Venezuela encabeza la lista de países latinoamericanos con la mayor tasa de embarazo adolescente, según informa Suzany González Zambrano, directora del Centro de Estudios de Derechos Sexuales y Reproductivos.
Con información de El Nacional
González destacó que Venezuela registra una tasa de fecundidad adolescente de 97,7 por cada 1.000 mujeres adolescentes, siendo esta cifra calculada para edades comprendidas entre los 15 y 17 años. La directora señaló la gravedad de la situación al no tener en cuenta los embarazos en niñas, lo cual refleja casos de abuso infantil.
Comparando con el promedio de la región latinoamericana, que es de 60 embarazos por cada 1.000 mujeres, Venezuela ocupa el primer lugar en términos de embarazo adolescente. González resaltó que esta situación representa un grave riesgo para la vida y el futuro de la niñez y adolescencia en el país.
La directora del Cedesex explicó que el fenómeno del embarazo adolescente tiene múltiples causas, entre ellas factores culturales arraigados en la idea social de la maternidad como un mandato para las mujeres. Además, la crisis económica y la falta de acceso a una educación integral en sexualidad y métodos anticonceptivos contribuyen a esta problemática.
La crisis en Venezuela ha agravado la falta de acceso a la educación sexual y reproductiva, así como a los métodos anticonceptivos y la atención de salud sexual. La directora también criticó la falta de priorización de la salud sexual y reproductiva en el sistema de salud pública, lo que ha llevado a un escaso suministro de métodos anticonceptivos.
Según estudios y datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas, la escasez de métodos anticonceptivos en el sistema de salud pública venezolano alcanza el 90%. Esta situación afecta especialmente a las mujeres empobrecidas y a las adolescentes, quienes enfrentan dificultades para acceder a métodos anticonceptivos en las farmacias debido a su costo inaccesible para la mayoría.
En resumen, Venezuela enfrenta una preocupante tasa de embarazo adolescente, lo que demanda acciones urgentes para abordar esta problemática desde distintos frentes, incluyendo la educación integral en sexualidad, el acceso a métodos anticonceptivos y el fortalecimiento de los servicios de salud sexual y reproductiva.