Las empresas que planean un proyecto emblemático de gas costa afuera entre Venezuela y Trinidad y Tobago «no han disminuido» sus trabajos, declaró el jueves el primer ministro trinitense, Stuart Young, a pesar de la creciente presión de Estados Unidos sobre Venezuela, país sancionado, y la incertidumbre sobre la extensión de la licencia para el proyecto.
Tras conversaciones con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, quien visita países de Sudamérica y el Caribe esta semana, Young afirmó que «el panorama está cambiando», en referencia a la imposición de aranceles secundarios a los importadores de petróleo y gas venezolanos anunciada recientemente por Washington.
En 2023, se otorgó a Shell (SHEL.L) y a la Compañía Nacional de Gas de Trinidad una licencia estadounidense que autoriza el proyecto de gas, ubicado en aguas venezolanas y cuya primera producción podría comenzar el próximo año. Esta licencia vence en octubre.
Estados Unidos no ha mostrado su compromiso de extenderla, a pesar de que las empresas la consideran esencial para asegurar la primera producción una vez que se tome la decisión final de inversión en el proyecto, que podría darse este año.
El gobierno de Trinidad planea comprar equipos a proveedores estadounidenses para reforzar la seguridad energética, agregó Young, sin proporcionar detalles.