El Servicio Federal de Vigilancia Veterinaria y Fitosanitaria de Rusia (Rosseljoznadzor) anunció hoy que se ha prohibido la importación de productos pesqueros y mariscos de Japón en respuesta al reciente vertido de agua de la central nuclear de Fukushima. Según un comunicado emitido por Rosseljoznadzor y citado por la agencia de noticias rusa Interfax, las restricciones permanecerán en vigor hasta que se proporcione información que confirme la seguridad de los productos pesqueros y el cumplimiento de las normas de la Unión Económica Euroasiática, así como análisis relevantes realizados por Rosseljoznadzor.
Esta medida es resultado de la preocupación expresada previamente por Rosseljoznadzor sobre la radiación en el agua utilizada para enfriar los reactores de la central nuclear de Fukushima 1, que sufrió una fusión parcial de varios núcleos debido a un tsunami en 2011. El organismo ruso reconoció que la importación de pescado japonés es mínima, alcanzando 190 toneladas en 2022 y 118 toneladas hasta el 22 de septiembre de 2023. Sin embargo, advirtió sobre la presencia de barcos pesqueros rusos en la zona fronteriza con Japón.
Rusia se une así a China, que también ha prohibido la importación de productos pesqueros y mariscos de Japón en respuesta al vertido de agua tratada, calificándolo de «irresponsable» y acusando a Japón de tratar el océano Pacífico como una «alcantarilla».
Desde el terremoto y posterior tsunami que ocurrió en marzo de 2011, grandes cantidades de agua radiactiva se han acumulado en la planta nuclear de Fukushima, mezclándose con agua de lluvia y de torrentes subterráneos. El plan de liberar el agua tratada, una vez que ha sido tratada con éxito, ha generado una fuerte oposición de varios grupos, incluidos pescadores de China y Corea del Sur, que temen por el futuro de sus negocios.
Hasta el momento, se han almacenado aproximadamente 1,33 millones de toneladas de agua tratada en las instalaciones de Fukushima, que están cerca de alcanzar su capacidad máxima. La compañía responsable de la gestión de la central nuclear comenzó a verter agua al mar el pasado 24 de agosto.