La cárcel venezolana de Tocorón, conocida como el centro de operaciones de la banda criminal Tren de Aragua, fue intervenida recientemente por un gran despliegue de fuerzas armadas. Durante años, mujeres, jóvenes y niños vivieron en este penal junto a sus familiares detenidos, en condiciones precarias pero con un sistema que les permitía obtener beneficios económicos. Sin embargo, el gobierno decidió tomar control de la prisión y acabar con la delincuencia organizada que operaba desde allí.
Claudia, de 27 años, vivió en Tocorón durante tres años junto a su esposo, quien había sido condenado por un delito no especificado. Aunque ella no era una reclusa, tuvo que abandonar la cárcel durante el operativo. Junto a ella, había otras mujeres, algunas embarazadas o con bebés recién nacidos, y también jóvenes de 15 años. Todas esperaban ansiosas por noticias de sus familiares detenidos.
Patricia, de 24 años, contó que vivió siete meses en Tocorón el año pasado y que se ganaba más dinero dentro de la cárcel que afuera. Ella vendía dulces junto a su esposo, quien estaba detenido por homicidio. Patricia describió el interior de Tocorón como una «pequeña ciudad» con un zoológico, una piscina, canchas deportivas, una discoteca, un bar y un parque para niños. También mencionó la existencia de un sistema de túneles que conectaba la cárcel con el Lago de Valencia y máquinas para minar criptomonedas.
Sin embargo, la intervención del gobierno reveló la presencia de armas, municiones y animales en la cárcel. Según el ministro de Relaciones Interiores, algunos privados de libertad encendieron fuego y causaron daños en el zoológico, resultando en la muerte de varios animales. Además, se encontraron indicios de complicidad por parte de funcionarios del Estado.
Aunque el gobierno aseguró que más de 60 individuos pertenecientes a la banda criminal fueron identificados, no se ha informado sobre el estatus de la organización ni de su líder, Héctor Guerrero Flores, conocido como «Niño Guerrero». Varios presos lograron escapar durante el operativo a través de túneles y se refugiaron en las montañas cercanas.
La intervención de Tocorón ha sido vista como un intento del gobierno venezolano de acabar con la delincuencia organizada que operaba desde la prisión. Sin embargo, algunos expertos señalan que esto no significa necesariamente el desmantelamiento total de la banda criminal Tren de Aragua. La situación actual de los detenidos y las consecuencias a largo plazo de esta intervención aún no están claras.