El crudo en el mar provoca una película impermeable que afecta rápidamente a la fauna marina, en especial a los mamíferos y aves. Pero también impide el intercambio gaseoso y el pasaje de la luz solar, elementos que emplea el fitoplancton en la fotosíntesis
Emely Marcano / El Nacional
Pasan los días y cada vez es más crítica la situación que atraviesa el Parque Nacional Morrocoy. Cientos de especies de flora y fauna, manglares y arrecifes coralinos están afectados, quizás de manera irreversible, por una voraz mancha de petróleo que se moviliza por la costa de Falcón.
“Los arrecifes del área enfrentan el reciente derrame de hidrocarburos que ya alcanzó varios cayos del parque, los cuales están rodeados de fondos coralinos donde aún existe una buena representación de la riqueza de especies de esta fauna marina. Mientras más tiempo permanezca el derrame en la zona afectada, más severos serán las pérdidas de vida y daño a estos organismos”, advirtió Estrella Villamizar, investigadora del Instituto de Zoología y Ecología Tropical de la Universidad Central de Venezuela.
Villamizar detalló a El Nacional que la pérdida de los arrecifes también repercute sobre las personas. “Eventualmente afectaría el sustento económico de los pobladores locales. Los arrecifes proveen de alimento y protección, debido a que son barreras que evitan la erosión en las costas, y dan refugio a miles de otras especies de múltiple interés”, señaló.
Este nuevo derrame, que ha sido consecuente, se produce justo en el momento en que los corales comienzan a reproducirse, y otras especies hacen su proceso de desovación para continuar con la vida marina en el fondo del mar.
La contaminación por petróleo es uno de los problemas ambientales que más ocurren en los últimos años, debido a la poca seguridad en el manejo del crudo.
Usuarios en redes sociales comenzaron a reportar el derrame petrolero el 31 de julio, cuando habitantes de la zona alertaban a las organizaciones no gubernamentales, a Inparques y medios de comunicación como se teñía de negro la costa desde Golfo Triste, hasta llegar al parque, afectando los reservorios de fauna en peligro de extinción.
El 3 de agosto una fuente de la estatal Petróleos de Venezuela, que habló bajo condición de anonimato, confirmó a Reuters que el derrame provino de un barco. La unidad de sensores remotos de la Universidad Simón Bolivar registró este lunes aproximadamente 260 km cuadrados de hidrocarburo vertido frente a la refinería El Palito. Hasta ahora Pdvsa no ha emitido ninguna explicación.
Alicia Villamizar, profesora del Departamento de Estudios Ambientales de la Universidad Simón Bolívar y coganadora del Nobel de la Paz, alertó que cerca de 15 kilómetros en línea recta están afectados por el hidrocarburo derramado. El problema, sin embargo, va mucho más allá del parque, unos 11 cauces de agua corren entre Boca de Yaracuy y Tucacas.
Debido a la falta de agua potable que sufren los habitantes que hacen vida en esos sectores, familias enteras deben recurrir a estos causes de agua para abastecerse del servicio.
“Es posible que por las mareas, la contaminación ya haya llegado a las zonas de agua dulce, pero mientras no realicen estudios de hasta dónde llegó la contaminación, las personas podrían estar enfrentándose a un problema mayor en los próximos meses. Esos cuerpos de agua son los que la gente usa para bañarse y para cocinar”, advirtió a El Nacional.
Un plan de contingencia que nunca se activó
Cuando ocurre un derrame petrolero las primeras 12 horas son fundamentales antes de que el hidrocarburo sedimente, dijo.
Todas las industrias petroleras del mundo están obligadas a tener un plan de contingencia para los derrames de crudo, sin embargo, Pdvsa continúa en rotundo silencio, y por lo tanto los especialistas no pueden determinar a qué tipo de hidrocarburo se enfrentan.
“Las compañías petroleras deben tener caracterizado todos los productos que producen para cuando ocurra un accidente de este tipo saber cómo accionar, implementando la tecnología adecuada para lograr detener el impacto en el ecosistema afectado”, explicó la coganadora del Nobel de la Paz.
Este lunes el ministro para el Ecosocialismo, Oswaldo Barbera, visitó el parque y aseguró que el saneamiento de todos los cayos afectados. Quedarán limpios en los próximos días, indicó.
Villamizar refutó: “Saneamiento ambiental es una limpieza profunda, esto implica una serie de pasos complementarios; es decir, que todo aquello que causó el derrame se deberá arreglar para que no vuelva a ocurrir, pero al no hacerlo inmediatamente el daño ya está hecho. Por eso la importancia de activar el plan de contingencia inmediatamente que ocurra el accidente”.
Manglares del Parque Nacional Morrocoy
Con respecto al manglar, Villamizar dijo que si el petróleo derramado se queda mucho tiempo la planta podría morir. Hasta tanto no se sepa qué tipo de hidrocarburo es, no se podrá determinar la vida que le queda a los manglares en el parque, subrayó.
“Si el petróleo que vemos se quedó en los primeros 5 o 10 centímetros del sustrato o ingresó más adentro, es posible que tengamos más manglares muertos dentro del parque”, aclaró.
En unos meses se podrá ver si los manglares lograron sobrevivir al impacto del derrame, sin embargo, la especialista detalló que existen microorganismos autóctonos degradadores de petróleo. Es posible que cuando comiencen a aparecer hagan el trabajo de forma natural y ayudarán a restablecer de alguna manera el lecho marino. Pero dada la vulnerabilidad del ecosistema en las costas venezolanas, este proceso no se sabe con exactitud si se logre dar, explicó.
Ana Yranzo, investigadora del Instituto de Zoología y Ecología Tropical de la UCV, alertó que los tres ecosistemas conectados entre sí están en riesgo: los manglares, los arrecifes coralinos y las hierbas marinas.
“Hay que hacer una evaluación para determinar el verdadero impacto. El petróleo derramado sobre los corales los asfixian, además de las consecuencias a largo plazo. Hay efectos que son acumulativos en el tiempo, la sustancia tóxica en el agua afecta a los peces y su reproducción”, dijo Yranzo a El Nacional.
Una especie de coral que hace vida en Morrocoy es el Orbicella, y estas son las principales especies constructoras de arrecifes tanto en el Caribe como en el parque y el refugio de fauna silvestre de Cuare.
“Los arrecifes que alberga el Parque Nacional Morrocoy constituyen parte importante del sustento económico de la población local, tanto de Chichiriviche como de Tucacas. Son el hogar de muchos recursos marinos de consumo humano, estos están conectados con las praderas marinas y los manglares”, detalló la bióloga.
Indudablemente la cadena alimenticia se verá afectada.
Refugio de fauna silvestre de Cuare
80% de las especies marinas dependen del ecosistema de manglar para subsistir y el refugio de fauna silvestre de Cuare, humedal marino-costero más biodiverso de Venezuela y de importancia internacional, conserva las cuatro especies de manglares existentes en el país. Está ubicado al sureste del estado Falcón. Se encuentra dentro del Parque Nacional Morrocoy.
Alberto Blanco, editor y fotógrafo naturalista del Grupo Explora, explicó a El Nacional que el derrame de petróleo lo primero que comienza afectar son los manglares. “El crudo se adhiere a las raíces alterando sus capacidades de respirar. El hidrocarburo corta el proceso natural ecológico de desarrollo y termina matando al manglar”, explicó.
Los manglares y las praderas marinas son las guarderías de cientos de especies y de organismos marinos en período de desarrollo. Una vez adultos las especies migran hacía los arrecifes y al mar abierto.
“Dentro de un bosque de manglar, por ejemplo, puede desovar un tiburón. Cuando estos tienen un tamaño apropiado y se pueden defender salen al mar abierto. Mientras este proceso no ocurra ellos dependen completamente de la protección que les da el manglar y sus nutrientes”, explicó Blanco.
El fotógrafo precisó que otras especies que también se podrán ver afectadas son las aves migratorias que vuelan desde el norte de Estados Unidos, Canadá y Alaska. Estas vienen una vez al año al neotrópico y la mayoría suelen usar los humedales para descansar, alimentarse o incluso para invernar toda la temporada. Lo hacen en Cuare, Morrocoy, Laguna de la Restinga, Laguna de Tacarigua, Los Roques y la Ciénaga de Los Olivitos. Luego de seis meses regresarán a su lugar de origen para reproducirse.
La migración de las aves playeras comienza en septiembre, pero la contaminación producto del derrame de crudo las pondrá en grave peligro. “Si las playas no están limpias quedarán atrapadas en el petróleo, así como ya están nuestras aves marinas residentes: los pelícanos, las tijeretas de mar, los flamencos y los ibises”, aseveró.
El crudo en el mar también provoca una película impermeable que impide el intercambio gaseoso y el pasaje de la luz solar. Estos son elementos que emplea el fitoplancton en la fotosíntesis.
Existe además un alto riesgo de que las tortugas, los delfines y las ballenas que tienen que salir a la superficie para poder respirar, al entrar en contacto con este vertido sufran obstrucciones en las vías respiratorias. Los químicos también impactan la pesca artesanal afectando de igual manera la cadena alimenticia.
Un Estado silente
Gustavo Carrascal, director de Azul Ambientalistas, exigió a Pdvsa y al Estado asumir sus responsabilidades y emitir un comunicado oficial sobre el origen, tipo de crudo, volumen del derrame y el tiempo de permanencia del mismo.
“Una simple jornada de limpieza que está haciendo Inparques, de retirar el petróleo alquitranado, no va a solucionar nada del problema. Pdvsa no ha asumido su responsabilidad, no ha emitido ningún comunicado; no sabemos de dónde salieron estos derrames de petróleo, cuál es la magnitud, qué tipo de hidrocarburo es, cuál sería la permanencia según el tipo. Si ellos informaran a la ciudadanía, los especialistas pudieran saber a lo que se enfrentan”, detalló a El Nacional.
Una vez que el petróleo se derrama en el cuerpo acuático se dispersa, se evapora y se deshidrata; luego se forman pequeñas bolitas que se depositan en el fondo del mar sedimentadas para convertirse en alquitrán.
“Solo vemos lo que está en las playas. Lo más grave es lo que ocurre en el fondo del mar, la inminente vulnerabilidad y destrucción que sufre la fauna marina costera. No hay cuantificación del daño real en la vida marina del parque”, señaló.