El jefe del Estado Mayor del Ejército ruso, Valeri Guerásimov, dio hoy por casi destruido el Estado sirio tras la caída del régimen de Bachar al Asad y responsabilizó de ello al penoso estado del ejército del país árabe debido a las sanciones occidentales.
«El factor más significativo que caracteriza la situación en la región es la práctica destrucción del Estado de la República Árabe de Siria», dijo al dirigirse a los agregados militares extranjeros.
Guerásimov admitió que los soldados sirios fueron incapaces de oponer «la debida resistencia» a las fuerzas islamistas, que derrocaron a Al Asad el 7-8 de diciembre pasado tras comenzar su ofensiva relámpago en Idlib el 27 de noviembre.
«Esto se debe a la imposibilidad del ejército sirio de realizar con regularidad ejercicios de combate y a la baja moral y estado psicológico de la tropa debido a la prolongada crisis económica», explicó.
Añadió que dicha crisis fue provocada «por las sanciones sin precedentes de Estados Unidos y sus aliados».
El jefe del Estado Mayor ruso recordó que Rusia intentó encontrar un arreglo al conflicto junto a Irán y Turquía en el formato de Astaná, «pero esto no convenía, en primer lugar, a EEUU y el Reino Unido».
Asad reapareció el lunes en Moscú, donde recibió asilo, con una declaración en la que aseguró que nunca traicionó al pueblo sirio y que se vio obligado a dejar el poder sólo después de que Damasco cayera en manos de los rebeldes.
Explicó que las autoridades rusas dieron la orden de evacuarlo con urgencia a Moscú cuando el aeródromo ruso de Jmeimim, en Latakia, fue objeto de un ataque masivo con drones.
EFE