¡SILENCIO OFICIAL! Desde hace 6 meses los venezolanos no pueden obtener pasaportes ni cédulas

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Por decisión de Nicolás Maduro, esta semana es de flexibilización de la cuarentena y funciona todo menos el Saime, el servicio de identificación nacional que tiene seis meses completamente clausurado.

clubdevenezolanos

Desde el 16 de marzo, cuando comenzó la cuarentena por coronavirus, los venezolanos no han podido obtener ni renovar pasaportes ni cédulas de identidad. Tampoco los extranjeros residentes en el país ni los venezolanos que viven en otras naciones. Sin ninguna explicación, el gobierno de Nicolás Maduro se niega a reactivar el organismo encargado, el Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería,Saime.

Casi seis meses tiene cerrado el Saime, que incluso antes de la cuarentena funcionaba con retrasos por falta de material o por «fallas en el sistema», es decir, por caída de la red que comunica la data. Las colas enormes son frecuentes en las puertas de las oficinas, incluso desde la noche anterior, dependiendo del trámite que se necesite hacer.

Con un retraso de medio año, cuando reabra, el colapso en este servicio será inminente.

Para realizar algún trámite, las redes sociales del Saime invitan a los usuarios a solicitar una cita a través de su página. Pero al hacerlo la página da error.

No hay explicación oficial para esta clausura del Saime que atenta contra el derecho a la identidad. Todas las oficinas públicas restantes están trabajando, aunque con horario reducido.

Sin cédulas ni pasaportes
La cédula de identidad es el requisito básico para cualquier gestión en Venezuela. Se necesita para pagar con tarjetas de crédito o débito en los comercios, para cualquier gestión en los bancos y para hacer otros trámites en oficinas del Estado como los registros y notarías (que sí laboran aunque solo algunos días a la semana). Los niños la necesitan para inscribirse en cuarto grado de primaria.

Por otra parte, el pasaporte venezolano es un objeto de lujo para los venezolanos. Obtenerlo nuevo y con vigencia de cinco años cuesta el equivalente a 200 dólares. Prorrogarlo por dos años, el equivalente a 100. Esto es caro en cualquier país pero en Venezuela lo es más si consideramos que el salario mínimo mensual de los trabajadores no llega a dos dólares. A pesar de lo costoso que es, no está disponible.

Tampoco se pueden hacer trámites como cambios en la condición civil o modificaciones de nombres mal escritos, entre otros.

La paradoja llega en forma de letras muertas. En su página web el Saime asegura que su misión es «ser un servicio de referencia y sólido prestigio a nivel nacional e internacional por la excelencia de la gestión». Están muy lejos evidentemente y, en cambio, se prestan a chistes:

La Constitución Venezolana vigente, que data de 1999 y fue redactada por una Asamblea Constituyente dominada por afectos a Hugo Chávez, establece en su artículo 58 el derecho a la identificación, que se está violando al no otorgar cédulas ni pasaportes a los venezolanos que viven dentro y fuera del país.

Pero, ahora, en Venezuela no se entregan pasaportes ni cédulas de identidad.