En un artículo publicado en la revista Democratización del Instituto de Estudios Políticos Forma, Rosa María Pérez Lárez, profesora de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la UCV, sostiene que la crisis de Venezuela “tiene como marco una región con severos problemas de gobernabilidad y profundas divisiones políticas, que ha dificultado una respuesta homogénea frente a esta situación”
Por El Nacional
Las grandes potencias del planeta y los vecinos de América Latina se han involucrado de lleno en el conflicto venezolano. ¿Esto quiere decir que la solución para ese rompecabezas llamado Venezuela está en el exterior?
Rosa María Pérez Lárez cree que no. “Se debe asumir que la capacidad de acción de los apoyos internacionales es limitada”, afirmó la profesora de Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Central de Venezuela (UCV), en un ensayo publicado en la revista Democratización, editada por el Instituto de Estudios Políticos Forma, titulado La situación política de Venezuela: una lectura desde el tablero global.
“Se ha manejado la posibilidad de una intervención militar por parte de Estados Unidos, pero debe reconocerse que las consecuencias desbordarían la estabilidad política regional. Es un escenario con claras contradicciones y disensos, en el cual las iniciativas multilaterales que han emergido –Grupo de Lima, el Grupo Internacional de Contacto y la Iniciativa de Montevideo–, han adolecido de coordinación en cuanto a sus mecanismos y objetivos”, indicó.
Pérez Lárez advirtió que “es palpable la ascendente internacionalización del conflicto venezolano, en medio de un debate que se mueve entre los contrapesos de Estados Unidos, sus aliados latinoamericanos y la construcción de alianzas del gobierno venezolano con potencias y países intermedios como China, Rusia, Turquía e Irán”.
Sin embargo, subrayó que “esta internacionalización ha dificultado la posibilidad de reposicionar a la región en el tablero mundial, acarreando mayores fracturas”.
“Se avizoran tiempos difíciles, no solo a nivel global sino en el plano hemisférico, debido a que América Latina ha perdido protagonismo y ha sido impactada por la situación económica, la fragmentación política y el deterioro social”, agregó, lo que se agrava por los efectos de la pandemia del covid-19.
Pérez Lárez señaló que aún es prematuro precisar la política que desarrollará el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hacia Venezuela, más allá de que el nuevo inquilino de la Casa Blanca ha mantenido el reconocimiento a Juan Guaidó como presidente encargado de la República, y ha exigido gestos claros del régimen de Nicolás Maduro a cambio de revisar las sanciones.
Mientras Washington redefine su estrategia con respecto a Caracas, la experta apunta, según una nota de prensa, que “la nueva administración demócrata, ha expresado la conveniencia de cimentar una relación con América Latina con base en tópicos como gobernabilidad, corrupción y derechos humanos, con el objetivo de ejercer presión sobre algunos países”.
Igualmente, observó que el mandatario norteamericano “ha reconocido la relevancia del tema migratorio: el real problema para Estados Unidos sigue estando en la frontera con México y aunque no se esperan por el momento cambios drásticos en esta materia, el presidente Biden quiere impulsar medidas en este sentido que también favorecerían a los venezolanos”.
Salida propia
La profesora de la UCV explicó que “la coyuntura venezolana tiene como marco una región con severos problemas de gobernabilidad y profundas divisiones políticas, que ha dificultado una respuesta homogénea frente a esta situación, más allá de los modestos esfuerzos del Grupo de Lima y de la cuestionada posición asumida por actores extra continentales como la Unión Europea”.
Partiendo de esta realidad internacional, Pérez Lárez concluyó: “La comunidad internacional puede desempeñar un rol importante en la resolución de la situación política nacional. Sin embargo, es determinante el manejo de las controversias internas y la respectiva toma de decisiones traducidas en estrategias orientadas al diálogo firme entre el gobierno de Venezuela, la oposición y la sociedad civil organizada. Sólo de esta manera, se favorecería una salida inclusiva y plural”.