la selva amazónica ecuatoriana, donde vivieron protegidos por indígenas durante 18 meses como sanción por difamación. A pesar de estas amenazas y dificultades, Villavicencio continuó exponiendo casos de corrupción y abuso de poder en Ecuador.
Como miembro de la Asamblea Nacional desde 2021, Villavicencio presidió la Comisión de Fiscalización, donde impulsó investigaciones anticorrupción contra ex presidentes y altos funcionarios. Entre sus logros más destacados se encuentra su participación en el caso conocido como «Caso Sobornos», que llevó a la condena de varios altos funcionarios del gobierno de Rafael Correa.
Fernando Villavicencio expresó su compromiso con la lucha por un Ecuador libre de corrupción y persecución en su último discurso, pronunciado minutos antes de ser asesinado. Su trágica muerte ha causado conmoción en el país y ha elevado la preocupación sobre la seguridad de líderes políticos y defensores de derechos en medio de un proceso electoral crucial. Alexandra Villavicencio, hermana del político asesinado, responsabilizó al gobierno y al ex presidente Rafael Correa por el ataque, calificándolo como un intento de silenciar a su hermano y a su lucha por la justicia.