Mientras las dos candidatas con consenso en la oposición fueron vetadas por el régimen de participar en los comicios presidenciales, otros once aspirantes sin ninguna representatividad fueron inscriptos: desde personas ligadas al chavismo, hasta un comediante y un pastor evangélico
Con Informacion de Rocío da Costa INFOBAE
“El régimen se quitó la careta y se puso en evidencia con sus cómplices”, dijo María Corina Machado luego del cierre de las inscripciones de las candidaturas para las próximas elecciones en Venezuela. Proscripta por el régimen, la candidata electa abrumadoramente en las primarias opositoras del año pasado, y vetada sin explicación por la autoridad electoral Corina Yoris -la alternativa que ofreció la Plataforma Unitaria Democrática (PUD)- once aspirantes supuestamente “opositores” pudieron formalizar sus candidaturas para las elecciones presidenciales venezolanas convocadas para el 28 de julio. Todos, en realidad, tienen una historia de cercanía a la dictadura y no son confiables para la amplia mayoría de los venezolanos que rechazan al régimen de Maduro.
Los días previos a la fecha límite para inscribirse a los próximos comicios, la PUD denunció que las tarjetas con las que contaba para participar estaban bloqueadas. La alianza acusó al Consejo Nacional Electoral (CNE) de impedir el acceso al sistema de registros para inscribir a su representante.
En la previa al inicio de las inscripciones, Machado, inhabilitada por el régimen, le brindó su apoyo a Corina Yoris, quien tampoco logró efectivizar su inscripción. A último momento, la PUD logró sumar al diplomático de carrera Edmundo González Urrutia como una manera de reservar al menos el espacio y con la expectativa de que la presión internacional y las negociaciones con el régimen logren finalmente su remplazo por Yoris o Machado hasta la fecha límite legal del 20 de abril, algo que el chavismo ya advirtió que no permitirá.
En paralelo, se conocieron los once candidatos que están dispuesto a participar de la nueva farsa electoral del régimen. Entre ellos hay desde algunos con una larga historia de cercanía al chavismo, hasta un comediante y un pastor evangélico.
Luis Eduardo Martínez
Martínez es diputado ante la Asamblea Nacional por el partido social demócrata Acción Democrática (AD), fuerza política con seria divisiones internas y señalada por tener vínculos con la dictadura de Nicolás Maduro. En 2020, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) emitió un fallo en el que le cedió la titularidad del partido a Bernabé Gutiérrez, aliado del régimen, quien permanece como secretario general hasta el día de hoy.
Antes de asumir como diputado nacional en 2021, Martínez fue concejal de Maturín y diputado regional en tres oportunidades. De la mano de AD, llegó a ser gobernador electo de Monagas en dos ocasiones.
Una vez que se conoció la candidatura presidencial de Martínez, fue respaldada por el titular de AD, quien llamó a trabajar con “organización y disciplina” para obtener el “triunfo electoral” el próximo año.
Daniel Ceballos
Pasó de ser uno de los integrantes del movimiento estudiantil, que enfrentó a Hugo Chávez en una épica contienda en 2007, a uno de los políticos beneficiados por el Tribunal Supremo de Justicia controlado por el chavismo. La Corte levantó en enero de este año la inhabilitación que le impedía competir en elecciones para cargos públicos, la misma que fue ratificada contra María Corina.
El dirigente se inscribió con su partido Arepa, aunque se identifica como militante de Voluntad Popular, formación que lo excluyó por ser considerado un “mandadero” del Gobierno.
En 2009 asumió como diputado del Consejo Legislativo del Estado de Táchira. Cinco años después, fue elegido como alcalde de San Cristóbal, pero su mandato duró unos pocos meses, puesto que en abril de ese año fue destituido por el TSJ al ser acusado de los delitos de rebelión y agavillamiento (conspiración).
El ex alcalde venezolano Daniel Ceballos (EFE/ARCHIVO)
Por esto, pasó cuatro años y medio en prisión. En síntesis, se le adjudicó “permitir” que se realizaran protestas antigubernamentales con barricadas que se originaron en la ciudad y luego se expandieron a otros puntos del país. Las manifestaciones fueron reprimidas en toda Venezuela y dejaron un saldo de 43 muertos y cientos de heridos. En ese momento, era considerado un dirigente opositor radical.
El ex alcalde se convirtió en el segundo candidato oficializado para las próximas elecciones. En este contexto, aseguró: “Aquí no vamos a llamar a nadie a protestar, no vamos a llamar a nadie a la calle, no le vamos a pedir ni le vamos a someter a la disyuntiva entre quedarse e irse, solo le vamos a llamar a votar, porque es lo único que hace falta para que este país cambie”.
Antonio Ecarri
Pese a ser una persona más cercana a la educación, el dirigente opositor, que se presenta como antichavista, también tiene antecedentes en la función pública.
En 2002 Ecarri llegó a la alcaldía de Chacao, estado de Miranda, como subdirector de Administración Tributaria y luego se desempeñó como síndico procurador municipal. Por otro lado, su carrera electoral comenzó en 2005 cuando fue electo concejal y presidente del ayuntamiento. Antes de su llegada a la alcaldía, fue dirigente estudiantil y fundador del movimiento Academia Solidaria.
Cinco años después, su nombre tomó más trascendencia a nivel nacional al postularse en las elecciones ante la Asamblea Nacional, siendo el candidato de las organizaciones educativas, en donde perdió contra su rival oficialista.
El presidente del partido Alianza Lápiz, Antonio Ecarri (EFE/ARCHIVO)
Luego, comienza una seguidilla de candidaturas declinadas en su carrera política. En 2013 intentó llegar a la alcaldía de Caracas de la mano de Proyecto Venezuela, pero retiró su postulación para evitar la derrota. Al año siguiente, se unió al Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI), fuerza con la que llegó a aspirar nuevamente al cargo de diputado. En ese momento, lo acusaron de “bigamia política” por ser dirigente de Alianza del Lápiz y a la vez del partido verde, por lo que dio marcha atrás con sus aspiraciones a la Asamblea Nacional.
Por último, en 2021 volvió a apostar por la alcaldía de Caracas con Fuerza Vecinal, pero al poco tiempo fue cuestionada por no ceder ante Tomás Guanipa, quien era el candidato de la Plataforma Unitaria. La postulación de Ecarri significó la división de los votos de la oposición en el municipio de la capital venezolana. Finalmente, quedó en segundo lugar y desde entonces inició su carrera a la Presidencia.
Juan Carlos Alvarado
En este momento, es diputado ante la Asamblea Nacional y secretario general del COPEI, plataforma con la que se inscribió a las elecciones. Alvarado se convirtió en el titular del tradicional partido verde en 2019, cuando el TSJ lo designó como autoridad, la misma maniobra con la que se designó a Bernabé Gutiérrez como autoridad de Acción Democrática.
En sus inicios, fue secretario general de la Juventud Revolucionaria Copeyana en Caracas. Una vez consolidado en la política, fue candidato a gobernador de Miranda. Además, fue director del Instituto de Previsión Social del Periodista. Desde 2021 ocupa su banca en la Asamblea Nacional de Venezuela por el estado de Miranda, es decir, participó como “agente opositor” convalidando el fraude orquestado por el chavismo para tomar el control del Parlamento ese año.
Benjamín Rausseo
A diferencia de los candidatos anteriores, Rausseo no tiene experiencia en la gestión pública. Es comediante y conocido por su personaje “Er Conde del Guácharo”, una caracterización de hombre del oriente venezolano que de forma ordinaria y con mucha acidez describe situaciones cotidianas. Se hizo famoso en los años 90, cuando ese tipo de humor, hoy demodé, era popular en la sociedad venezolano.
Actualmente, Rausseo dirige su empresa llamada Guacharo’s Enterprise Corporation, con la que se introdujo en el mercado de la comercialización de alimentos y también sirve para promocionar sus shows.
Benjamín Rausseo, comediante y empresario
Pese a su perfil empresarial ya tuvo varios intentos de llegar a un cargo público. En 2006 fue candidato presidencial, pero se retiró al poco tiempo de formalizar su candidatura. Dos años después, lanzó su carrera para llegar a la gobernación de Anzoátegui, comicios en los que salió en tercer lugar.
Ahora, forma parte de la lista de candidatos que competirán en las elecciones del próximo 28 de julio, dividiendo a la oposición y favoreciendo a Nicolás Maduro. De hecho, el año pasado decidió no participar de las internas y “ser fiel a su condición de independiente”, según afirmó en un comunicado publicado en esa oportunidad. En una entrevista que se emitió días antes de esta noticia, él mismo admitió que si alguien se lanzaba por fuera de las internas de la oposición era porque “era un candidato para dividir”.
“Un candidato que es del gobierno para dividir espera que haga sus primarias la oposición y me meto por mi lado”, sostuvo al ser consultado sobre si era funcional al régimen.
Javier Bertucci
Esta no es la primera vez que Bertucci es candidato en las elecciones presidenciales, puesto que ya se presentó por el partido El Cambio en 2018. Ahora, volvió a postularse con la misma fuerza política.
En este momento, es diputado ante la Asamblea Nacional, cargo que ocupa desde 2021. Más allá de su función pública, Bertucci es pastor evangélico de la Iglesia Maranatha Venezuela y líder de la misma organización.
El pastor Javier BertuccI
Además, cuenta con antecedentes penales, puesto que en 2010 estuvo bajo arresto domiciliario luego de ser acusado de trasladar en un buque hacia República Dominicana 5 mil toneladas métricas de diésel mediante la empresa Tecnopetrol. A su vez, estuvo involucrado en la filtración de los documentos de Panama Papers.
José Brito
Es otro de los candidatos acusados de operar a favor de Maduro. Brito ocupó varios cargos públicos. Entre ellos, fue concejal en el Municipio de Simón Rodríguez en el período de 2005-2008. Luego, se postuló como alcalde con el apoyo de la Mesa de Unidad Democrática, aunque no contó con los votos suficientes.
Años más tarde, llegó a la Asamblea Nacional de la mano de la plataforma Primera Justicia, cargo que mantuvo hasta el 2021. Sin embargo, en 2019 la fuerza política lo expulsó. En 2020 fue otro de los políticos beneficiados por el régimen de Maduro, puesto que el TSJ lo designó como titular de la junta de ese partido, pero anuló la decisión tiempo después.
El aspirante a la Presidencia de Venezuela por el partido opositor José Brito (EFE/Rayner Peña)
Brito, además, fue acusado como uno de los implicados en los presuntos hechos de corrupción para limpiar la imagen de los empresarios colombianos vinculados a Maduro.
Dentro de la oposición, es señalado como un “alacrán”, puesto que formó parte de la operación del régimen para juntar voluntades e impedir la reelección de Juan Guaidó en 2020. Junto a otros 17 diputados, Brito votó en contra de que se renovara a Guaidó como autoridad de la Asamblea Nacional, separándose del partido y ocasionando con ello la debacle del Gobierno interino.
Claudio Fermín
Dentro de la carrera presidencial de este 2024 es el candidato con mayor experiencia –aunque con pocos éxitos– en la vida política venezolana. Llegó a ser parte del Gabinete del Poder Ejecutivo entre 1984 y 1989, bajo la presidencia de Jaime Lusinchi (del partido Acción Democrática). En ese momento, se desempeñó como viceministro de Juventud.
Luego de ser funcionario, se convirtió en el primer alcalde electo de Caracas, cargo que ocupó hasta 1993. Ese mismo año se convirtió en el candidato a la presidencia por su partido. En las elecciones fue derrotado por Rafael Caldera, quedó en segundo lugar.
Al poco tiempo, fue detenido y pasó 40 días en prisión acusado por haber malversado fondos de la obra pública durante su gestión como alcalde. Sin embargo, fue sobreseído.
El candidato Claudio Fermín (EFE/MIGUEL GUTIÉRREZ)
Años después, volvió a apostar por la presidencia en 1998 de manera independiente, de la mano de la plataforma Renovación. Había sido expulsado de Acción Democrática. En esta oportunidad, declinó su postulación.
Un año después logró acceder a una banca en la Asamblea Nacional Constituyente. Entrado el nuevo milenio, se lanzó nuevamente como presidente, acompañado por el movimiento Encuentro Nacional, fuerza que se presentaba como opositora a Hugo Chávez. No tuvo éxito y regresó a AD, aunque volvió a distanciarse cuando el movimiento apoyó la abstención en 2004.
En ese año intentó ganar las elecciones a la Alcaldía Metropolitana de Caracas, carrera en la que no obtuvo resultados positivos. Más de diez años después, se presentó por quinta vez a las elecciones presidenciales como independiente y ahora suma su sexta postulación para los comicios previstos para julio.
Luis Ratti
De la mano del partido Derecha Democrática Popular, Ratti es otro de los que integran la lista de “opositores” que participarán de las elecciones presidenciales del 28 de julio. Sin embargo, esta no es la primera carrera por la Presidencia que emprende, ya que en 2018 –cuando Maduro se reeligió en unos comicios plagados de irregularidades y cuestionados por la comunidad internacional– Ratti también llegó a postularse, pero terminó por declinar y apoyar a un contrincante.
El precandidato presidencial Luis Ratti (EFE/ Miguel Gutiérrez)
Aunque se autodefine como independiente, el año pasado presentó ante el TSJ un amparo solicitando la suspensión de las elecciones primarias de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), en las que María Corina se posicionó como la candidata de la oposición mayoritaria. Además, solicitó la nulidad de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), uno de los partidos que conforman la PUD.
Además de político, con una escasa trayectoria y pocos resultados significativos a la democracia venezolana, Ratti también se desempeña como empresario, conferencista y predicador evangélico.
Enrique Márquez
En una jugada que sorprendió a algunos miembros del antichavismo, el ex rector electoral presentó su postulación por el partido Centrados, siendo esta su primera contienda electoral por la Presidencia. Inició en la política de joven y entre los años 2000 y 2005 ocupó una banca en la Asamblea Nacional, formando parte de la oposición al gobierno de Hugo Chávez.
Una vez que su período como diputado terminó, se unió a Manuel Rosales en el partido Un Nuevo Tiempo (UNT). Como Rosales estaba inhabilitado para postularse como candidato a diputado en 2011, tomó su lugar y accedió nuevamente a un escaño en el Parlamento. Ese mismo año fue candidato a la Alcaldía de Maracaibo, pero luego de las primarias de la MUD retiró su postulación para apoyar la reelección de Eveling Trejo de Rosales (esposa de Manuel Rosales).
El exrector del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela Enrique Márquez (EFE/ Miguel Gutiérrez)
Márquez continuó en su bancada y luego de un acuerdo con el partido que ahora forma parte de la PUD fue elegido como vicepresidente de la Asamblea Nacional. En 2018 fue suspendido del partido UNT por apoyar las elecciones presidenciales convocadas para ese año.
Márquez fue diputado hasta 2021. Luego, fue elegido como rector principal del CNE, ocupando la Vicepresidencia del organismo.
Cuando directivos de la CNE renunciaron en un intento de desestabilizar el poder electoral, Márquez se sumó a la lista de rectores que decidieron irse, dejando a la oposición sin representación en el Consejo.
Manuel Rosales
Fue el último candidato presidencial en inscribirse a las elecciones. Bajo el argumento de no dejar a Venezuela sin una opción electoral, tras las limitaciones impuestas por el régimen a María Corina Machado y su delegada Corina Yoris, UNT, partido miembro de la PUD, postuló a Rosales y el movimiento Fuerza Vecinal respaldó la candidatura.
Rosales es conocido como alguien que forma parte de la coalición opositora, pero al mismo tiempo cercano al chavismo. Actualmente es gobernador de Zulia, el segundo estado más populoso de Venezuela y tiene una vasta experiencia en la gestión pública.
Se enfrentó a Chávez en las presidenciales de 2006, comicios en los que obtuvo 4,2 millones de votos. De hecho, el fallecido presidente lo apodaba irónicamente como “el filósofo de Zulia”.
Entre 1996 y 2000 fue alcalde de la capital del estado de Zulia, Maracaibo, la segunda ciudad del país. Luego, fue electo gobernador, cargo que ocupó durante ocho años. En 2009 se exilió en Perú tras ser acusado de enriquecimiento ilícito, cuando Chávez amenazó con encarcelarlo y poner fin a su carrera política, aduciendo que el opositor conspiraba en su contra.
Venezuela’s A New Time opposition party presidential candidate and Zulia Governor Manuel Rosales addresses supporters in Maracaibo, Venezuela March 27, 2024. REUTERS/Isaac Urrutia
Permaneció seis años fuera de Venezuela, alejado de toda confrontación con el chavismo, hasta que regresó en 2015 y fue detenido. Dos años después cesó una inhabilitación política en su contra por corrupción, que le permitió volver a las urnas. En ese momento pactó con el régimen chavista y fue lo que le permitió volver a ser gobernador del estado petrolero tras su exilio y detención.
En el último tiempo, intentó impedir el avance de María Corina Machado al tratar de que se suspendieran las primarias. Sus diferencias con la líder de la oposición son públicas y se desconoce si Machado respaldará su candidatura. Tras el cierre del lapso de postulaciones y la imposibilidad de inscribir su candidatura, María Corina Machado insistió en que su candidata es Corina Yoris.