El sábado pasado, cientos de inmigrantes se reunieron en Homestead, Florida, para protestar contra las políticas migratorias implementadas por el gobernador Ron DeSantis. La «marcha de la unidad» fue convocada por la organización We Count! (Contamos), y contó con la participación de trabajadores y familias inmigrantes de bajos ingresos del sur del condado Miami-Dade.
Con información de EFE
Los manifestantes expresaron su rechazo a la ley migratoria SB1718, considerada una de las más duras del país. Esta legislación, que entrará en vigor el 1 de julio, preocupa especialmente a la comunidad agrícola de Homestead, ya que supondrá la pérdida de una gran parte de su mano de obra.
Durante la marcha, los participantes portaron pancartas con mensajes como «Sin nosotros no hay Florida» y denunciaron las consecuencias negativas que estas políticas migratorias tendrán en la economía del estado. Diversas organizaciones pro inmigrantes y el Partido Demócrata de Florida también se sumaron a la protesta, expresando su rechazo a las medidas impulsadas por DeSantis.
La presidenta del Partido Demócrata de Florida, Nikki Fried, destacó que aproximadamente el 60% de los trabajadores agrícolas del estado se encuentran en situación migratoria irregular. La agricultura, el turismo y la construcción son sectores clave en la economía de Florida y dependen en gran medida de la mano de obra extranjera.
La nueva ley SB1718 no solo sanciona a las empresas que contraten a trabajadores indocumentados, sino que también impone multas a familiares y otras personas que les brinden apoyo. Además, no reconoce las licencias de conducir emitidas por estados más comprensivos con los inmigrantes y exige a los centros médicos registrar el estatus migratorio de los pacientes.
Los organizadores de la marcha enfatizaron la importancia de seguir luchando por sus derechos y manifestaron su solidaridad con aquellos inmigrantes que se han visto obligados a abandonar Florida debido al temor generado por estas políticas. La activista María Bilbao denunció que DeSantis ha fomentado el odio y ha puesto en peligro a los inmigrantes al promover la posesión de armas de fuego sin necesidad de permisos ni entrenamiento.
La protesta en Homestead reflejó la creciente preocupación y movilización de la comunidad inmigrante en Florida, en busca de un cambio en las políticas migratorias y la protección de sus derechos.