Aunque el exmandatario estadounidense sigue siendo figura entre los republicanos, el gobernador de Florida viene duplicando su popularidad. En las últimas semanas volvió a ganar notoriedad con el envío de unos 50 migrante venezolanos a la isla de Martha’s Vineyard
Por GDA | El Tiempo | El Nacional
Aunque todavía no anuncia oficialmente su candidatura, el expresidente Donald Trump sigue siendo el favorito entre los republicanos para representar al partido en las elecciones presidenciales del 2024.
Eso es algo que viene quedando claro en casi todas las encuestas y que se sustenta en el peso que tiene su apoyo en las elecciones primarias que vienen realizándose en los estados para definir a los candidatos que estarán en el tarjetón este noviembre cuando se realicen las elecciones legislativas de mitad de término.
La persona que escoge Trump es la que por lo general termina imponiéndose en los comicios internos.
Pero con cada semana que pasa se ha ido fortaleciendo la candidatura de un rival que podría aguarle su sueño de un regreso a la Casa Blanca. Se trata del gobernador de Florida Ron DeSantis.
El nombre de DeSantis ha seguido creciendo en todo tipo de encuestas
Por el momento, DeSantis está concentrado en su campaña de reelección, que se definirá también en noviembre, y no ha dicho ni sugerido que le interesa desafiar al expresidente en las elecciones primarias que arrancan oficialmente a finales del 2023. Entre otras cosas porque para siquiera tener chances de la candidatura, primero debe ganar en su propio estado.
Aún así, su nombre ha seguido creciendo en todo tipo de encuestas formales e informales. A nivel nacional, el expresidente sigue mandando la parada con relativa comodidad. En sondeos realizados en julio y agosto por Yougov, Morning Consult y Sienna Collage, Trump obtiene entre el 50 y el 60 por ciento del voto republicano frente a un 25 o 30 por ciento de DeSantis.
Sin embargo, estos mismos sondeos indican que la popularidad de DeSantis se ha duplicado en los últimos seis meses. En otras palabras, mientras el gobernador ha venido creciendo, el expresidente parecería estar en retroceso.
De hecho, en varios sondeos informales realizados durante convenciones del partido, DeSantis ha salido como favorito. Una de ellas en Michigan, que es un estado clave para la contienda presidencial y otra en Nueva Hampshire, que por ser de los primeros en votar durante las elecciones primarias suele marcar tendencia.
Una muestra tomada esta por el Daily News a la salida de una convención nacional de jóvenes republicanos también apunta en esta dirección. Un 47 por ciento entre menores de 34 años favorece al expresidente mientras que un 44 por ciento se inclina por el exgobernador.
La semana pasada otra encuesta de USA Today/Suffolk University lo puso por primera vez como el favorito en Florida con el 48 por ciento de la intención de voto frente al 40 por ciento de Trump. En enero, la diferencia era la misma, pero favoreciendo al expresidente.
Números que, sin lugar a dudas, son dicientes.
«A DeSantis lo conocen en Florida pero poco a nivel nacional. Que esté acumulando estos números contra un expresidente del partido y sin que haya siquiera dicho que le interesa la candidatura es algo que habla por sí solo», afirma Mathew Shaddick, director de mercados políticos en Smarket, una empresa que hace este tipo de cálculos.
De acuerdo con Shaddick, el auge de DeSantis se está tornando en un serio desafío para las aspiraciones de Trump.
Muchos piensan que esa es una de las razones por las que Trump viene coqueteando con la idea de anunciar sus aspiraciones de manera anticipada, cuando todavía falta año y medio para las primarias. En otras palabras, neutralizar a DeSantis antes que su nombre siga creciendo al interior de su partido.
DeSantis se ha ido posicionado como alternativa por varias razones. En muchos de estos mismos sondeos los que lo prefieren al gobernador subrayan la edad de Trump como un impedimento, pues tendría 78 años de edad al comenzar su mandato en el 2025.
Asimismo, les preocupa su imagen negativa a nivel nacional y el odio que despierta entre los rivales demócratas. Algo que ha crecido con las audiencias que viene realizando el Congreso sobre la violenta toma del Capitolio del 6 de enero del 2021 y sus esfuerzos por permanecer en el poder de manera antidemocrática y la investigación que se adelanta por su supuesto «robo» de documentos clasificados.
Algo con lo que no arrastra DeSantis que tiene 43 años de edad y se ha vuelto muy popular en Florida entre los votantes conservadores e hispanos. El gobernador de Florida nació en Jacksonville, estudió derecho en la Universidad de Harvard y es un exveterano de la guerra en Irak, donde prestó servicio en 2007.
Tras un breve pasó por el Departamento de Justicia, ganó una curul a la Cámara de Representantes en el 2012 representando a este mismo estado.
Una vez en el Capitolio se estableció como una de las voces más conservadoras dentro del partido, ayudando a fundar el Freedom Caucus, una organización de legisladores republicanos que ideológicamente es más de derecha que el llamado «establecimiento».
Cuatro años después, y ya con Trump sentado en la Oficina Oval, DeSantis se convirtió en uno de los principales defensores del expresidente durante la pesquisa que adelantó el Fiscal Especial Robert Mueller sobre el rol de Rusia en las elecciones del 2016 y los posibles nexos de Moscú con la campaña presidencial del líder republicano.
Ese respaldo se tradujo luego en el apoyo del mandatario a su candidatura para la gobernación de la Florida donde utilizó su lealtad a Trump como eje de la campaña. DeSantis terminó derrotando al alcalde de Tallahassee Andrew Gillum, su rival demócrata, en una apretada contienda que termino con recuento de votos donde se impuso por solo el 0,4 por ciento del voto.
Pero desde entonces su popularidad en el estado ha crecido en parte gracias a su postura frente a la pandemia del covid-19 y su oposición al uso de tapabocas, el distanciamiento social y la imposición de vacunas.
Pero también por la defensa de leyes que restringen el aborto en el estado y la educación sobre orientación sexual para menores en escuelas públicas. Posiciones que le han traído reconocimiento nacional y que se han vuelto muy populares entre los votantes republicanos. En las últimas semanas volvió a ganar notoriedad con el envío de unos 50 migrante venezolanos a la isla de Martha’s Vineyard.
Si bien fue criticado por muchos, su público era precisamente la base del partido republicano que responde bien a la mano dura en el tema migratorio.
Su reelección, no obstante, no se da como un hecho. Antes tendrá que derrotar al congresista Charlie Crist, el candidato que fue electo por los demócratas para representarlo en noviembre.
De hecho, en una encuesta reciente del Political Matrix/Listener Group, Crist aparece por encima del actual gobernador. Pero el giro hacia la derecha del estado en estos últimos años -Tump lo ganó tanto en 2016 como en 2020- hacen pensar que el gobernador terminará imponiéndose.
En todo caso, para lograrlo, probablemente necesitará del apoyo del expresidente. Lo cual explica por qué ha evitado desafiar a Trump pese a que este lo ha venido criticando en meses recientes.
Peligro rival
Este domingo pasado circuló una entrevista realizada al expresidente por una periodista del The New York Times en la que Trump lo llama «gordo», «falso» y «quejumbroso».
Mas que cualquier cosa, el ataque es otra prueba de que Trump ve en DeSantis a un peligro rival.
DeSantis, sin embargo, tiene una ventaja sobre Trump que apenas se está cocinando. Cada vez luce más claro que el departamento de Justicia avanza un proceso criminal contra el expresidente por su rol en la insurrección del 6 de enero y posible esfuerzo para bloquear la certificación legislativa de la victoria del presidente Joe Biden.
Si esto coge fuerza, la candidatura del presidente podría debilitarse aún más y DeSantis, sin decir nada, emergería como una opción más viable para derrotar a los demócratas en 2024.
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La ironía en el ascenso del gobernador es que a pesar de deberle casi toda su carrera política a Trump es hoy por hoy la opción para derrotarlo.
Pero para eso todavía falta mucha tela por cortar y dependerá de varios factores,
Entre ellos el curso que tome la nominación en el partido demócrata. Si Biden da un paso al costado y emerge una nueva figura como el gobernador de California Gavin Newsom, de 54 años, la edad de Trump podría jugar en su contra frente a un político más joven y de nueva generación como DeSantis.
Pero si Biden se lanza, un duelo entre la «vieja guardia» favorecería al exmandatario. Aún así, lo claro a estas alturas es que Trump ya no está solo en la carrera y le ha surgido un contrincante que bien podría ponerlo contra las cuerdas.