La situación es particularmente preocupante para las mujeres, cuya inclusión en el mercado laboral siempre ha sido más lenta y ahora está en retroceso.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) advirtió que la pandemia de coronavirus ha generado una caída sin precedentes del empleo en Chile, Colombia, México y Perú. Y aunque el daño es generalizado, son las mujeres quienes están resintiendo de manera particular el impacto negativo.
«La crisis del covid-19 está causando estragos en el empleo, ya que el cese temporal de la actividad económica en los países de la región ha obligado a las empresas a despedir o suspender trabajadores y ha impedido nuevas contrataciones», afirmó Luis Felipe López-Calva, director regional del PNUD para América Latina y el Caribe.
En un informe titulado «Empleos en caída libre: trabajadores desanimados y mercados laborales en el contexto de la crisis de covid-19», el funcionario explicó que las estadísticas oficiales publicadas recientemente en algunos países ya dan cuenta de este fenómeno, evidenciando un drástico empeoramiento de los mercados laborales.
Al analizar en particular los datos de Chile, Colombia, México y Perú, se señala que muestran una caída sin precedentes en el número de personas empleadas, junto con un gran aumento en el de aquellos que abandonan la fuerza laboral.
Por ejemplo, en México había para 2018 –año de los últimos datos oficiales disponibles–más de 50 millones de personas fuera de la fuerza laboral, de la cual solo formaban parte 45 millones.
En Chile, hasta el primer semestre del año pasado, la relación era de siete millones fuera del mercado laboral y ocho millones dentro. En Colombia hubo durante 2019 prácticamente un empate, con alrededor de 20 millones de personas tanto dentro como expulsadas de la fuerza de trabajo.
La situación más crítica la registró Perú, ya que el año pasado había cinco millones fuera de la fuerza laboral, y apenas 2,5 millones dentro.
De acuerdo con los análisis de múltiples organismos internacionales, la recesión, la pobreza y el desempleo se profundizarán aún más en América Latina y el Caribe.
Trabajadoras desalentadas
El informe del PNUD registró un incremento sorprendentemente modesto en el número de desempleados, debido a que muchas personas que pierden sus empleos no se convierten oficialmente en cesantes, sino que se considera que han pospuesto la búsqueda de empleo como consecuencia de las medidas de distanciamiento social y las restricciones de movilidad.
Estos «trabajadores desalentados», agrega el informe, no están siendo registrados como desempleados porque en realidad están abandonando la fuerza laboral. Es decir, ni siquiera están buscando trabajo.
Por eso, a partir de mayo y por primera vez en los últimos 15 años, en México y Perú la cantidad de personas en edad de trabajar que están fuera de la fuerza laboral superó a la de quienes forman parte ella, mientras que en Chile y Colombia hay una tendencia similar.
«En estas extrañas circunstancias, la tasa de desempleo (que no es más que el ratio entre desempleados y fuerza laboral) es incapaz de medir el alcance de la escasez de empleos, ya que no logra captar el hecho de que las personas salen masivamente de la fuerza laboral», se explica allí.
En cambio, continúa el documento, un mejor termómetro para el mercado laboral es la tasa de empleo, que es la relación entre el número de empleados y la población en edad laboral, ya que no se ve distorsionda por el hecho de que las personas puedan abandonar el mercado laboral debido a las restricciones impuestas por la pandemia.
Al desagregar los datos por género, el estudio revela que la situación es particularmente preocupante para las mujeres, cuya integración al mercado laboral había crecido lentamente desde el comienzo de la década.
En enero pasado, la ocupación laboral femenina en Chile alcanzaba el 48 %, pero ya cayó a 37 %; mientras que en México pasó del 43 % al 34 %, y en Colombia, del 50 % al 35 %.
«Estas cifras ilustran el impacto sin precedentes que la crisis del covid-19 está teniendo en el mercado laboral de América Latina y el Caribe. Si bien el efecto es marcado tanto para hombres como para mujeres, la crisis podría significar una regresión de más de una década en progresos hacia la paridad de género en el ámbito laboral», afirma el PNUD.