La tormenta tropical Franklin causó estragos en la República Dominicana, dejando a su paso inundaciones y deslizamientos de tierra. Se reportaron varios árboles caídos y al menos dos postes de luz derribados. Las calles se convirtieron en ríos debido a las fuertes lluvias, afectando a decenas de viviendas.
El fenómeno climático atravesó la isla de La Española, compartida por la República Dominicana y Haití, antes de alejarse lentamente. Los meteorólogos habían advertido sobre la posibilidad de hasta 30 centímetros de lluvia en República Dominicana, con un máximo de 41 centímetros en las regiones occidentales y centrales. Haití también enfrentó la posibilidad de hasta 10 centímetros de lluvia, con hasta 20 centímetros en sus regiones orientales.
Las autoridades de emergencia instaron a la población a permanecer en sus hogares o buscar refugio en albergues oficiales.
Lamentablemente, se reportó un fallecido identificado como Carlos Marino Martínez, quien fue arrastrado por las crecidas en la ciudad de San Cristóbal. Además, dos mujeres resultaron heridas en la misma ciudad debido a un deslizamiento de tierra y fueron trasladadas a un hospital.
Más de 350 personas se refugiaron en albergues, mientras que otras 280 fueron evacuadas a lugares más seguros. Tres comunidades quedaron aisladas debido a las fuertes lluvias. Numerosos árboles fueron derribados y varias viviendas resultaron afectadas por las inundaciones. El techo de una casa colapsó en San Cristóbal y varios edificios sufrieron daños en todo el país.
El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas advirtió que aproximadamente 125,000 personas en la República Dominicana viven en zonas extremadamente vulnerables a deslizamientos de tierra e inundaciones repentinas debido a su ubicación en asentamientos pobres y sobrepoblados cerca de ríos, arroyos y lagunas.
Las autoridades tomaron medidas de precaución, cerrando escuelas, agencias gubernamentales y aeropuertos. Se declaró alerta roja en 25 de las 31 provincias del país. Miles de clientes se quedaron sin electricidad y numerosos acueductos dejaron de funcionar debido a las intensas lluvias, afectando a más de 1.6 millones de personas.
A pesar de las advertencias, algunos residentes se negaron a abandonar sus hogares y optaron por refugiarse con familiares. La tormenta tropical Franklin continuó su camino hacia el norte en el Océano Atlántico y se espera que se fortalezca y se convierta en huracán en los próximos días.
Franklin es la séptima tormenta con nombre de la temporada de huracanes en el Atlántico, que se extiende desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre. Aunque la tormenta ya no representa una amenaza para las islas del Caribe, se mantiene la vigilancia ante su posible evolución.