Tareck El Aissami al frente de Pdvsa: el desfalco de las empresas de maletín

0
392

En la publicación El fracaso de Tareck El Aissami se explicó que la matemática de las exportaciones de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) no cuadraba por ningún lado con el nivel ingresos de la estatal petrolera ni con las condiciones que esta expuestos sus contratistas y trabajadores.

Por El Nacional

Las cifras de exportaciones que deberían entrar a Pdvsa de 14.000 millones de dólares al año, no entran a la estatal petrolera ni a Venezuela ya que la devaluación del bolívar continúa y los contratistas y empleados de Pdvsa siguen en default o mora generalizada impuesta por El Aissami.

En el artículo citado se explicó que “la producción de Pdvsa de enero 2020 a octubre de 2022 puede haber caído realmente más de 170.000 barriles al día”. A pesar de todo, el fracaso de la comisión presidida por el ministro de Petróleo y vicepresidente para la Economía es raramente mencionado.

Después de la publicación del artículo, Roberto Deniz sacó a la luz en Armando.info que hay 8.406 millones de dólares perdidos en cuentas por cobrar, que son en realidad incobrables. Sí, 8.406 millones de dólares en una gestión de menos de tres años.

El Aissami y las empresas de maletín
Traduciendo el lenguaje contable a la realidad, lo que dice Deniz en Armando.info es que compañías de maletín, desde Panamá, Dubai y otras jurisdicciones se llevaron 8.406 millones de dólares de las arcas de Pdvsa en petróleo y nunca las van a pagar. Esto es inaudito en Pdvsa. No pasó algo así ni bajo el mandato de Rafael Ramírez, Eulogio Del Pino, Nelson Martínez o ni bajo el general Manuel Quevedo. La realidad es que “barcos perdidos” es una modalidad de defraudación a Pdvsa que llegó con El Aissami, quien viene del área de seguridad y protección de activos. En la lista de los deudores no se encuentra ningún Chevron, Exxon, Eni o Repsol, ni siquiera empresarios con nombre y apellido.

El Aissami instauró una política antisanciones de tratar de esconder quienes eran los verdaderos beneficiarios de las empresas de maletín. Una humilde casa en Sarria es un gran trader petrolero incorporado en Dubai que tiene obligaciones por pagar de 76 millones de dólares. Eso parece un artículo del Chiguire Bipolar, pero no, son empresarios (o una empresaria) cercanos a El Aissami que lograron saltar todas las barreras internas que existían en Pdvsa.

Producción petrolera
Las cifras que entrega Pdvsa a la OPEP, las fuentes secundarias de la OPEP, y los servicios de exportaciones petroleros como Reuters o Bloomberg señalan cifras de producción que se exporta basado en la cantidad de tanqueros que salen de Venezuela. Sin embargo, ninguna de estas cifras de exportación puede ni siquiera estimar qué porcentaje realmente se cobra. La implicación directa es que si Pdvsa exporta 500.000 barriles al día a empresas de maletín, entonces Pdvsa puede perder los mismos 500.000 barriles al día.

Explicado en términos planos, cifras de exportación y producción no garantizan la cobranza cuando las exportaciones se dan a contrapartes que no pagan.

Resumiendo las dos investigaciones, la gestión de El Assaimi redujo la producción de Pdvsa en 170.000 barriles al día, pero los 500.000 a 550.000 barriles de crudo que se exportan no se cobran en su mayoría.

Lastimosamente la dilapidación de 8.406 millones de dólares sí explicaría por qué ni los contratistas ni los empleados, ni el Banco Central de Venezuela reciben los dólares de las mermadas exportaciones.

Estrategia antisanciones
El Aissami culpa a las sanciones financieras impuestas por Estados Unidos para justificar los bajos ingresos de Pdvsa. No habla de los altos precios de crudo Brent rondando los 90 dólares por barril y tampoco dice que el gobierno de Joe Biden no ha impuesto ni una sola sanción a Pdvsa. La última sanción fue impuesta el 19 de enero de 2021. O sea que El Aissami va para dos anos sin que la OFAC aplique el peso de las sanciones. Esto ha debido ayudar a desarrollar una política petrolera sustentable, pero eso no sucedió.

La gran estrategia antisanciones de El Aissami es otorgarle créditos a empresas de maletín para que estas prueben su suerte en los mercados petroleros y traten de pagar Pdvsa, cosa que no parece haber ocurrido. Las sanciones estadounidenses no obligaron a las malas decisiones gerenciales en nombre de los venezolanos. Si para evadir sanciones entonces Pdvsa tiene que perder sus cargamentos en manos de intermediarios, entonces estamos en manos de una estrategia comercial fallida con un costo de más de 8.000 millones de dólares.

La responsabilidad política, administrativa y financiera por las pérdidas son responsabilidad de El Aissami. Nadie lo saboteó ni lo obligó a desarrollar su estrategia.

El Aissami no entiende
Conversaciones con personas de petroleras extranjeras que han negociado con Pdvsa coinciden en que El Aissami no entiende conceptos básicos de la industria, como seguridad jurídica o contratos a largo plazo para la exportación bajos leyes internacionales. El Aissami tiene una formación académica de criminalista en la Universidad de los Andes. La falta de formación académica y profesional le hace imposible comprender la importancia de los inversionistas internacionales y respetar los contratos. Estos dos son los pilares las inversiones petroleras y del incremento de la producción.

Durante los casi tres años de El Aissami no ha llegado a Venezuela ni un solo inversionista. Por el contrario, muchos inversionistas se han retirado del país o están al mínimo.

Registros contables
Pdvsa, a diferencia de otro tipo empresas pública, tiene una serie de registros que no pueden ser borrados. Cuando un buque petrolero se lleva crudo se generan operaciones en el sistema SAP, se genera un registro de Bill of Ladings, se generan una serie de aprobaciones en Capitanía de Puerto y registros contables. Además los barcos son seguidos por aplicaciones internacionales desde que salen de Venezuela y esa data es archivada. Cada sistema por sí solo deja trazas para la ubicación de los bienes de Pdvsa. Associated Press consiguió solo con un buque que llegó a Curacao toda la información de una trama de evasión de sanciones y demás.

Las publicaciones recientes han generado una reacción interna para tratar de acomodar las pérdidas contables y de tratar de hacerlas pasar por entregas a la República. Se están generando ̈justificaciones por parte de la junta directiva y actos especiales para básicamente justificar la pérdida de dinero.

Según la publicación alemana Statista el Producto Interno Bruto de Venezuela para 2023 ronda los 49 billones de dólares. De manera que la pérdida de más de 8.406 millones de dólares, representa 17% del PIB de Venezuela. Esta pérdida es superior en términos porcentuales del PIB a la crisis bancaria de 1994 que tuvo un costo de 10%.

La licencia de Chevron
La licencia actual de Chevron expira el 1 de diciembre de 2022, de manera que si Chevron desea exportar, la OFAC y el gobierno de Estados Unidos deben emitir una nueva licencia en los próximos días. También están en su derecho de no emitir dicha licencia. Las condiciones petroleras internacionales causadas por la guerra de Ucrania, los bajos inventarios en Estados Unidos, y la posiciones políticas de los demócratas están dadas para que se emita una licencia para Chevron. Sin embargo, ninguno de los reguladores en Estados Unidos debe ver con buenos ojos que el arquitecto de la fallida estrategia de Alex Saab ahora se beneficie de una licencia y la cantidad de mecanismos para asegurar que no se violenten sanciones deben estar retardando todo. El mundo todavía recuerda el escándalo de food for oil en la ONU y uno de los senadores más críticos de este plan fallido fue el mismo Biden en su momento.

Se entiende que se están aplicando mecanismos mediante los cuales Chevron depositaria en el Ministerio de Finanzas y en cuentas que están siendo vigiladas por la vicepresidente Delcy Rodríguez. El dinero, entonces, no estará bajo el control de El Aissami, lo cual está dando más tranquilidad tanto a Chevron como a reguladores internacionales. La pregunta que se hacen todos los venezolanos, sin importar de ser del gobierno, de la oposición o simples espectadores, es por qué se sigue insistiendo en mantener a toda costa un ministro fracasado en su cargo y que puede costar el waiver de Chevron.

Mantener a El Aissami al frente del Ministerio de Petróleo es hacerle cuesta a arriba a los reguladores de la OFAC y las empresas internacionales su labor de trabajar con Venezuela.