Convenios bilaterales firmados entre Trinidad y Tobago y Venezuela a mediados de 2018 deberán renegociarse para adaptarse a las limitaciones que especifican las sanciones de Estados Unidos
El ministro de energía de Trinidad y Tobago, Stuart Young, fue recibido en Venezuela por la vicepresidenta Delcy Rodríguez y el ministro de Energía, Tarek El Aissami, para dar inicio a una negociación en la que el gobierno trinitense pretende conseguir autorización para explotar el campo de gas Dragón, un yacimiento ubicado en territorio marítimo venezolano.
La información sobre este encuentro fue difundido por el canal estatal Venezolana de Televisión (VTV), aunque en la transmisión no se ofrecieron detalles, más allá de asegurar que se trata de una reunión para afinar las relaciones bilaterales.
Pese a la escasa información emanada de los canales de información del Estado, el propio gobierno de Trinidad y Tobago explicó la semana pasada que intentaría conseguir el beneplácito de la administración de Nicolás Maduro para explotar el yacimiento gasífero venezolano, ante las necesidades energéticas de la isla caribeña.
Estas negociaciones se planificaron desde que Trinidad y Tobago recibió una licencia por parte de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos que le permitía retomar negocios con la estatal venezolana Petróleos de Venezuela (Pdvsa), con la condición de que el Estado no reciba pagos por conceptos de regalías o impuestos, como ocurre con las restricciones vigentes en la licencia otorgada a Chevron para que retomen operaciones en las empresas mixtas de las que forman parte en Venezuela.
Trinidad y Tobago firmó convenios bilaterales con Venezuela en 2018 que incluían acuerdos de explotación gasífera, pero debido a las sanciones implementadas en 2019, los proyectos no se concretaron. Ahora, ambos gobiernos deberían renegociar los términos pactados años atrás para firmar contratos específicos que den luz verde a la explotación de recursos en territorio venezolano.
El campo Dragón, es un yacimiento gasífero ubicado en la Península de Paria, estado Sucre. Fue descubierto en 1985 y pertenece a Pdvsa, por lo que cualquier proyecto conjunto debe pasar por la autorización de la estatal venezolana, pese a que debido a la falta de inversión, el proyecto lleva inactivo más de una década.
Desde 2020 el tren de licuefacción de Trinidad y Tobago ha tenido problemas operativos debido a la baja capacidad de producción de gas en el país, por lo que en los últimos tres años, han insistido en la búsqueda de nuevas fuentes gasíferas para alimentar a su industria energética y así producir insumos petroquímicos para exportar.
La empresa considerada por las autoridades trinitenses es Shell Plc, una energética británica que opera en campos gasíferos cercanos a la frontera con Venezuela, por lo que sería poco complicado extender sus operaciones al campo Dragón, pero la compañía necesitaría una licencia por parte del gobierno venezolano.